Ataque iraní deja ver las fallas de la Cúpula de Hierro
Hasta hace poco, la Cúpula habría demostrado ser infalible, pero teniendo en cuenta la estrategia iraní, su efectividad se estaría reduciendo visiblemente.
La noche del 16 de junio en Tel Aviv no fue como las otras. Un interceptor israelí despegó, trazó una línea blanca en el cielo y luego descendió sin blanco alguno. Era una falla visible en la Cúpula de Hierro, el sistema que ha sido emblema de la defensa aérea israelí durante más de una década.
El incidente reabrió una pregunta crucial: ¿puede responder eficazmente ante misiles balísticos de largo alcance y drones suicidas de última generación?
Las alarmas se activaron, marcando el inicio de otro protocolo de emergencia. Pero esta vez, por un interceptor disparado por la Cúpula de Hierro, el sistema antimisiles de Israel que hace parte de su seguridad nacional.
El proyectil subió con fuerza, dejando una estela blanca sobre los edificios alrededor. No había otros interceptores en el cielo ni se avistaban misiles enemigos. De pronto, el artefacto cambió de dirección. En lugar de buscar un blanco en el aire, descendió de forma abrupta y se estrelló contra el suelo, generando una explosión cerca de la zona desde la que había sido lanzado.
Esta secuencia fue captada por cámaras de televisión y compartida en redes sociales. No hubo más disparos. Solo un interceptor en solitario con un fallo imprevisto. En una nueva noche de tensiones entre Israel e Irán, la tecnología que ha sido símbolo de disuasión y orgullo dejó ver una fisura. Un error técnico, visible y documentado, en un sistema del que dependen miles de vidas.
Aunque la Cúpula de Hierro —el sistema de defensa antimisiles de corto alcance de Israel, operativo desde 2011 y desarrollado por la firma estatal Rafael Advanced Defense Systems con apoyo estadounidense— ha demostrado una alta eficacia frente a ataques con cohetes, enfrenta desafíos mayores cuando se trata de misiles balísticos, como los utilizados por Irán. Estas amenazas, más rápidas y de trayectoria más compleja, ponen a prueba los límites del escudo aéreo israelí.
Para contrarrestarlos, Israel ha desplegado una compleja arquitectura de defensa aérea compuesta por varios sistemas, cada uno diseñado para interceptar amenazas en distintas fases de su trayectoria. Desde la conocida Cúpula de Hierro hasta el sofisticado Arrow 3.
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En un reciente informe, el medio France 24 recogió testimonios de expertos sobre su visión y los desafíos que enfrenta el sistema de israelí.
¿Qué es la cúpula de hierro?
Fue creada tras los ataques con cohetes de Hezbolá en 2006 y se encuentra en funcionamiento desde 20211. Está diseñada para interceptar proyectiles de corto alcance —entre 4 y 70 kilómetros— como morteros, cohetes artesanales o drones.
Opera con radares que detectan los lanzamientos, un centro de control que evalúa si representan peligro y lanzadores que disparan misiles Tamir solo si el blanco va hacia una zona habitada. Cada misil cuesta unos 50.000 dólares y la tasa de efectividad reportada es del 90%. Cada batería puede proteger un radio de hasta 70 km.
La ayuda de Estados Unidos
Estados Unidos decidió reforzar la defensa israelí enviando una batería del sistema Thaad (Defensa Terminal de Alta Altitud). Este escudo está diseñado para interceptar misiles enemigos en la etapa final de su vuelo, a distancias que van de 150 a 200 kilómetros, tanto dentro como fuera de la atmósfera.
Cada unidad cuenta con seis lanzadores, equipados con ocho misiles por plataforma. El sistema está en funcionamiento desde 2015 y ya ha sido vendido a aliados estratégicos como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Andrei Serbin Pont, analista internacional y presidente de CRIES, aseguró al medio, “Israel ha demostrado esa capacidad, justamente porque como funciona en capa, las diferentes capas se hacen cargo de estos tipos de amenazas”.
El actual conflicto entre Irán e Israel tiene su origen en una ofensiva lanzada por el Gobierno israelí a finales de la semana pasada, bajo el nombre de ‘Operación León Ascendente’.
El objetivo declarado era frenar el programa nuclear iraní y limitar su capacidad de ataque de largo alcance, luego de que autoridades israelíes advirtieran que Teherán estaría en condiciones de construir hasta nueve armas nucleares, algo que calificaron como inaceptable.
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¿Impenetrable? ¿Infalible?
La ciudad israelí de Petah Tikva amaneció impactada el lunes. Imágenes aéreas, captadas por un dron, mostraron la magnitud del golpe que dejó el último ataque iraní. En uno de los cuatro edificios residenciales del complejo alcanzado, el costado se abre como una herida expuesta: un cráter ocupa toda una esquina, dejando al descubierto los restos de al menos tres apartamentos.
“Estamos hablando de misiles que en su recorrido terminal hacia el blanco están volando a velocidad hipersónica, no porque sean misiles hipersónicos, sino porque los misiles balísticos tienen esa característica, el efecto es devastador”, explicó Serbin Pont.
Teniendo en cuenta que Irán está situado a unos 1.000 kilómetros de Israel, sus ataques se han apoyado principalmente en misiles balísticos de alcance medio y en drones de largo alcance. Aunque no se ha confirmado el tipo exacto de misil empleado en las ofensivas más recientes, Teherán dispone de varios modelos en su arsenal, entre ellos el Fattah-1 y el Emad.
“Lo que estamos viendo estos días es que Irán está tratando de saturar el sistema de defensa, en particular lo que es el Arrow 3, 2, Thaad y Honda de David. Y bueno, todo sistema de armas tiene un porcentaje de efectividad”, agregó Serbin Pont.
Los ataques fueron comparados con los ocurridos en otros frentes como Líbano y Gaza, pero los expertos aclaran que las fuerzas iraníes poseen otro tipo de arsenal más avanzado y por ende, el nivel de destrucción es más evidente.
Néstor Prieto Amador, periodista y analista internacional especializado en Oriente Medio, afirmó “Los cohetes lanzados desde Gaza o desde el sur de Líbano, eran cohetes de corto alcance, muy precarios, en muchos casos construidos con materiales que no garantizaban una efectividad total, frente a un arsenal iraní que tiene misiles balísticos de medio y de largo alcance, drones suicidas y misiles de crucero sofisticados”.
Para este experto, aunque Israel cuenta con uno de los sistemas de defensa aérea más avanzados y con mayor experiencia operativa del mundo, “el tener un armamento iraní más sofisticado hace pensar que esa tasa de efectividad pueda ser menor en este caso, es decir, que estemos por debajo de ese 90% que ha sido el porcentaje histórico que se le había asignado a la Cúpula en estos últimos años”.
Se habla también de que la Cúpula tiene un punto de saturación, pues, “más de 150 o 300 amenazas simultáneas podrían sobrepasar la capacidad de los interceptores”, afirmó Prieto.
Según France 24, los expertos advierten que las defensas antimisiles tienen un límite: dependen de un número finito de interceptores disponibles. Aunque el atacante también enfrenta restricciones en la cantidad de misiles que puede lanzar, el equilibrio suele inclinarse a su favor.
A pesar de que Israel sí ha informado de mejoras recientes en el software de sus escudos antimisiles —incluida la incorporación de inteligencia artificial para optimizar la detección y neutralización de amenazas—, aún persiste la incógnita sobre cómo respondería el país ante un ataque masivo con este tipo de armamento.