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La confianza como motor del desarrollo territorial

El foro ‘Confianza que transforma: apuestas por el desarrollo territorial’ reunió a empresarios, líderes sociales y autoridades locales para reflexionar sobre cómo la confianza puede convertirse en una herramienta de transformación en los territorios.

hace 2 minutos

Hablar de desarrollo en los territorios colombianos implica hablar de confianza. Esa fue la premisa del foro ‘Confianza que transforma: apuestas por el desarrollo territorial’, un espacio convocado por EPM y la Fundación Ideas para la Paz (FIP) para reflexionar sobre cómo tender puentes entre comunidades, instituciones y empresas.

Durante el evento, la FIP y EPM presentaron los avances de la Ruta de la Confianza, una iniciativa conjunta que desde 2021 trabaja en los 12 municipios de la zona de influencia de Hidroituango.

“Construir confianza en territorios marcados por el conflicto y la desconfianza histórica es un reto enorme. Por eso, hay que promover el diálogo y desarrollar capacidades en las comunidades y las instituciones, para que puedan gestionar sus propios proyectos. La confianza es un proceso y nos hemos dado cuenta con EPM que para transformar los territorios hay que hacer cosas juntos”, explica María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la FIP.

Acompañamiento integral en la inversión

Los expertos coinciden en que la confianza es la base de cualquier relación sostenible en los territorios. Aníbal Fernández de Soto, gerente de Naturaleza y Vecinos de GeoPark, señala que “el diálogo es fundamental, pero también lo es marcar con claridad hasta dónde podemos llegar como empresa, cumplir la palabra y no generar falsas expectativas”.

Asimismo, Juliana Velásquez, presidenta ejecutiva de Proantioquia, destaca que escuchar antes de actuar, institucionalizar el diálogo y compartir ese valor son pasos clave: “Las empresas llegan a los territorios a generar valor para sí mismas, pero deben compartirlo en empleo, infraestructura y oportunidades”.

Por su parte, el gerente general de EPM, John Maya, enfatiza en que la confianza con las comunidades no se construye con discursos, sino cumpliendo la palabra. “La confianza va de la mano de la coherencia, de cómo nosotros estamos interactuando en los territorios con honestidad, aceptando que en la diferencia también hay posibilidades de trabajo articulado”.

La Ruta de la Confianza, una apuesta clave

El foro también permitió conocer los logros de este proceso. Durante su vigencia, la Ruta ha impulsado más de 100 diálogos público-privados, 58 acciones de cooperación en proyectos productivos, ambientales y comunitarios, y 250 espacios de formación en los que han participado cerca de 1.300 personas.

Además, el índice Yo Confío —herramienta diseñada por la FIP para medir el nivel de confianza en los territorios— pasó de 0,59 en 2021 (nivel moderado) a 0,71 en 2025 (nivel alto). El 95 % de los participantes identifica la Ruta como el principal articulador de las relaciones en el territorio.

Voces desde el territorio

Más allá de las cifras, la Ruta de la Confianza ha dejado grandes aprendizajes en las comunidades. Para María Alejandra Úsuga, lideresa de la Asociación Mujeres Ideales de Ituango, esta iniciativa fue un punto de inflexión para las organizaciones locales: “Nos permitió romper barreras y articularnos entre asociaciones. Aprendimos que no somos competencia, sino resistencia para el territorio”.

Desde la institucionalidad, la alcaldesa de Liborina, Nancy Amparo Avendaño, destaca el impacto en la gestión pública: “Nuestros funcionarios ahora conocen mejor el territorio, entienden las necesidades de la ruralidad y han mejorado su capacidad de respuesta”.

Un camino compartido

El foro deja una certeza: la confianza no es un recurso retórico, sino un proceso que se cultiva con hechos y con la participación de todos los actores. La alianza entre EPM y la FIP, materializada en la Ruta de la Confianza, es una prueba de que fortalecer las relaciones abre caminos para transformar los territorios.