Medellín

Homicidios en Manrique y Aranjuez subieron más de 100%; ¿por qué?

Alcaldía de Medellín deja entrever que se debe a una lucha de poderes entre bandas. Analistas tienen opiniones divididas.

Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.

03 de junio de 2025

Con 144 homicidios, Medellín registra un aumento del 18% en este delito si se compara con los 122 ocurridos hasta el 31 de mayo de 2024

De los homicidios de 2025, 38 fueron por problemas de intolerancia y convivencia (como las riñas), 37 por accionar de estructuras criminales, 11 por hurtos (ya sea del ladrón o la víctima), nueve por violencia de género, tres por violencia intrafamiliar y los otros 46 están por categorizar.

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Ante esta situación, la Alcaldía de Medellín mostró su preocupación. Por un lado, este incremento podría afectar la meta de la administración de replicar o incluso superar la tasa obtenida en 2024, que fue la de 12 homicidios por cada 100.000 habitantes. Ese registro, que fue 23% menos frente a 2023, es el mínimo en 80 años.

Por el otro lado, las cifras darían cuenta de dos dinámicas que influyen en el fenómeno, sobre todo en el pasado mes de mayo: la primera, el aumento de los problemas de convivencia en Medellín que desatan asesinatos, incluso al interior de las viviendas; y, la segunda, la mano oscura de algunas bandas delincuenciales sobre varios homicidios reportados, principalmente en algunas comunas del nororiente.

De acuerdo con el alcalde Federico Gutiérrez, si bien el incremento de mayo va ligado a los dos fenómenos, la injerencia de las bandas en el aumento de homicidios se está dando por enfrentamientos internos, sobre todo en el seno de estructuras como Caicedo y La Terraza que operan principalmente en las comunas de Aranjuez y Manrique, justamente donde más se ha sentido el aumento.

“Hoy, aparte de la intolerancia, vemos que hay vendettas internas de estas bandas. Se están matando entre ellos. Esas son formas de las estructuras reacomodarse para tener control de sus actividades ilegales”, añadió Gutiérrez.

Para el general William Castaño, comandante de la Policía Metropolitana, La Terraza y Caicedo son dos Grupos de Delincuencia Organizada que lideran el accionar criminal sobre todo en Aranjuez y Manrique, donde históricamente han estado enquistados. Debajo de las dos estructuras están varios “combos” que se dedican a delitos como extorsiones, microtráfico y narcotráfico de sustancias ilegales, desplazamientos y homicidios selectivos, entre otros delitos.

Volviendo al tema de las cifras, por ejemplo, Aranjuez hasta finales de mayo de 2024 registró cinco homicidios, pero hasta el 28 de mayo de 2025 ya iban 11. Es decir, un aumento del 120%. Mientras que Manrique en igual período tuvo tres y hoy 16, o sea 433%.

De acuerdo con las cifras de la Policía, de los 11 asesinatos de Aranjuez, seis fueron por intolerancia y cuatro por accionar criminal. Mientras que en Manrique, de 16 homicidios, 10 fueron por problemas de convivencia y seis por manos criminales.

Sin embargo, en sus declaraciones el alcalde comentó que los “ajustes de cuentas” tendrían “autorización expresa” de los cabecillas que actualmente están recluidos en la Cárcel de Itagüí, a la vez que fungen como voceros de las estructuras en los diálogos con el Gobierno del presidente Gustavo Petro.

“En plenos diálogos de la Paz Urbana, los peores criminales –que están en Itagüí– se sienten blindados y ordenan homicidios, desplazamientos y extorsiones. Así es muy ‘jodido’ (enfrentar la criminalidad) porque el Gobierno Nacional es complaciente con los peores bandidos del país”, dijo.

Por su parte el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, secundó lo dicho por el alcalde sobre los jefes detenidos en Itagüí. Eso sí, aunque Villa negó que –como se ha rumorado– haya una “guerra fría” entre La Terraza y Caicedo, para él que lo que sí hay es una purga con el aval de los cabecillas. Caso concreto sería lo que ocurrió con la banda San Plablo (afín a La Terraza) que en una semana perdió a dos cabecillas – Adiel y Mi Nay– por ataques sicariales.

“Prueba de esa lucha entre mandos internos es que el 56% de los homicidios en el Nororiente es por accionar criminal, cuando antes lo que generaba más asesinatos allí era la intolerancia. Igual está ocurriendo en el Centro, donde Caicedo tiene injerencia”, añadió.

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Eso sí, Villa manifestó que las sangrías en las “históricas” bandas nada tendría que ver con la llegada de uno u otro cabecilla a los diálogos.

¿Si hay ordenes desde la cárcel?

El analista Luis Guillermo Pardo, director del Observatorio de Paz Poli y presidente de la Corporación C3, comentó que los aumentos en homicidios en el Nororiente se podrían explicar por el desgaste en la Mesa de Negociación de la Paz Urbana en Itagüí que hasta ahora, –según él– al no lograr plantear una agenda temática clara, no repercute en resultados concretos.

