Economía

Qué hay detrás de una tasa de desempleo de 21,4%

La población con educación media y básica es la más afectada y el sector comercio en el que más se reportaron pérdidas de trabajo, según el Dane.

En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.

01 de julio de 2020

Nuevamente Colombia volvió a una tasa récord de desempleo: 21,4 % en mayo, algo no registrado, por lo menos desde 2001, cuando el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) empezó a realizar su Gran Encuesta Integrada de Hogares.

En concreto, 4,6 millones de colombianos fueron reportados como desocupados para el quinto mes, es decir personas que no trabajan para el periodo encuestado, pero están disponibles si surgiera una vacante, lo que supera en 2 millones a los 2,6 que hacían parte de este segmento para mayo del año pasado (ver Glosario).

En el caso de Medellín y el área metropolitana el dato fue de 505.000 ciudadanos sin empleo, por encima de los 261.000 observados en mayo del año pasado, con lo que, en la práctica, 244.000 personas entraron a formar parte de esta población en el Aburrá.

Analizando los datos de la entidad estadística, los renglones de la economía en los que más personas quedaron desocupadas por efecto de la pandemia, y específicamente en mayo, fueron comercio, que sumó 336.000 a los desocupados de su segmento; construcción, 310.000, y alojamiento y servicios de comida que totalizó 304.000 y transporte y almacenamiento con 232.000 (Ver Gráfico).

Para Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, gremio de los comerciantes, esto es preocupante y más porque se rebasó la cifra de 20 % en desempleo y “demuestra que no podemos seguir adoptando políticas de confinamiento, hay que hacer un sano balance entre el cuidado de la salud y la vida productiva, y se requiere una política de fondo para recuperar el tejido empresarial”.

Características

Por su parte, Juan Daniel Oviedo, director del Dane, analizó los datos desde el rango de edad de la población que no tenía un empleo y advirtió que quienes están entre 25 y 54 años fueron los más afectados. En este grupo se registraron 3,03 millones de desocupados, es decir 1,5 millones más que en mayo de 2019.

Oviedo complementó que los ciudadanos con educación media, y básica primaria y secundaria también se han visto perjudicados y allí se reportan más de 3,1 millones de personas sin trabajo.

De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director del Centro de Investigaciones Económicas Fedesarrollo, un aspecto preocupante es cómo la crisis ha afectado a las mujeres y a los jóvenes menores de 24 años. “Mientras que en el agregado nacional la pérdida de empleos fue de 22 %, para las mujeres se ubicó en 28 % (hombres 18 %) y para los jóvenes en 31 %”, explicó.

En este punto vale la pena destacar que Mejía se refiere al número de ciudadanos que dejaron de estar ocupados, sin que esto necesariamente signifique que en este momento se puedan catalogar como desempleados.

Explicado esto, hay que decir que en el reporte se observa que en mayo 17,2 millones de personas se registraban como ocupadas, por debajo de los 22,1 millones que lo estaban para el mismo lapso del 2019, lo que quiere decir que 4,9 millones de trabajadores salieron de la ocupación para el quinto mes.

Los llamados

Stefano Farné, miembro del Observatorio de Mercado Laboral de la Universidad Externado, dice que estos datos no solo dan para pensar en una reforma laboral, sino en dos.

La primera, dice, sería en el corto plazo para adaptarse a la coyuntura en la que se contemplen flexibilidades en los horarios de trabajo, disminución de salarios y medidas semejantes a la anunciada por el Gobierno de pagar la prima de junio por cuotas.

Y ya hablando de la segunda, comenta que esta debe ser la estructural, pensada en el mediano plazo y en la que se incluyan aspectos como regulación del trabajo por plataformas, introducción del pago por horas en algunas ocupaciones, mejorar el Servicio Público de Empleo e introducir un verdadero mecanismo de protección al desempleado.

Sobre este último punto, Raúl Ávila, profesor de Economía de la Universidad Nacional, asegura que lo más inmediato es crear una renta básica para la población sin trabajo porque lo más seguro es que el mercado laboral no se recupere hasta 2021 o 2022. Y añade que lo ideal sería un mecanismo similar al Ingreso Solidario (subsidio mensual de 160.000 pesos), pero que llegue a más habitantes.

Aún con esta difícil situación, para Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria, la conclusión es que lo peor ya pasó y fue en abril, cuando se destruyeron 5,3 millones de empleos entre ese mes y el mismo periodo del año pasado, pero queda el reto de estimular sectores más intensivos en mano de obra como construcción y comercio.