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Ya son 24 los colombianos rastreados por magnicidio en Haití

El presidente Iván Duque dijo que algunos de ellos sabían del plan para asesinar en Haití a Jovenel Moïse. Detalles.

Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.

16 de julio de 2021

Una semana y un día después del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, se siguen revelando nuevos detalles de cómo se organizó ese magnicidio y de la supuesta implicación de colombianos en este hecho.

Ayer, el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, entregó detalles sobre cómo un grupo de colombianos, entre los que se cuentan varios militares (r), habrían participado en la planeación posterior homicidio de Moïse.

Dentro de la investigación realizada en conjunto por las fuerzas policiales de Colombia, Haití y otros países, se logró determinar que hay otros tres colombianos involucrados en el crimen. Además de esos tres nuevos sujetos de investigación, se sabe que hay 21 colombianos implicados en los hechos, 18 de ellos ya fueron capturados y tres murieron.

“Estamos en el ánimo de poder identificarlos plenamente y verificar la participación de ellos en los hechos sucedidos en Puerto Príncipe”, dijo el general Vargas.

Sumado a eso, los exmilitares que viajaron desde Colombia planeaban arrestar al presidente de Haití, y no asesinarlo como se dio finalmente. “Germán Rivera y Duberney Capador (ambos colombianos) participaron en la planeación y organización de lo que inicialmente era una supuesta operación de arresto del presidente de Haití y, para ello, contactaron a más personas en nuestro país”, explicó Vargas.

Según la investigación que adelanta Haití, Germán Alejandro Rivera, capitán retirado, habría recibido 50.000 dólares antes del magnicidio, enviados desde Estados Unidos. Con ese dinero, y junto al exsargento Duberney Capador, habrían ingresado el pasado 10 de mayo a territorio haitiano y planeado detalles del crimen.

Vargas añadió que el capitán (r) Germán Alejandro Rivera y el sargento viceprimero (r) Duberney Capador Giraldo fueron las cabezas de esta operación, que se dividió en dos grupos, de los cuales siete entraron a la casa y el resto presto seguridad.

“Consiguieron varias camionetas de platón y otros vehículos para llegar a la casa, redujeron a la Policía que estaba ahí, entraron y no se produjo ese supuesto arresto sino la muerte del presidente”, relató.

“Algunos sabían”

Adicional a los detalles entregados por el general Vargas, el propio presidente Iván Duque dio a conocer información sobre la investigación por el homicidio de Jovenel Moïse.

En entrevista radial, el mandatario colombiano aseguró que se ha determinado en la investigación que un grupo de colombianos, que se encargaron de reclutar a los demás, sabrían la verdadera intención del viaje a Haití.

“En este momento la información de la Dirección de la Policía es que hubo una especie de reclutamiento de personas que tenían experiencia en seguridad y operaciones especiales. Un grupo importante fue por una supuesta misión de protección y uno más reducido aparentemente sabía que habría una operación criminal”, dijo Duque.

Por su parte, el Departamento de Defensa de Estados Unidos reportó que varios de los exsoldados implicados habían sido entrenados en ese país.

“Un pequeño número de los individuos colombianos detenidos como parte de esta investigación habían participado en programas de entrenamiento y educación militar de Estados Unidos en el pasado, mientras servían como miembros activos de las Fuerzas Militares de Colombia”, dijo Ken Hoffman, portavoz del Ejército, sin precisar un número.

Adicionalmente, en medios haitianos circula la versión de que uno de los colombianos capturados ya habría confesado que tanto él como otros siete connacionales participaron en el magnicidio del pasado 7 de julio. Sin embargo, esta versión no ha sido confirmada por las autoridades haitianas.

De esta manera, se empiezan a conocer más detalles del atentado contra Moïse y su esposa, Martine Moïse. Mientras tanto, el país caribeño intenta volver a la normalidad y recuperarse de la inestabilidad política en la que está sumido desde antes del ataque.