“Ese desgaste tiene incidencias negativas en la ciudad, pero sobre todo en los homicidios en Manrique y Aranjuez, donde hay presencia de estas estructuras que antes estuvieron en guerra”, añadió.

De otro lado, para Pardo, siempre habrá ajustes de cuentas, ya sea por deudas o por las ambiciones de viejos y nuevos cabecillas que quieren acaparar más poder u obtener más réditos de las rentas ilegales, lo que también incide en los homicidios.

Por último, para Pardo, otro asunto detrás del aumento sería una presión del Clan del Golfo sobre comunas y barrios de Medellín en su intento de crecer en la ciudad, hecho que también explicaría algunos asesinatos.

Por el contrario, Fernando Quijano, director de Corpades, señaló que aunque hay varios homicidios que aún están por establecer en estas dos comunas, no se vislumbra que la actual muerte violenta de cabecillas tenga que ver con purgas internas o reacomodos ordenados desde Itagüí.

“Por un lado hay que descartar los rumores de choque entre bandas incluso a nivel interno porque si estuvieran enfrentadas créame que los muertos serían muchos más. Sí, puede estar pasando algo entre en las bandas, pero no para decir que se cocina una ‘guerra urbana’ o una ‘guerra fría’ que es lo que siempre se dice cuando matan jefes”, dijo.

Según Quijano, la actual situación, que puede generar temor y sospechas, –aunque suene muy cruel– hace parte de las dinámicas criminales de estos grupos. Por ello, él desestima que sean ajustes de cuentas expresamente pedidos desde la cárcel de Itagüí por los cabecillas allí encerrados.

“Las estructuras tienen dinámicas muy avanzadas y cuando un jefe sale por varios motivos, ya hay quien lo reemplace. Cuando hay homicidios así, siempre se remite a los jefes que llevan 10 o 15 años en la cárcel, lo que daría a entender que las estructuras son estáticas, y eso no es así. Como dicen en las cárceles: ‘A rey muerto o encanado, lo reemplazará un nuevo rey’”.

Por eso a Quijano la postura sostenida por la Alcaldía le resulta facilista al señalar que todo lo relacionado con una estructura se decide al interior de las cárceles.

“Siempre se dice: ‘Ah, los de la cárcel dieron la orden’. Pero, ¿es que no hay mandos afuera? ¿Todos están adentro? O, por ejemplo, ¿San Pablo se acabó porque les cogieron a 13 hombres y mataron a Adiel? ¡No, eso no cambió en nada a San Pablo! Por eso digo que lo que hace la institucionalidad es vergonzoso así sea lo más mediático, porque se basan en lo que alcanzan a ver. Pero hoy, en la práctica, nadie sabe quiénes mandan en las estructuras”, añadió.

Otras comunas

Pardo y Quijano llamaron la atención de lo que pasa en otras comunas que también sufren aumentos de homicidios. Pardo señaló la situación de la comuna 10, La Candelaria, que hasta fin de mayo de 2024 registraba 23 asesinatos y en 2025, 32. De estos, 14 fueron por convivencia y siete por accionar de grupos ilegales.

“En el Centro, aparte de que hay demasiadas Convivir que rigen todas las rentas criminales –lo que explicaría tantos homicidios– también es conexa por cercanía a Manrique y Aranjuez por lo que los problemas se podrían irradiar. Esto mismo aplicaría a la comuna de Villahermosa”, explicó.

Por su parte, Quijano fue más enfático en señalar que, a su juicio, en el Centro sí hay guerra entre estructuras, pero con dos particularidades: la primera, es que el choque sería entre combos de delincuencia común conformados por venezolanos –incluso, según él, bajo la sombra del Tren de Aragua– contra las Convivir. Y la segunda, la lucha sería con armas blancas para que los casos se sumen como riñas y no como vendettas.

“En esa ‘guerra fría’ a puñal, varios de los homicidios supuestamente por riñas serían realmente confrontaciones”, comentó.

Finalmente, Quijano llamó la atención de lo que pasa en Laureles, comuna habitualmente tranquila que hoy cuenta 10 homicidios, dos más que 2024 y uno menos de los que tiene Aranjuez.

“No parece un incremento alto, pero si usted se pone a analizar Laureles históricamente es una comuna tranquila dada su vocación comercial y turística y además que es una de las más vigiladas. ¿Por qué hay 10 muertes violentas allí? No es normal que una zona como esa los tenga y si los hay es porque hay un fracaso en las medidas de seguridad allá”, dijo.

Según la Secretaría de Seguridad, de estos casos, uno fue por convivencia, dos por accionar de grupos ilegales, otros dos están asociados a hurtos y otros cuatro están por categorizarse.

“¿Por qué nos ponen a buscar a ‘El Coco’ en el Nororiente, cuando Laureles tiene casi las mismas cifras? Es porque Laureles tiene turismo. Y donde hay turismo nadie quiere dar malas noticias”, concluyó.