Importaciones: ¿por qué es clave que crezcan?
Entre enero y julio las compras al exterior cayeron 19,8 % mientras en el séptimo mes disminuyeron 20,1 %: Dane.
Editora de Economía de El Colombiano. Amante de las buenas y nutridas conversaciones, la música y los viajes.
Colombia lleva desde marzo de este año con cifras negativas en las importaciones, y enero y febrero crecieron de forma limitada, 0,6 % y 0,4 % respectivamente. Así llegó la pandemia y le dio una estocada importante a las compras al exterior.
Entre enero y julio la variación negativa alcanza el 19,8 % con un cierre de 24.404,6 millones de dólares frente al mismo periodo del año pasado cuando llegó a los 30.420,2 millones de dólares, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane)
Tener la capacidad de adquirir productos fuera del país significa que la economía produce lo suficiente para hacerlo, y es más positivo, sobre todo, en la medida en que sean bienes que otorguen competitividad, a través de bienes primarios, intermedios o maquinaria y equipos.
De esta manera “mientras la economía no supere el coronavirus y se pueda reactivar todo el aparato productivo no la vamos creciendo de manera positiva, ni a las importaciones haciéndolo dinámicamente. Para que estas compras aumenten se requiere que el aparato productivo nacional lo haga, pues es el mayor demandante”, dijo Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
Para el economista Raúl Ávila, profesor de la Universidad Nacional, un aspecto relevante en las importaciones es que es un dinamizador del precio de los productos al consumidor final, que puede ser menor por esta vía, lo que es positivo para las personas que reciben más variedad de productos, aunque este ingreso puede poner en problemas a fabricantes locales si se trata de bienes finales.
Para Díaz es errado decir que exportar es bueno e importar es malo, pues “un país exporta para poder comprar en el exterior aquellas cosas que no produce, que lo hace de manera insuficiente”.
Sea como fuere, en los siete meses que van corridos del año, del total de las importaciones, 11,2 % fueron productos primarios y el 86 % bienes industrializados, y de estos: 21,2 % es la proporción de los extremos tanto las manufacturas basadas en recursos naturales como de los bienes de alta tecnología que aportan cada una esta cantidad ; 30,2 % fueron de media tecnología y 13,6 % de baja.
¿Cómo se explica la caída?
Los datos del Dane muestran que, pese a que el grupo de combustibles e industrias extractivas cayeron con más fuerza 40,2 % en los siete meses, lo que más impacta la disminución son las manufacturas que con un porcentaje de -20,7 % aportaron 15,8 puntos porcentuales (pp.) de la caída general.
Los que más afectaron en este grupo fueron: vehículos de carretera, que restaron 4,6 pp. del grupo; equipos de transporte, 2,9 pp.; maquinaria, 1,8 pp.; hierro y acero, 1,6 pp.; aparatos de telecomunicaciones, 1,4 pp., y productos químicos, 1,1 pp..
Para analizar este tema Ávila explica que ha habido un panorama difícil no solo desde la oferta por “las restricciones a la movilidad de algunos países y una tasa de cambio alta”, sino por la demanda, debido a que “con una caída en los ingresos se disminuye el consumo”; y todo lo anterior redunda en que se privilegia la producción y comercialización local sobre lo foráneo.
Incluso, dijo, en momentos en los que hay inventarios importantes y las empresas nacionales están activando promociones para salir de estos productos. De hecho, en el séptimo mes del año las importaciones cayeron 20,1 %, lo que es menor en proporción frente a junio (-27,2 %), mayo (-39,9 %), abril (-31,6 %) y superior a marzo (-16,6 %).
Para cerrar este año, Ávila espera que las compras al exterior se dinamicen. Mientras a futuro, dice Díaz, se prevé “que en 2021 la economía esté creciendo y veamos el año entrante una dinámica diferente en las importaciones y en las exportaciones porque ambos deberían crecer el año entrante”.