Medellín

Cinco universidades paisas crearon su propio Icetex: así funcionarán los préstamos para 2.500 estudiantes

Los estudiantes pagarán el 30% del valor del préstamo mientras estudian y el 70% después de graduarse.

Administrador sin ejercicio y periodista sin sección

06 de mayo de 2025

En 2024, el Icetex, la entidad del Gobierno nacional que le presta a los estudiantes para estudiar en las mejores universidades del país, entregó 56.000 créditos. Este año, la cifra bajó a 10.000, lo que significa una reducción del 82%. Aunque en campaña el presidente Petro prometió transformar la entidad para que prestara a intereses del 0%, la promesa resultó imposible de cumplir y el Icetex terminó desfinanciado y agonizando, cerrándoles la puerta a miles de jóvenes que no pueden o no quieren entrar en universidades oficiales.

Entérese: Petro le da un nuevo golpe a la educación: eliminación del subsidio del Icetex dispara cuotas de crédito hasta en un 87%

Para volver a abrir esa puerta, cinco de las mejores universidades antioqueñas y del país (Eafit, UPB, EIA, Ces y Medellín) se unieron para crear Fondo Futuro, una alternativa de financiación para 2.500 jóvenes que en los próximos cinco años (250 por semestre) quieran estudiar en alguna de estas universidades y no tengan el dinero para hacerlo.

El Fondo, que recibirá postulaciones a partir de este 7 de mayo, financiará el 100% del valor de la matrícula durante todo el tiempo que dure el pregrado y funcionará de la siguiente manera: durante el semestre académico el estudiante pagará el 30% del valor de la matrícula hasta en seis cuotas, mientras que el 70% restante lo pagará cuando termine la carrera, con un periodo de gracia de hasta de seis meses para iniciar el pago. Toda la información estará disponible en este enlace.

Un esquema similar al de Icetex, pero con mejores condiciones para los estudiantes, pues el 70% que será financiado a largo plazo no generará intereses durante los seis primeros meses posteriores a la graduación gracias a la alianza de las cinco universidades que los asumirán. Para el crédito de corto plazo, se aplicará una tasa mensual del 1,5% mes vencido sobre el valor financiado. Al finalizar los estudios, tendrá hasta 1,5 veces el tiempo de duración del programa, o del tiempo financiado, para pagar el saldo pendiente.

En este punto son importantes un par de aclaraciones: la primera es que este modelo de financiamiento no va a reemplazar las becas ni las otras ayudas financieras que tienen actualmente todas las universidades, la segunda es que inicialmente solo pueden aplicar estudiantes que vayan a cursar el primer semestre, y la tercera es que pueden aplicar jóvenes de todo el país, no es exclusivo para los antioqueños.

La primera cohorte será de 2.500 créditos, pero la meta, si sale bien, es llegar a los 250.000, no solo en Medellín sino en todo Colombia, sumando universidades y empresas de otras ciudades.

No es un crédito para los ricos: históricamente, el 84% de las renovaciones y créditos nuevos que otorga el estado para la educación superior se concentra en los estratos 1,2 y 3. Es una oportunidad para que miles de jóvenes de clases bajas y medias, que no pueden acceder a una beca o a un cupo en una universidad privada, entren a estudiar a las mejores universidades del país, no solo a formarse con profesores de primer nivel, sino a construir una red social (en vivo y en directo) para toda la vida.

Puede leer: Universidad que Petro prometió en Oriente antioqueño no tiene ni un ladrillo

Hay que recordar que este año, además de recortar los nuevos créditos, el Icetex puso fin al subsidio que hace 20 años tenía en las tasas de interés, un golpe durísimo al bolsillo de los estudiantes y sus familias, que vieron aumentar sus tasas de interés entre un 12% y un 17% efectivo anual y de un día para otro vieron cómo la cuota se les duplicó.

