40 años de un legado: el primer trasplante de corazón en Colombia se hizo en una clínica de Medellín en 1985
La operación realizada ese 1 de diciembre en la Clínica Cardiovascular Santa María de la Congregación Mariana –hoy Clínica Cardiovid– fue la tercera de su tipo en Latinoamérica. También fue uno de los impulsos que recibió la medicina paisa para destacar ante el mundo. En 40 años se han hecho 677 trasplantes de este tipo solo en Cardiovid.
Comunicador Social - Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. He trabajado para medios como Radio Bolivariana y El Tiempo. Hago parte del Área Metro e investigo temas de gobierno, política, salud, servicios públicos e historia. Creo en la importancia del periodismo para vigilar al poder.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.
A las 11:45 a.m. de ese 1 de diciembre de 1985 –y como si fuera el regalo perfecto para esa Navidad– el nuevo corazón comenzó a latir sin estímulos eléctricos en el pecho del obrero Antonio Yepes Obando.
Así, entre la alegría de médicos y especialistas, y sobre todo de la familia del paciente, se regó la noticia por toda la ciudad: en Medellín se había realizado el primer trasplante de corazón en Colombia y el tercero en Latinoamérica, después de intervenciones similares en Argentina y Brasil.
El pasado 1 de diciembre se celebraron los 40 años del primer trasplante de corazón hecho en el país, una cirugía histórica que tuvo lugar en una reconocida clínica del occidente de la capital antioqueña, un hito de la medicina local que la posicionó entre las grandes del mundo.
La intervención fue realizada en la Clínica Cardiovascular Santa María de la Congregación Mariana –hoy Clínica Cardiovid– por el equipo de cirujanos y cardiólogos de la institución, liderados por el especialista Francisco Alberto Villegas Rico, en colaboración con el equipo de la Unidad Renal de la Universidad de Antioquia y el Hospital Universitario San Vicente de Paúl.
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Tal como reseñó el cronista José Jaramillo Alzate en EL COLOMBIANO, el paciente era Antonio Yepes Obando, un albañil de 36 años y padre de tres niñas que sufría de cardiopatía crítica y angina intratable, dolorosos males que lo obligaron a abandonar su oficio de manera permanente. Yepes fue atendido por primera vez en la Clínica Cardiovascular el 6 de noviembre de 1981 y, hasta ese 1 de diciembre de 1985, había sido hospitalizado ocho veces.
Debido a que llevaba varios meses internado, a Yepes se le ofreció la posibilidad del trasplante, la cual aceptó aun sabiendo que era un procedimiento inédito.
“La Clínica Santa María asumió los elevados costos de esta experiencia y la firma suiza Sandoz, de Basilea, suministró la ciclosporina, la costosa droga requerida para hacer el trasplante”, reseñó Jaramillo.
Yepes recibió en perfectas condiciones el corazón de un donante de 35 años que murió en el Hospital San Vicente tras sufrir un accidente. Infortunadamente, su nombre se perdió en los registros, pero debe recordarse la generosidad de su familia, que accedió a donar el órgano en una época llena de tabúes.
El doctor Darío Fernández Vergara –vinculado a la entonces Clínica Cardiovascular desde 1980 y uno de los pioneros de esta cirugía junto al doctor Villegas y al doctor Mario Montoya Toro–, fue testigo excepcional de ese periodo en el que comenzó a destacarse la medicina antioqueña.
Fernández recordó que el doctor Villegas era uno de los cirujanos más importantes de la Clínica, no solo por sus amplios conocimientos en Cardiología, sino porque había tenido una vinculación cercana con el grupo de trasplantes de la Universidad de Stanford, en California, pionero de este tipo de cirugías en el mundo desde la década de 1960.
El médico comentó que la idea del trasplante era un proyecto que se venía madurando y que pudo concretarse ese histórico día de 1985, cuando la hazaña realizada ocupó los titulares de la prensa.
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“Fui testigo de esa emoción y de ese entusiasmo que causó el procedimiento en la sociedad y el país. Para mí fue un avance de la medicina local, porque por fin el trasplante se volvió una opción de tratamiento para los pacientes con falla cardíaca terminal”, añadió.
Más que un tema de capacidades técnicas y quirúrgicas de la ciudad en ese tiempo, Fernández aseguró que la hazaña se logró en gran parte gracias al entusiasmo del doctor Villegas, quien nunca dudó de la viabilidad de realizar la operación en un quirófano de Medellín.
“Varios colegas creían que no se podía porque no había condiciones para el trasplante. Otros pensaban que ejecutar con éxito una cirugía así era una utopía. Y muchos consideraban innecesario embarcarse en el procedimiento porque las condiciones de desarrollo del país no eran de vanguardia”, recordó.
Sin embargo, el ímpetu del doctor Villegas se mantuvo, pues para él –y el tiempo le daría la razón– el trasplante cardíaco era la única opción para los pacientes con falla cardíaca terminal.
“Un paciente con una enfermedad de esas vivía prácticamente postrado, sin fuerzas para salir de la cama o vestirse. Por eso, para el doctor, el trasplante no era un esnobismo, sino una forma de mejorar la calidad de vida”, añadió.
Los trasplantes enfrentaron retos que, más allá de lo técnico, se centraban en otros factores. Muchos hablaban de su alto costo para justificar su supuesta inviabilidad; otros mencionaban las limitaciones técnicas, y algunos señalaban la dificultad de los tratamientos a largo plazo, ya que un trasplante requiere inmunosupresores de alto costo.
“Pero en Medellín, el grupo de trasplantes de la Universidad de Antioquia ya venía realizando trasplantes de riñón, así que tenían experiencia en inmunosupresión. Con ellos se emprendió el camino, especialmente en el manejo de los pacientes después de trasplantados”, recordó Fernández.
Antonio Yepes recuperó su calidad de vida, regresó a sus actividades, tuvo un hijo —que se sumó a sus tres hijas— y vivió 22 meses más con su nuevo corazón. Sí, puede parecer poco, pero solo quienes viven con el tiempo contado por enfermedades como esta saben lo que significa un día más para disfrutar de la existencia.
La cirugía realizada por Villegas en Medellín fue como abrir una llave que permitió lo que hoy es una realidad en la ciudad: solo en la Clínica Cardiovid se han efectuado 677 trasplantes de corazón, un promedio sostenido de casi 17 por año, durante cuatro décadas.
Sus éxitos clínicos incluyen una supervivencia al año del 87% de los pacientes trasplantados, y una supervivencia a cinco años del 72% de los mismos, todo un hito teniendo en cuenta que el primer paciente trasplantado de corazón en el mundo, en 1967, apenas vivió 18 días.
En 2025, la institución también ha liderado importantes innovaciones, entre ellas la implantación, en un mismo día, de dos asistencias ventriculares HeartMate 3 —un hecho sin precedentes en Colombia—, el uso pionero en Antioquia de tecnología avanzada para la válvula tricúspide y el primer implante en Latinoamérica de un nuevo modelo de válvula aórtica, avances que reafirman su liderazgo técnico y científico de la región.