“El migrante no es un enemigo”
Raúl Delgado Wise, delegado de la Unesco para las migraciones, habla de este fenómeno.
Director cátadra de migración Unesco
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Desde Zaracatecas, México, el investigador Raúl Delgado Wise lidera la cátedra de la Unesco sobre migración, desarrollo y Derechos Humanos. Allí, en el punto del país que conecta a la capital con los estados de la zona norte, que conducen a Estados Unidos, ha apreciado las caravanas de migrantes centroamericanos que quieren llegar a esa tierra prometida que es Norteamérica.
A sus 69 años, casi cuarenta dedicados a la investigación, Delgado es un crítico de los discursos xenófobos y un convencido de que los migrantes aportan a la construcción de país. En su visita a Medellín para participar del Simposio de Ciencias Sociales de la UPB, habló con EL COLOMBIANO.
Trump está en campaña electoral, ¿la construcción del migrante como amenaza ayuda a su imagen?
“Eso lo llevó a la Presidencia y va a seguir creando esa sensación de una invasión, de miedo, de culpar al migrante de los problemas de Estados Unidos. Curiosamente, el 53 % de las innovaciones de ese país son fruto del trabajo de los migrantes, Norteamérica necesita de estas personas como fuerza productiva”.
Se cataloga al migrante como el enemigo, pero es una víctima que huye de contextos adversos...
“Por eso es importante desmitificar esos discursos y evitar que surjan en los espacios donde los nativos conviven con los migrantes. Por ejemplo, California es un Estado santuario y la población local tiene conciencia de que el migrante no es un enemigo”.
¿Ese modelo de ciudades santuario es replicable en Suramérica?
“Se puede ir dando. Trabajo en Zacatecas, el estado con mayor intensidad migratoria de México, y hay una iniciativa para que sea santuario. Así se enfrentaría esta política que ha apoyado el Gobierno de servir de ‘contención’ a los centroamericanos. Lo que pasa es que en la región es un fenómeno reciente y que crece rápido. Se está desbordando”.
Hay quienes usan el término “avalancha”...
“Es un concepto mal empleado. En México hay una política de Estado de criminalizar a los migrantes que abrió la puerta al crimen organizado y ahora el negocio de la trata y tráfico de personas se convirtió en el principal delito. En eso somos cercanos México y Colombia”.
¿Eso lleva a que cerrar la frontera es abrir paso a las rutas ilegales?
“Cerrarlas no impide la migración, sino que abre la puerta al crimen. Es por esto que se deben abrir canales para la migración legal, buscando cómo la sociedad se puede enriquecer y crecer con el apoyo de estas personas. Lo peor que se puede hacer es tener una política punitiva de criminalización de los migrantes y hacer fecunda la xenofobia”.
Chile, Ecuador y Perú endurecieron sus medidas a la migración. ¿Qué opina?
“Ecuador hablaba de la ciudadanía universal y de la integración, pero todo se vino abajo por la caída de los gobiernos progresistas en América Latina: administraciones neofacistas, algunas que ya están cayendo como la de Macri, y el caso más emblemático es el de Bolsonaro en Brasil”.
¿Ve una solución a la situación de Centroamérica?
“Hay una propuesta que presentó la Cepal en México para contribuir a un desarrollo regional con los tres países del norte de Centroamérica. Es tiempo de mirar otra vez a América Latina y el Caribe para volver a pensar ese proyecto de integración que podría ayudar”.