La vocación del Fondo Futuro es crecer y mantenerse. En un comienzo, el dinero lo pondrán las universidades, pero esperan sumar entidades financieras, organismos multilaterales, al sector privado y también al público. Hernán Herrera, líder de proyectos de Eafit explica que el objetivo es que cuando los estudiantes se gradúen, consigan empleo y empiecen a pagar el 70% de la deuda, esos recursos entren al mismo fondo para financiar a nuevos estudiantes que entren al sistema.

La operación y recaudo estarán a cargo de Credyty, una fintech especializada en la educación, que facilitará postulaciones, carga de documentos y trazabilidad de los créditos. Mientras que la administración fiduciaria será responsabilidad de Alianza Fiduciaria, que gestionará los pagos y garantizará el uso adecuado de los recursos.

Los trámites para aplicar al crédito se hacen virtual y demoran menos de 20 minutos. Los únicos requisitos son haber sido admitido en algunas de estas universidades, tener un responsable de pago y un codeudor con ingresos estables y demostrables y un nivel de endeudamiento que no supere el 35% del flujo de caja neto de la persona que toma el préstamo.

Por otro lado, desde las universidades buscan incentivar a las entidades financieras privadas para que se sumen. Para esto, van a asumir el valor de la fianza de cobertura para proteger el riesgo y así conseguir créditos más baratos. Esa cobertura es justamente uno de los costos que más encarece los créditos del Icetex.

Otra ventaja es el plazo para pagar la deuda: actualmente, en el mercado financiero el plazo de pago máximo para un crédito educativo es de 72 meses (seis años), mientras que en el fondo el plazo puede ser hasta de ocho años.

“No podemos perder esta generación”

Durante la presentación del proyecto, los directivos de las universidades fueron enfáticos en la urgencia de tomar soluciones para que más jóvenes de todo el país puedan acceder a la educación superior.

“Tenemos que ser conscientes que la formación del talento de los jóvenes es una en prioridad. Estamos viendo una ventana de oportunidad única, porque en 10 o en 15 años no vamos a tener el número de jóvenes que tenemos hoy” apuntó Claudia Restrepo, rectora de Eafit.

Restrepo además insistió en el mensaje de que no es cierto que los jóvenes ya no quieran ir a la universidad o que no haya jóvenes suficientes. Cada semestre, los aspirantes a las becas, en Eafit y en las otras cuatro universidades, superan hasta 10 veces el número de becas disponibles. En las universidades públicas pasa lo mismo: de 100 que quieren estudiar en la UdeA o en la Nacional, solo 10 consiguen un cupo. “Sí quieren estudiar, pero la principal barrera es la económica”, enfatizó Restrepo.

Por su parte, Jose Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, hizo un llamado para sumar actores al fondo: “esto arranca siendo una plataforma de cinco universidades, pero tienen que ingresar instituciones financieras, organismos multilaterales y otros actores del sector privado para que esta sea una apuesta demoledora para la región”, señaló.

Además, destacó el trabajo conjunto de los equipos de las cinco universidades en tan poco tiempo, pues la idea apenas nació a finales del 2024 en Proantioquia y en menos de un semestre ya está en marcha: “es una demostración de que cuando se cierran oportunidades somos capaces de construir nuevas propuestas. Esto es un ejemplo para otras ciudades de Colombia de que sí se puede cuando hay compromiso”, remató.

Ejemplo de la vida real

Juan se matricula en un programa de 10 semestres, con un valor promedio por semestre de $13.000.000. Durante el primer semestre, Juan deberá pagar el 30% de la matrícula ($3.900.000), que podrá dividir hasta en seis cuotas mensuales cercanas a los $780.000, incluyendo el interés del 1,5% mensual. El valor restante, $9.100.000, se acumulará y será pagado después de terminado su plan de estudios. Gracias a esta alianza universitaria, ese valor no generará intereses durante el tiempo de estudio. Una vez finalice su plan de estudios, Juan podrá saldar su deuda en un plazo de hasta 7 años y medio.