Cuba divide a Biden y Trump antes del cambio de gobierno
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.
El relato de Estados Unidos sobre Cuba, una isla gobernada por el Partido Comunista, ha tenido diferentes facetas en la última década y podría estar próxima a presentar un nuevo cambio antes de que culmine la administración de Donald Trump.
Según reseñaron la cadena CNN y el periódico New York Times, el secretario de Estado Mike Pompeo estaría analizando la posibilidad de volver a incluir a Cuba en la lista de países que colaboran con el terrorismo, decisión que tendría que anunciar antes del 20 de enero, cuando el gobierno republicano debe entregar el poder.
Si eso ocurre, la política exterior de Washington hacia La Habana estaría regresando a los términos en los que estuvo antes de que el exmandatario Barack Obama emprendiera un emblemático giro diplomático hacia esta.
La historia de la compleja relación de Estados Unidos con Cuba inició con el embargo a la isla en marzo de 1958. Desde entonces, la fractura de ambos países estuvo marcada por diferencias ideológicas entre las administraciones norteamericanas y el comunismo de la isla, una situación que se agravó con el ascenso al poder de Fidel Castro.
Precisamente, este domingo 3 de enero se cumplen seis décadas de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos que sucedió tras la Revolución Cubana encabezada por Fidel.
Solo hasta que llegó el exmandatario Barack Obama a la Casa Blanca ese relato cambió y en 2014 su administración puso fin a 54 años de hostilidades, levantando el embargo. No obstante, Donald Trump modificó nuevamente ese discurso y en junio de 2017 retomó las sanciones.
Con ese antecedente, una de las promesas que hizo el presidente electo Joe Biden en su campaña fue levantar otra vez las penalidades económicas que pesan sobre La Habana y que afectan su economía y el día a día de sus ciudadanos, quienes han vivido vientos de escasez en este tiempo.
Entonces, si la administración Trump toma la decisión de volver a incluir a Cuba en la lista de estados que patrocinan el terrorismo –entre los que están Corea del Norte, Irán y Siria– estaría obstaculizando la diplomacia de su sucesor.
Si se revisan las determinaciones que tomó la Casa Blanca en los últimos años sobre La Habana, fue gracias a Obama que se levantó el embargo, se retiraron las sanciones y, por su puesto, se restablecieron relaciones diplomáticas.
Trump, entonces, como la que podría ser la última decisión en materia de política exterior de su gobierno, estaría apostando a terminar de manera definitiva con el legado de su antecesor demócrata y, de paso, conseguiría complicar las gestiones de su sucesor.
Biden ya anunció que planea reducir las restricciones para viajar a Cuba y también facilitar el envío de remesas. En caso de que, efectivamente, el gobierno saliente ingrese a la isla a esa lista, el demócrata se vería obligado a emprender un nuevo proceso interno para revertir esa decisión.
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció este miércoles la “maniobra del secretario de estado Pompeo para incluir a Cuba en su lista de estados patrocinadores del terrorismo y complacer a la minoría anticubana en la Florida”.
En mayo de este año el Departamento de Estado envió una notificación al Congreso en la que certificaba a Cuba bajo la Sección 40A (a) de la Ley de Control de Exportación de Armas como naciones que están “cooperando completamente” con los esfuerzos antiterroristas de la Casa Blanca. En ese grupo también está Venezuela.