112 años de las arboledas del San Vicente Fundación, pulmón verde del Centro de Medellín
Más de 10.000 metros cuadrados contienen cerca de 560 árboles y jardines que vuelven en un oasis para los pacientes del céntrico hospital de Medellín.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.
Quién por una u otra circunstancia deba ingresar de manera seguida a las dependencias del Hospital San Vicente Fundación de Medellín sabe que no es mentira afirmar que el mero hecho de traspasar
sus porterías y adentrarse en ese pulmón verde –dejando atrás el bullicio de las calles y el aire recalentado del centro de la ciudad– constituye un cambio abismal en el ánimo y en la salud.
Ingresar a este centenario centro asistencial, que más parece un pequeño bosque donde los pájaros cantan a todo pulmón, hace que uno se sienta un poco más sosegado, así sea consciente de estar en un lugar donde muchas personas sobreviven a sus tragedias.
Y es que más allá de su arquitectura patrimonial y de los invaluables servicios que en dicho espacio prestan sus profesionales, una de las cosas más fascinantes de su centenaria historia son sus generosas zonas verdes que se convierten en toda una reserva forestal en medio de esta urbe color ladrillo.
Inventario verde
Con cerca de 560 árboles, a los que se suman jardines y otras plantas, el San Vicente Fundación ha logrado convertir sus zonas verdes en espacios “terapéuticos” que disminuyen el estrés, fortalecen la salud mental y mejoran la calidad de vida no solo de pacientes con enfermedades de alta complejidad o tratamientos prolongados, sino también del personal que allí labora como médicos, enfermeras y administrativos quienes después de un día complejo pueden buscar algo de paz entre plantas.
“Los pacientes nos dicen que estos espacios los llevan a entornos tranquilos, necesarios para su recuperación. Y aunque estos no sustituyen ni los tratamientos ni la atención en salud que reciben, sí es un apoyo y un confort que es enriquecedor para ellos, para los cuidadores y los trabajadores porque estos espacios de naturaleza invitan a desestresarse. Son una 'burbuja' que hace que uno olvide que está en pleno centro de la ciudad”, comentó Catalina Velázquez Montoya, analista de Gestión Ambiental del San Vicente.
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Dada su importancia para el bienestar de los pacientes, los jardines del San Vicente Fundación se han convertido en espacios de interacción donde ellos y sus familiares participan en actividades como la siembra, el cuidado de plantas e incluso actividades culturales que se integran en un entorno fresco y acogedor que se vuelve un oasis en medio del “caos” que rodea al centro médico.
Corredores biológicos
Según Velásquez, los cerca de 10.500 metros cuadrados de zonas verdes del San Vicente han sido constituidos desde la apertura de las puertas del hospital –hace casi 112 años– como parte primordial del centro médico. Desde esas centenarias fechas hay registros de ellas. Y si bien la zona del barrio Sevilla y Prado Centro, donde se ubica el Hospital, ha cambiado de forma extrema gracias a las zonas verdes del centro médico, todavía se conserva parte de ese corredor biológico conformado desde el Cerro El Volador y pasando por la Universidad Nacional, la Universidad de Antioquia, el cementerio San Pedro y el Jardín Botánico de Medellín.
“Es una línea boscosa en pleno centro de la ciudad, que ambientalmente tiene un valor enorme pues genera un entorno de flora en una zona tan urbanizada que a su vez permite el tránsito de la fauna”, añadió la especialista.
De hecho, en los espacios verdes del San Vicente Fundación se han inventariado cerca de 560 árboles repartidos en 35 familias botánicas que aglutinan casi 100 especies diferentes. Desde árboles frutales, pasando por caobos, guayacanes y hasta palmas se ven en el centro médico.
Además, en la zona también hay varios individuos que según los estudios de inventarios de flora registran más de 80 a 90 años.
“Gracias a estos podemos ver especies como zorros perros –que aparecen aquí gracias a ese corredor biológico–, familias de búhos que tienen sus polluelos en las copas de estos árboles y estos a su vez tienen sus 'hijitos' acá también. Tenemos loros, guacamayas, iguanas, y otros pájaros de diferentes especies que hacen que sentarse en la fuente a la tarde a escucharlos cantar sea una cosa maravillosa”, comentó Velásquez.
Mantener los jardines del San Vicente Fundación en armonioso estado no es un asunto que se genere por “obra y gracia”. De hecho, tres jardineros de planta del hospital son los que se encargan de las labores de siembra y mantenimiento de las zonas verdes. Estos son apoyados por otros trabajadores de la empresa Zonas Verdes que a su vez se encargan de abonar y mantener los espacios lo más bellos posibles. Para ello es esencial la reutilización de vegetación podada para producir compostaje que nutre nuevas siembras.
Desde el San Vicente informaron que recientemente se hizo un inventario forestal para evaluar el estado de sus árboles y realizar las actividades necesarias para su preservación y cuidado. Además,
hace poco –en el Día Mundial del Medio Ambiente– se sembraron ocho nuevos árboles que ojalá perduren otros 100 años más en el tiempo para que nuestros sucesores sean testigos del legado verde de este espacio de ciudad.