El aumento de impuestos disparó el contrabando de cigarrillos en Colombia
Antioquia es uno de los departamentos más afectados por este fenómeno.
En Colombia, el contrabando de cigarrillos se ha convertido en un serio problema que va en aumento.
Entre 2017 y 2024, la participación de productos ilegales en el mercado se duplicó, pasando del 18% al 36%. Esta situación no es casual: el fuerte aumento del impuesto al cigarrillo aprobado en la reforma tributaria de 2016, que triplicó su valor, encareció el producto legal sin reducir significativamente el consumo. Según la Bitácora Económica de Fenalco, el resultado fue un incentivo directo al mercado ilegal, que hoy domina amplias zonas del país. El cigarrillo es un bien inelástico, lo que significa que, aunque suba de precio, la gente no deja de consumirlo.
“En cambio, muchos optaron por buscar alternativas más baratas, y las encontraron en el mercado ilegal. Esto se agravó porque el impuesto solo afecta a los productos legales, ampliando aún más la diferencia de precios. En 2024, una cajetilla legal costaba en promedio $11.000, mientras que una de contrabando apenas llega a $4.500. Solo el valor del impuesto (más de $4.500) supera el precio total del cigarrillo ilegal”, se lee en el texto del gremio de los comerciantes.
Este fenómeno ha tenido un impacto negativo sobre las finanzas públicas y el comercio formal. Según Invamer, las pérdidas fiscales por contrabando de cigarrillos superaron el billón de pesos en 2024. Además, estudios muestran que por cada 1% que crece el contrabando, las ventas legales caen un 0,27%.
Así, el alza de impuestos no solo no logró su objetivo de reducir significativamente el consumo, sino que debilitó el mercado formal y benefició a redes ilegales que no pagan impuestos y que operan sin control.
La expansión del contrabando es especialmente crítica en departamentos como La Guajira, Cesar, Magdalena y Córdoba, donde este flagelo alcanza niveles superiores al 70%. Esto pone en riesgo los recursos que reciben las regiones para salud, educación y deporte, financiados en parte por este impuesto.
El caso del cigarrillo muestra que, cuando los impuestos no se acompañan de estrategias de control, educación y equilibrio, terminan teniendo efectos contrarios a los buscados. “Replantear esta política es urgente”, abogó Fenalco.
Por su parte, un estudio de Invamer señaló que Antioquia perdió más de $281.800 millones en 2024 por cuenta de este delito, lo que la mantiene entre las regiones más afectadas del país.
Y es que Antioquia es otros de los departamentos en los cuales ha aumentado el contrabando de cigarrillos ilegales en el país, pasando del 40% en el 2023 al 43% en 2024, según el más reciente estudio de “Incidencia de Cigarrillos Ilegales en Colombia 2024”, realizado por Invamer.
El informe estima que el impacto sobre las finanzas del departamento también afectó a los diferentes municipios que dejan de recibir impuestos como consecuencia del comercio ilícito de cigarrillos. A nivel nacional, la pérdida de 2024 se estima en $1,03 billones.
Según la firma de investigación, esta actividad ilegal tiene un impacto negativo directo no solo en el recaudo tributario, sino en otros aspectos relacionados con la seguridad y la salud pública de los habitantes. “El contrabando y el crimen organizado están ampliamente relacionados, en tanto el comercio ilícito es la forma de monetización de las ganancias de las economías criminales. Las redes criminales y el narcotráfico se han sofisticado ampliamente al punto que han trasladado su experticia al contrabando de cigarrillos y hoy los dos negocios comparten modelos similares: diversificación del riesgo, más corrupción o violencia, minimización de inventarios y rutas únicas y estables para contrabando y narcotráfico”, señaló Martín Orozco, gerente de Invamer.
En promedio, el precio de una cajetilla ilegal de 20 cigarrillos en el departamento es de $4.247 frente a los $9.834 que es el valor promedio de una legal. Las marcas ilícitas mayormente comercializadas como contrabando en el departamento son Rumba, Win y Hamilton. Precisamente, Rumba es también líder a nivel nacional, con 13,4 % de participación y se ha identificado que proviene principalmente de países como Estados Unidos y Uruguay.
“Colombia ha perdido cerca de $4,4 billones en los últimos cinco años por cuenta del comercio ilícito de cigarrillos, por lo que además de intensificar los controles, se deben pensar en medidas estructurales para frenar este fenómeno. Los datos y la experiencia reflejan que cualquier aumento abrupto y antitécnico de la brecha de precios entre lo legal y lo ilegal, traslada el consumo legal al ilegal. Los únicos beneficiados son los contrabandistas”, agregó Orozco.