Mundo

El trueque, ese salvavidas que volvió a América

En México y Argentina, los intercambios de productos surgen para sobrellevar la crisis. Pero el coronavirus supone nuevos desafíos.

Tengo la maleta siempre hecha y mi brújula, que por lo general apunta al sur, me trajo al periodismo para aclarar mi voz. Busco la pluralidad y no le temo a la diferencia.

07 de mayo de 2020

Debido a la crisis sanitaria y económica que ha provocado la covid-19, artesanos de distintas etnias indígenas que residen en Ciudad de México han reactivado recientemente una práctica tan antigua como la humanidad: el intercambio de bienes.

Sin clientes a quienes vender sus productos y sin ingresos para su sustento, desde hace unos días los artesanos decidieron dejar el aislamiento social promovido por las autoridades y salieron a algunos puntos de la ciudad para intercambiar sus artesanías por productos básicos.

“Nos resguardamos durante la cuarentena, pero ya no pudimos quedarnos más tiempo, ya que se alargó, y tuvimos que salir a buscar una forma de ayudarnos y ayudar a los demás”, dijo al respecto Susana, una indígena del pueblo mixteco.

La artesana junto con su madre ofrecen en el acomodado barrio Narvarte piezas en palma natural tejida. Hasta esos andenes llegan desde la zona del Ajusco, en el sur de la ciudad, donde habita una comunidad de artesanos.

“Es una comunidad sencilla y humilde, pero nos hemos ayudado entre todos”, contó la mujer, a quien se le ocurrió anunciar su intercambio en redes sociales el pasado fin de semana y rápidamente llegaron personas con alimentos y cientos de productos.

“Todo lo que estamos recibiendo y nos han traído lo hemos compartido entre la comunidad”, dijo Susana, quien contó que se dieron cuenta que tenían decenas de artesanías en casa y que por medio de ellas podría efectuar un intercambio.

Con precios que van de los 40 a los 170 pesos (entre 1,67 a los 7 dólares) Susana ofrece manteles, bolsas y abanicos que su familia teje y que destacan con por sus formas y colores encendidos.

“La intención es ayudarnos y apoyarnos entre ciudadanos en esta época de crisis”, dijo Héctor Salazar, quien entregó productos de canasta básica y de higiene.

Vieja práctica en Argentina

El 1 de diciembre de 2001 cambió radicalmente la vida de todos los argentinos cuando supieron que, por decreto presidencial, no podrían retirar de sus cuentas bancarias más de 250 dólares por semana, para evitar el colapso del agrietado sistema económico. Pero cuando esa profunda crisis, conocida como “el corralito de piedra” tocó a su puerta, los hogares pudieron echar mano del trueque.

La idea no es nueva. De acuerdo con la división en América Latina de la Social Trade Organisation (STRO), los clubes de trueque surgieron en Argentina en 1995 y se expandieron rápidamente, al punto en que llegaron a contarse hasta 6.000 de estas iniciativas en el país.

Ahora, ante la crisis del coronavirus, este tipo de iniciativas han empezado a mostrar repuntes en varias zonas de Buenos Aires, pero según afirma el escritor y editor de Economía de la revista Noticias, Alejandro Rebossio, falta mayor difusión.

“La idea fue muy fuerte en 2001 y durante el Gobierno de Mauricio Macri también se vieron algunos. Cada tanto surge con fuerza”, afirmó, sin descartar que en la actual crisis se pueda retomar la práctica .