Las marcas hablan

Autodicol: nuestro arte es la evolución

El enfoque humano y la cultura del buen servicio han sido clave para el crecimiento de esta empresa. Su historia va de la mano de la cultura y la creatividad.

09 de junio de 2022

El enfoque humano y la cultura del buen servicio han sido clave para el crecimiento de esta empresa. Su historia va de la mano de la cultura y la creatividad.

Soluciones más que repuestos. Esta fue la apuesta de Teódulo Tamayo y María Isabel Marín al momento de apostarle a la creación de empresa. Un sueño que empezaron a escribir en 2003 y consolidaron en 2012 con Autodicol, compañía importadora y comercializadora de partes para vehículos. Su llegada a este sector transformó la cadena de valor en Barrio Triste, en Medellín, gracias a su liderazgo en la cultura de pago cumplido y ejemplo organizacional.

La historia de la compañía ha estado marcada por un crecimiento exponencial. En los primeros seis meses, lograron su punto de equilibrio y para el tercero en operación alcanzaron cerca de $1.000 millones en ventas. Posteriormente, han conservado un crecimiento exponencial en sus cuatro unidades estratégicas de negocio, empaques, diesel, camperos y rodamientos durante sus 35 años en el mercado. Teódulo Tamayo, CEO de la empresa, resalta que estos resultados son directamente correspondientes con la calidad en los servicios que prestan y los productos que brindan. Sin embargo, es enfático en que todo esto es posible por su talento humano, que día a día trabaja por entregar las mejores experiencias a sus clientes.

“Queremos que los empleados tengan la posibilidad de potenciar su proyecto de vida con un crecimiento emocional y económico. Una compañía no puede crecer si no tiene un personal contento que se levanta con ánimo cada día para llegar a su puesto de trabajo”, dice María Isabel Marín, CEO de Autodicol.

Un camino de aliados

Un tejido empresarial con sentido social es la huella que la empresa está dejando en la ciudad. A su lado se han fortalecido otros negocios, por lo que les emociona saber que son pioneros. “Hemos ido construyendo escuela a lo largo de estos años. Y en la vida, nada más rico que compartir lo que se aprende”, asegura Marín.

Un crecimiento emocional

El apoyo al proyecto personal de cada empleado ha caracterizado a la empresa. Facilidades de estudio, acompañadas de bonificaciones económicas, capacitaciones interdisciplinarias y trabajo continuo entre pares para retroalimentarse y juntos crecer, integra la estrategia que potencia las capacidades del equipo. Autodicol también trabaja en convenio con la fundación Techo para construir viviendas para comunidades vulnerables y, a final e inicio de año, dona juguetes y útiles escolares a los niños de escasos recursos. Los empleados se vinculan a estas campañas, así como lo hacen en las clases de inglés que recibe el personal con la meta de llegar a mercados internacionales.

Una zona de evolución

Su apuesta por el arte local es una forma de transformar desde lo empresarial. En 2020 nació en la ciudad el Distrito Creativo Perpetuo Socorro y, Autodicol decidió hacer de su esquina el punto cero de la economía naranja. Una de sus acciones fue intervenir su fachada con un mural que reflejara su esencia. “Creo en la labor social desde el arte y en la sinergia entre empresas y artistas para hacer que las cosas sean posibles”, afirma Apolo, muralista.