Economía

Borrás, el Súper que pudo evitar la crisis de Interbolsa

Alaín Roberto Borrás Polanía dirigió luego la AMV y castigó a responsables del colapso financiero, como Rodrigo Jaramillo C., presidente de Interbolsa.

Periodista y escritor. Diplomado en información económica y financiera, Geopolítica y finanzas para no financistas.

18 de noviembre de 2014

La Superintendencia Financiera de Colombia, en cabeza de Alaín Roberto Borrás Polanía, supo desde el 26 de enero de 2010 que el italiano Alessandro Corridori y sus amigos se estaban tomando irregularmente el control de Fabricato. Allí estuvo el germen de la manipulación del precio de la acción de la textilera, del deseo de vender la factoría y de usufructuar sus valorizados terrenos. El objetivo final se frustró y, el 2 de noviembre de 2012, colapsaron Interbolsa y el Fondo Premium, dejando damnificados a 2.072 inversionistas que tienen embolatados 800.000 millones de pesos.

La Superfinanciera actuó tarde, pues 21 días después de que Interbolsa se reventó, la entidad de vigilancia y control -dirigida para entonces por Gerardo Alfredo Hernández Correa, concluyó una investigación que corroboró lo denunciado por Fabricato.

Las alarmas se prendieron con lujo de detalles.

La productora de telas comenzó 2010 en condiciones tan negras, que solo un inversionista alienado pensaría en comprar esas acciones.

En efecto, en 2009 la economía se quedó estancada; la industria manufacturera cayó 5,9 por ciento; y el ramo textil retrocedió 7,1 por ciento al mes de noviembre y perdió 30.000 empleos directos.

Las ventas de la compañía asentada en el municipio de Bello, Antioquia, no levantaron cabeza y la pérdida operacional pasó de un signo positivo de 2.632 millones de pesos, a uno negativo de 20.649 millones.

El indicador más dramático era la utilidad neta: de una ganancia de 572 millones de pesos en 2008, se pasó a una pérdida de 97.470 millones de pesos al cierre de 2009.

Esa información era pública. Y pública fue también la denuncia del 7 de enero de 2010 del presidente de Fabricato, Óscar Iván Zuluaga Serna.

Vía “información relevante” el ejecutivo dijo que Valores Incorporados S.A. (VI) aumentó en 2009 su participación accionaria en la textilera del 0,829% de las acciones en circulación al 9,035%. Y precisó: “cabe anotar que el 66,52% de estas acciones están en un repo pasivo”.

Rentafolio Bursátil y Financiero S.A. (RBF) saltó del 0,881% de las acciones al 10,636%, y el 90,10% de esas acciones estaban en un repo pasivo. (Los repos era una forma de tomar dinero prestado de terceros y garantizarlo con acciones. El carnaval de los repos llegó a sumar después 300.000 millones de pesos).

¿Qué tramaban?

La Superfinanciera recibió la clave. El 26 de enero de 2010, o sea 19 días después de la primera comunicación, Fabricato le advirtió que al 22 de enero VI y RBF ya tenían el 22,93% de la propiedad “y efectuaban diariamente transacciones importantes de compra y venta de acciones de Fabricato en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC)”.

La misma nota -firmada por el representante legal de Fabricato, Juan Guillermo Palacio Monsalve- mostraba que VI y RBF actuaban en línea con Alessandro Corridori y un “grupo de amigos”.

Verbalmente el italiano les reveló “que las siguientes personas actuaban como grupo de amigos: Alessandro Corridori, Invertácticas y cia (sic) Ltda, Adrián Ramírez Meza, María Eugenia Jaramillo Palacio MC, Corridori Alessandro MC y Valores Incorporados S.A.” Y hasta el mismo Corridori confesó “su deseo de participar en la dirección de la sociedad”.

¡Tomen medidas!

¿Esos amigos constituían un solo beneficiario real?, preguntó Fabricato a la Súper, a la misma que le recordó, el 30 de abril de 2010, que carecía de suficientes herramientas para realizar dicha investigación.

Óscar Iván Zuluaga Serna manifestó: “La administración de Textiles Fabricato Tejicóndor S.A. realiza un seguimiento de los movimientos y cambios en la composición accionaria, con base en la información suministrada por Deceval (Depósito Centralizado de Valores), por lo tanto la sociedad solo obtiene de este organismo los datos básicos de los accionistas. Por lo tanto, pusimos bajo su conocimiento y del mercado de valores los hechos que consideramos relevantes para que su entidad pudiera tener elementos que le permitan evaluar y tomar las medidas que considere pertinentes”.

La Superfinanciera le solicitó a VI y RBF información sobre sus socios y si tenía algún acuerdo suscrito con otros accionistas de Fabricato. Es decir, sobre el acuerdo que, según lo cantó Corridori y lo informó Fabricato al mercado público de valores, ya estaba en ejecución.

El 23 de julio, VI reportó que no tenía “documento alguno suscrito” con otros accionistas de Fabricato. Lo que sí dijo es que Valores Incorporados era una sociedad de Premium Capital Appreciation Fund B.V. que, a su vez, tenía como corresponsal en Colombia a la comisionista de bolsa Interbolsa.

RBF respondió el 30 de agosto. No ||dijo nada sobre un acuerdo o contrato suscrito con otros inversionistas de Fabricato, pero sí señaló que era una sociedad del Fondo Premium.

Las dos firmas que iniciaron la toma de Fabricato eran, no hermanas, sino siamesas en sus intereses: compartían el mismo dueño, funcionaban en la misma oficina y, según comunicación rubricada con la firma del revisor fiscal de RBF, su Número de Identificación Tributaria (NIT) N° 830.094.269-8 era el mismo que tenía VI.

La Súper respondió el 24 de noviembre la consulta que le hicieron en enero. Era ya la gestión de Gerardo Alfredo Hernández Correa y a Fabricato se le dijo que era ella la competente para verificar si el “grupo de amigos” constituía un solo beneficiario real, cumpliendo la legislación vigente en la materia, “so pena de las actuaciones administrativas que se deriven por su incumplimiento”. Dicho de otra manera, el denunciante terminó amenazado.

Corridori y sus amigos, como es de conocimiento público, manipularon a su antojo la acción de Fabricato en 2011, hasta valorizarla en un 214%. Usaron para ello plata del Fondo Premium e Interbolsa, que fue tomada, para ese fin, a espaldas de los inversionistas.

Una “propuesta de inspección” a Fabricato, del 14 de septiembre de 2011, terminó en un informe el 23 de noviembre de 2012. Lo curioso es que el 14 de noviembre, a las 3:29 p.m., Hernández Correa denunció ante el Fiscal General de la Nación varios hechos presuntamente delictivos, que remiten a la alerta de Fabricato de enero de 2010:

“Existe un grupo de inversionistas con posibles vínculos con el señor Alessandro Corridori, los cuales pudieron haber actuado de manera coordinada con éste en la negociación de la acción de Fabricato. Entre éstos, los siguientes: Invertácticas S.A.S.; María Eugenia Jaramillo Palacios; Manrique y Manrique S.C.A.; P&P Investment S.A.S.; Lina María Barguil Manrique; Cromas S.A. y Barbex S.A.S.”.

Fabricato tenía la razón desde enero de 2010. Pero el daño ya estaba hecho.