El terrorismo también recluta espías en EE. UU.
En solo dos años, 23 estadounidenses fueron procesados por apoyar al Estado Islámico; cuatro trabajaban para el Gobierno.
Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.
En febrero del año pasado, el director de la División de Contraterrorismo del FBI, Michael Steinbach, reveló una cifra abrumadora: por lo menos 150 estadounidenses habían viajado a Siria para unirse a la facción radical Estado Islámico (denominada Isis, Isil o Daesh).
La mayoría fueron reclutados por medio de las redes sociales, e instruidos no solo para defender a la agrupación en Medio Oriente, sino para ejecutar atentados en la modalidad de “lobo solitario” contra los infieles (“kuffar”) en territorio norteamericano.
EL COLOMBIANO consultó los archivos públicos del FBI y los departamentos de Justicia y Defensa de EE. UU., encontrando que desde 2015 hasta la fecha han sido judicializadas 23 personas que defendían la causa extremista. A todos les endilgaron, entre otros, el cargo de intento de proveer apoyo material a una organización terrorista internacional.
La persecución contra estas redes es tan severa, que ni los adolescentes se salvan. El pasado 28 de agosto, la Corte del Distrito Este de Virginia condenó a 11 años de cárcel y supervisión de por vida a un joven de 17 años, residente en la ciudad de Manassas.
Según el expediente, Ali Shukri Amin, nacido en EE. UU., usaba cuentas de Twitter para difundir la propaganda de Isis y dar instrucciones de cómo usar el Bitcoin (moneda virtual) para financiar el terrorismo. También ayudó a un vecino de 18 años a viajar a Siria para enlistarse en la “guerra santa” (“yihad”).
“Esto marca una tragedia personal para la familia Amin y la comunidad, porque hemos perdido a otro joven seducido por la ideología extremista enfocada en el odio”, señaló Andrew G. McCabe, director (e) de la oficina del FBI en Washington.
En cuanto al reclutamiento de sus nacionales, los estadounidenses están preocupados por un caso que viene ocurriendo en Minneapolis y Saint Paul (llamadas “ciudades gemelas” o Twin Cities), pues 11 de sus habitantes han sido arrestados este año cuando pretendían volar al Medio Oriente para pelear por Isis en Siria, Irak y Líbano.
Según la Fiscalía de Minnesota, la extraña migración de combatientes de esa zona se detectó en 2007, cuando aún no existía Isis, pero Al Qaeda estaba en su furor.
Corrupción
En los últimos dos años, cuatro exempleados y funcionarios del gobierno de Barack Obama terminaron en la cárcel por presuntos nexos con los radicales.
Uno de los casos salió a la luz el pasado 3 de julio, con la captura del soldado (r) Mohamed Bailor Jalloh, de 26 años y exmiembro de la Guardia Nacional, quien ofreció su experiencia en armas para perpetrar un ataque en EE. UU.
Al parecer renunció al Ejército luego de escuchar las lecturas online de Anwar al Aulaqui, un líder de los criminales (hoy fallecido).
Por nexos con Isis también arrestaron a: Nathan Webster Pugh, veterano de la Fuerza Aérea (16/1/15); Hasan R. Edmonds, de 23 años y soldado de la Guardia Nacional en Illinois (25/3/15); y más recientemente, a Nicholas Young, de 36 años y oficial del Departamento de Policía de Tránsito de Virginia (03/8/16).
Las conspiraciones se descubrieron gracias al trabajo de informantes y agentes antiterroristas infiltrados, que no descansan ante las amenazas del extremismo y el espionaje internacional.