Mundo

La respuesta no siempre es una carrera profesional

El experto en educación, Mark Schneider, habla del valor de las habilidades y de los programas tecnológicos. Hay que estimular talento para la industria.

Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.

10 de junio de 2019

Un título profesional no siempre es la única ruta para conseguir un mejor empleo. Ese es uno de los mensajes que deja esta conversación con Mark Schneider, director del Instituto de Ciencias de la Educación –Institute of Education Sciences en inglés– adscrito al Ministerio de Educación de Estados Unidos.

La tarea de Scheneider no se queda solo en ese país. El experto viaja por el mundo estudiando estrategias de educación y estuvo en Colombia compartiendo sus premisas como investigador, la importancia de los programas técnicos y tecnológicos y un llamado a las instituciones educativas para formar en habilidades para la industria.

Durante su paso por Antioquia habló con EL COLOMBIANO sobre las claves en la educación para que las personas consigan mejores trabajos.

¿Qué retos educativos
hay en Colombia?

“Espero descifrarlo. Es una sociedad con pueblos pequeños, la economía es de un país de ingresos medios y hay que identificar qué funciona para luego llevarlo a las áreas rurales, lo que ya es un reto, por ejemplo, en Estados Unidos. Entonces, acá probablemente sea peor. Es una cuestión de cuánto dinero tienes para invertir en educación y eso también es una dificultad”.

¿Qué es lo que funciona?

“Evaluamos programas en intervenciones de educación para mirar qué realmente trae resultados en la educación. Tenemos que identificar qué funciona para quién y por qué. La industria necesita personas con habilidades y esto se está convirtiendo en un movimiento del que hacemos parte con otros países”.

¿Es posible pensar en
una maestría solo basada en habilidades?

“Muchas de las maestrías no tienen valor en el mercado. Grados de un año o dos o certificados, por el contrario, tienen mucho mayor utilidad. Estamos intentando que la gente vea el valor en el mercado de los programas para que los estudiantes puedan tomar mejores decisiones. Algunas veces es un certificado de corto tiempo; otras, un programa de dos años”.

¿Está mal elegir un programa técnico y no uno profesional o de maestría?

“Todo lo que sabemos es que los estudios técnicos tienen mucho valor y los programas avanzados no son para todo mundo. Si pasas cuatro años en la universidades y te gusta arreglar cosas o construir, hay grados técnicos que tienen mucha más utilidad”.

¿Las universidades deben cambiar la forma en la que piensan la educación?

“Muchas son viejas y han hecho lo mismo por un largo periodo. Es un gran reto porque las universidades son instituciones maravillosas, pero hacen cosas que no funcionan por mucho tiempo. El mundo está cambiando. Hay que buscar que encaje lo que estas hacen y el mercado quiere”.

¿Qué sucederá con las instituciones o programas que no redirijan su educación hacia la creación de habilidades para la industria?

“Podrían sufrir una disminución de la matrícula y una relevancia cada vez menor a medida que surgen nuevos medios para identificar y certificar habilidades que sustituyen a la señal general y ruidosa de un grado tradicional. A medida que desarrollamos estos nuevos mecanismos de certificación, los empleadores pueden reducir su dependencia de los títulos, dejando el mercado abierto a organizaciones que no sean universidades”.

Pero los títulos profesionales tienen mejor reumuneración. ¿Cómo resolverlo?

“No es universalmente cierto. Muchos títulos profesionales tienen rendimientos más bajos que muchos otros de tecnología. Hay que evaluar cada programa para ver dónde es mejor el retorno de la inversión. Podrían ser títulos profesionales, pero también en tecnología. Es una pregunta que a menudo tiene respuestas sorprendentes. Lo que importa es lo que estudias y no dónde lo estudias”.