Medellín

A los 89 años falleció el padre Federico Carrasquilla, que dedicó su vida a los más pobres

El sacerdote acompañó y luchó por años de la mano de los más oprimidos de Medellín.

29 de julio de 2024

En la mañana de este lunes se conoció la noticia de la muerte del sacerdote Federico Carrasquilla a sus 89 años en la clínica CES de Medellín.

Una noticia que entristece a buena parte de la ciudad, especialmente a aquellos que en los barrios periféricos y más vulnerables, pobres y oprimidos, conocieron su labor y lucha incansable. Para muchos de ellos, el padre Fede, como le decían, fue una especie de superhéroe.

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Carrasquilla, desde cuando se ordenó y después de hacer su doctorado en Teología en Bélgica, no se sentía cómodo con el molde tradicional del sacerdote. Por eso decidió, como opción de vida, irse a vivir con los pobres, como pobre, y entre muchos otros logros terminó convirtiéndose en motor para construir el barrio Popular 1.

“En 1955 yo descubrí una cosa rara para esa época y era que ser sacerdote no consistía en decir misa ni administrar sacramentos, sino dedicarle la vida a Jesús, al proyecto de Jesús. En el Evangelio veía que Jesús era inseparable del pobre: nació pobre, vivió pobre, familia pobre, los amigos pobres, murió pobre, resucitó pobre. Y yo concluí ahí, entonces yo debo vivir mi sacerdocio unido a lo de Jesús, que es con los pobres”, dijo hace poco el padre Carrasquilla en una entrevista con EL COLOMBIANO

El padre Carrasquilla vivió y participó de la histórica Conferencia de Medellín, en 1968, que marcó un antes y un después para la iglesia en América Latina, pues fue aquí donde se acuñó el concepto de Teología de la Liberación que entendían como “el compromiso de la iglesia por los más oprimidos”. El movimiento despertó grandes polémicas, y fue incluso perseguido, porque para otros era una incitación a la lucha de clases. El debate, 56 años después, sigue abierto.

Hace un par de meses, en marzo, en el marco de la Semana Santa, Carrasquilla recibió a Luz María Sierra, directora de EL COLOMBIANO, en su casa en Bello. Estas fueron algunas de las reflexiones que dejó.

“A nadie le gusta ser pobre, tener carencias, entonces entendí que Jesús veía al pobre como el hermano, no como al que le faltan cosas. Lo aprecié desde una relación. Lo que distingue al hombre del animal es la relación. El hombre nació por una relación y es una relación amorosa. Eso a mí me abrió todo el horizonte porque yo dije, exacto, ser pobre es una manera de ser persona. Y el Evangelio es un proyecto de persona y está centrado en una relación. Entonces, ahí encontré yo la unidad. En que lo mío era el pobre”, reflexionó sobre la pobreza.

Al ser consultado por un mensaje sobre vida y la religión, el padre dijo: “Yo diría que centremos la atención ante todo en lo humano. Lo religioso hoy no es lo más importante, lo más importante es lo humano. Recordemos que todos los sufrimientos de Jesús no son de una persona individual, son sufrimientos de toda la humanidad y un sufrimiento que quedó vencido por la Resurrección. Escuchemos lo que les dijo Jesús a los discípulos antes de que lo agarraran preso: en el mundo les va a ir muy mal, pero tengan coraje, yo vencí al mundo. Mantengamos viva la esperanza y si miramos de cerquita hay muchos motivos de esperanza”.