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Hombre que pasó casi 30 años en prisión por un doble asesinato que no cometió recibió 15 millones de dólares como indemnización

James Gibson recuperó su libertad en 2019, tras una extensa investigación que confirmó su inocencia y demostró que había sido torturado para obligarlo a confesarse culpable de un crimen que no cometió.

Comunicadora Social- Periodista de UNIMINUTO. Fui bibliotecaria y trabajé en Hora 13 Noticias, la Gobernación de Antioquia y hago parte de EL COLOMBIANO. Amante de la música, el cine y la literatura de Dostoyevski, Camus, Orwell, Maquiavelo y el desdichado Poe.

06 de octubre de 2025

James Gibson es un afroamericano que pasó casi 30 años en prisión por un doble asesinato que no cometió- y ahora recibió 14.750.000 dólares como indemnización por un error judicial al que fue sometido-. Sobre este caso hay un video en el que se observa a Gibson visiblemente emocionado, luciendo un traje azul y gafas oscuras, mientras refleja un profundo sentimiento de libertad al saber que los daños a su integridad serán reparados, aunque sea con dinero, aun cuando el tiempo perdido no pueda recuperarse.

“Estoy aquí, mamá. No pudieron quebrarme. No pudieron quebrarme, mamá”, decía Gibson mientras lloraba por lo que había acabado de presenciar.

¿Qué pasó con James Gibson?

Lloyd Benjamin, de 61 años, y Hunter Wash, de 56, fueron asesinados el 22 de diciembre de 1989 dentro de un garaje en el vecindario de Englewood, al sur de Chicago, Illinois, Estados Unidos. Benjamin, quien se desempeñaba como agente de seguros, había acudido al lugar para cobrar una prima cuando se encontró con Wash, un mecánico y dueño del taller.

Al cabo de unos minutos, se escuchó un disparo y tras un breve silencio se oyó otro. Cuando las autoridades fueron advertidas de lo sucedido y arribaron a la escena del crimen, no hallaron señales de robo ni de forcejeo, lo que llevó a sospechar que las víctimas conocían a su agresor.

Después de varios días de investigación, la Policía recibió una llamada anónima en la que se señalaba a James Gibson y a su hermano, Harold, como responsables del doble asesinato. Harold fue arrestado primero en su casa, pero más tarde quedó en libertad al comprobarse que no tenía relación alguna con el crimen. Ese mismo 27 de diciembre, en horas de la tarde, James fue detenido luego de enterarse de que lo estaban buscando y tras comunicarse voluntariamente con la Policía.

Interrogatorio con maltrato físico y psicológico

Durante el interrogatorio, Gibson negó en un principio su implicación en el crimen, asegurando que en la mañana había estado en la casa de una mujer llamada Davis. También afirmó que en la tarde había ayudado a un vecino con un cargador de batería, y que posteriormente pasó el resto del día con su madre.

No obstante, los golpes que recibió por parte de los agentes, sumados a la falta de comida y de acceso al baño, lo llevaron a autoinculparse del doble asesinato. El hombre terminó afirmando que había estado presente en el garaje al momento de los disparos y que otros dos sujetos, Eric Johnson y Fernando Webb, también participaron en el crimen, aunque no admitió de inmediato haber disparado él mismo.

Condena a James Gibson

En 1991, James Gibson fue declarado culpable del doble asesinato y sentenciado a cadena perpetua. El tribunal, sin la presencia de un jurado, tomó la decisión basándose en las declaraciones del propio Gibson —obtenidas bajo coerción— y en los testimonios de agentes policiales que lo ubicaban en la escena del crimen.

En 2018 se reabrió un expediente para investigar la tortura que Gibson había sufrido a manos de los funcionarios policiales. Ese mismo año, su condena fue revocada al comprobarse el maltrato recibido y la negativa de los oficiales clave a declarar. Finalmente, en 2019, a Gibson le retiraron todos los cargos y le fue devuelta su libertad, después de haber pasado tres décadas en prisión por un crimen que no cometió.

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