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700.000 niñas y mujeres palestinas no pueden menstruar dignamente en Gaza

La falta de productos de higiene personal como toallas higiénicas y papel; adicionado a la falta de recursos como agua potable, hace que menstruar sea un martirio para las mujeres. Esto dice el informe de las Naciones Unidas.

Comunicadora social con énfasis en Periodismo y Audiovisual de la Javeriana. Ha trabajado para El Tiempo, Portafolio, Directo Bogotá y ahora en EL COLOMBIANO. Apasionada por temas de cultura, género y derechos humanos.

hace 5 horas

Cuando el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), la agencia de la ONU dedicada a la salud sexual y reproductiva, le preguntó a las niñas de la Franja de Gaza sobre su menstruación, ellas respondieron que les hacía sentir vergüenza, pánico y aislamiento.

Pero no porque menstruar sea horrible por sí mismo, sino por las condiciones en las que las mujeres y niñas palestinas deben hacerlo. Para ellas “es un momento de profunda ansiedad y angustia, especialmente en situaciones de desplazamiento donde la privacidad es inexistente”, dice el informe del Unfpa.

Este es el panorama: en Gaza viven más de 700.000 mujeres que necesitan 10,4 millones de toallas higiénicas al mes. Sin embargo, debido al bloqueo israelí, las existencias de productos sanitarios y menstruales están casi agotadas.

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No solo eso. Las mujeres y niñas en la Franja también enfrentan el problema de no tener acceso a servicios públicos. Lo que más las afecta es la falta de agua potable en los hogares.

“La inseguridad del agua afecta al 90% de los hogares de Gaza, obligando a las familias a tomar decisiones imposibles entre beber, cocinar o lavarse”, dice el Unfpa y agrega: “Sin agua limpia, no pueden lavar ni reutilizar los materiales de forma segura, lo que aumenta el riesgo de infección”.

Y aunque a veces se programa el ingreso de ayuda humanitaria sanitaria a la región —también conocida como “kits de dignidad”—, se ve expuesta a los bloqueos del ejército de Israel. Esto hace que los pocos productos de higiene menstrual que hay en Gaza tengan un precio exorbitante y estén agotados la mayor parte del tiempo.

“No se trata sólo de una escasez de suministros, sino de una verdadera crisis de salud, dignidad y protección”, asegura la Oficina de Asuntos Humanitarios de la Organización para las Naciones Unidas (ONU).

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De acuerdo con las agencias de la ONU, la falta de una higiene menstrual adecuada en contextos de emergencia eleva el riesgo de “infecciones y problemas ginecológicos” a largo plazo. Además, puede “incrementar la vulnerabilidad a la violencia de género, el acoso y la explotación”.

¿Cómo es esto posible? Expertos señalan que “las restricciones de movimiento y acceso a servicios esenciales para mujeres y niñas aumentan su aislamiento y vulnerabilidad”.

Además, en los refugios —que usualmente están sobrepoblados— las mujeres y las niñas carecen de intimidad, aseos seguros y acceso al agua, lo que las obliga “a adoptar estrategias de supervivencia que comprometen tanto su seguridad como su dignidad