Economía

Criptomonedas ¿una opción arriesgada?

Estas monedas virtuales pueden ser usadas como medio de pago, depósito de valor o unidad de cuenta.

22 de octubre de 2018

Por Mónica Vásquez Arroyave

Basta con descargar una aplicación en el celular o tener a la mano un computador, para poder acceder al mercado de las criptomonedas y hacer inversiones que, aunque especulativas, tienen cada vez más seguidores en el mundo.

En 2009, el bitcoin fue la puerta de entrada a esta nueva modalidad de intercambio comercial con monedas virtuales y luego, tras la aparición de muchas otras, como ethereum, que es la segunda más transada, se acuñó el término criptomonedas (CM), para poder agruparlas.

En opinión de Raúl Armando Cardona Montoya, docente del Pregrado en Finanzas de Eafit, hay otras CM que representan alternativas globales y rápidas para realizar transacciones de pagos, inversiones o financiación, entre ellas: litecoin, ripple, dogecoin y dash.

No obstante, según el economista, estas no son reguladas por ningún banco central o instituciones de control, a diferencia del dinero fiduciario soportado en oro, reservas internacionales o producción nacional, base para realizar emisiones de monedas tradicionales y de curso forzoso en cada país.

Alejandro Torres García, docente del Departamento de Economía de Eafit, precisa que la creación de la oferta monetaria de estas criptomonedas, responde a algoritmos matemáticos, por lo que cada cierto tiempo se genera una nueva cantidad de dinero que entra al mercado monetario, sin que haya una autoridad de por medio.

“Es un misterio quién emite el bitcoin. Aunque, en teoría aparece a nombre de un japonés, en la práctica se desconoce el emisor, y ese es uno de los riesgos que tienen estas monedas”, advierte el docente.

El caso más reciente, según él, es el de Venezuela, país que decidió hacer un primer llamado para la emisión de una moneda digital, denominada petro, pero ahí se sabe quién es el emisor.

La posición del Banco de la República es que el peso colombiano (billetes y monedas) es la unidad monetaria y unidad de cuenta del país, de modo que es el único medio de pago con poder liberatorio ilimitado, y que las criptomonedas no son reconocidas como una moneda en Colombia, como sucede con el dinero electrónico (o e-money), que es una representación digital de la moneda de curso legal de una nación.

“Las CM no tienen el estatus de ser de curso legal; es decir, no tienen poder liberatorio ilimitado, no hay un emisor que esté obligado a redimirlas (por ejemplo en moneda legal), y no son reconocidas como divisas según las definiciones del Fondo Monetario Internacional, ya que no son emitidas por un gobierno soberano”, refiere José Eduardo Gómez González, investigador principal de la Unidad de Investigaciones del Banco de la República.

¿Buena o mala idea?

¿Qué tan dispuesto está a arriesgar parte de su capital? Esa es la cuestión. Torres García explica que el mercado más grande de criptomonedas es Corea del Sur, con cerca del 35 por ciento de la participación mundial de bitcoins, donde se encuentran tantos dispensadores de estos como de gaseosa.

En Colombia, la acogida ha sido buena en comparación con algunos países de América Latina. A pesar de ello, sostiene que se trata de una inversión completamente riesgosa y especulativa, porque no se conoce de qué depende, cómo funciona y, por lo tanto, no se puede hacer un ajuste entre el rendimiento a obtener y el riesgo que se corre.

Una de las críticas a las CM, en palabras del docente, es que a mucha gente le venden estas monedas como una inversión segura, con la promesa de ganar cierta cantidad de dinero pero, por su propia naturaleza, no es posible determinar la rentabilidad en un periodo dado.

A eso se suma el vacío jurídico que existe alrededor del mundo para las criptomonedas, además de que nadie puede garantizar una compra o una venta con bitcoins, y no es posible reclamar al Banco de la República, porque no es una moneda de curso legal.

“En el país ha habido una fiebre por participar de este mercado, pero ha disminuido ante los llamados de atención de las autoridades monetarias y de control, y porque varios jugadores en Colombia han sido declarados como estafadores, ente ellos Me-Coin y Onecoin, por considerarse como negocios no regulados, y que dejaron más de 150.000 clientes como víctimas de sus estafas”, puntualiza Cardona Montoya.