Áreas verdes; una necesidad urbana
Los jardines y plantas no son decorativos. Vivir cerca a estos impacta la salud y la calidad de vida humana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las ciudades tengan 9 metros cuadrados de zona verde por habitante. Parecen no quedar dudas de que estas áreas y los bosques inciden en el bienestar de las personas, según nuevas evidencias.
Los bosques, en el sitio que estén, impactan positivamente a los habitantes de las urbes, revela un estudio en la revista científica Plos One. Los países donde hay mayor expectativa de vida, mayores ingresos y educación tienen bosques en expansión.
Además, la OMS sugiere que los parques y los jardines juegan un rol crítico en el enfriamiento de las ciudades, pero también proveen rutas seguras para caminar y andar en bicicleta, así como lugares para la actividad física. Se estima que la falta de ejercicio por carencia de áreas recreativas responde por 3,3 % de las muertes globales.
El diseño de ambientes urbanos tiene el potencial de contribuir a reducir el sedentarismo, refuerza un artículo en The Lancet, que evaluó la cantidad de ejercicio en vecindarios con parques.
“Sabemos que vivir cerca de un espacio verde puede tener efecto positivo en la salud, posiblemente en la presión sanguínea, la depresión y los niveles de actividad física”. Los investigadores también han encontrado que el espacio verde modera los efectos de la inequidad en la mortalidad, es decir, personas que ganan menos dinero pero viven cerca de áreas verdes tienen una tasa menor de muerte que quienes no tienen acceso, explicó The Lancet.
En su reciente libro, Soluciones a la adaptación al cambio climático en áreas urbanas basadas en la naturaleza, Nadja Kabisch y colegas añaden a los beneficios la relajación y la disminución del estrés, así como una mayor cohesión social y unión a la zona de residencia. Todo esto fuera de las implicaciones ambientales.
Nigel Dunnett, profesor de Diseño de Plantaciones y Horticultura urbana en la Universidad de Sheffield (Reino Unido) es enfático al afirmar que “los jardines y plantas no son más una decoración opcional ‘grata de tenerla’ sino que son esenciales. Con los niveles de polución peligrosamente altos en las ciudades y las inundaciones rápidas que devastan grandes áreas, necesitamos abrazar que las plantas ayudan a mitigar algunas de las más grandes amenazas ambientales que enfrentamos”.
En este sentido, una investigación de Geoffrey Caruso, de la Universidad de Luxemburgo y colegas, publicada en Computers, Environment and Urban System, detectó que pese a la tendencia a construir centros urbanos densos muchas personas siguen yendo a la periferia por la carencia de parques y áreas verdes.
Asunto de bienestar.