Economía

Preocupa el bolsillo, pero seguiremos gastando

Mientras el gasto de los hogares creció durante 2019, la confianza de los consumidores se mantuvo en terreno negativo.

28/01/2020

Un desempleo que no mejora, temor por hacer gastos más allá de los estrictamente necesarios, y la incertidumbre por lo que pueda pasar con la pensión, suelen ser temas recurrentes a los que los colombianos vuelven en discusiones familiares o redes sociales.

Ese panorama nebuloso, que suele escucharse o leerse, y que plantearía moderar el consumo, se contradice con el hecho de que aumente el gasto en hogares. En cambio hay mediciones, como las que hace Fedesarrollo, que ponen de manifiesto la necesidad por saber cuál será el futuro de la economía nacional, qué papel va a jugar el Gobierno y cuál será el rol de los empresarios.

Para empezar, el consolidado del gasto de los hogares que entrega Raddar encontró que durante el año pasado el indicador llegó a los 727 billones de pesos, situación que representó un crecimiento del 6 % en comparación con el ejercicio de 2018; un dato muy por encima del 3,2 % del aumento del PIB, o del 3,82 % de inflación, para hacerse a una idea.

De acuerdo con José Manuel Restrepo, ministro de Comercio, Industria y Turismo, la explicación de que los colombianos estén confiados y se sientan seguros de hacer este tipo de inversiones se ve reflejada en que “lo que gastan los hogares colombianos es uno de los factores que ayuda a impulsar la economía del país. Por eso, la cifra de crecimiento de 6 % en términos reales, reportada para el año anterior, es una muy buena noticia y muestra la mejora en la confianza de los consumidores”.

Sin embargo, documentos como la Encuesta de Opinión del Consumidor del año pasado, que elabora Fedesarrollo, refutan el hecho de que los colombianos estén dispuestos a gastar más allá de lo estrictamente necesario.

Según el informe, el Índice de Confianza del Consumidor cerró 2019 con un indicador de -7,4 %, que le dio para una caída de siete puntos porcentuales si se compara con el resultado de 2018: -0,5 %. Dijo el tanque de pensamiento que el resultado se dio porque los colombianos no ven con buenos ojos la situación económica de este año (ver Radiografía).

Pero entonces cómo explicar que tanto las disposiciones por comprar vivienda, bienes durables (tipo electrodomésticos) y la motivación por adquirir carro sean negativas, pero aún así el consumo se mantenga en positivo.

De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, hay dos explicaciones: de un lado la llegada de venezolanos empuja el indicador en la medida en que esa población gasta en necesidades de primera mano. La segunda es que los colombianos perciben la mala situación económica de puertas para afuera, no en sus bolsillos.

“Hay que preocuparse si la valoración de la situación interna del hogar empieza a ser negativa. Lo que puede ocurrir es que se merme un poco ese gasto teniendo en cuenta que las perspectivas económicas para 2020 que, si bien son buenas, todavía generan cautela”, explicó Mejía, quien añadió que la meta para este año es un mejor crecimiento.

Así mismo, otra de las variables que juega en esa proyección tiene que ver con qué tanto pueda llegar a aumentar el costo de vida en el país. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el crecimiento “estuvo controlado” y se situó en 3,82 % para el año pasado, un fenómeno que además no se espera cambie sustancialmente en 2020.

Según datos de la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco de la República de enero de 2020, la inflación a cierre de año llegaría al 3,40 % (sin eventos extraordinarios); aunque los 40 actores financieros consultados por el Emisor prevén como dato máximo un 4 % en el aumento del costo de vida.

Desde hace algo más de un año y medio el Gobierno viene otorgando alivios tributarios a los empresarios para que generen más oportunidades de empleo formal en Colombia; sin embargo, la desocupación va en crecimiento (9,3 % a noviembre del año pasado, frente a 8,8 % de 2018) y sigue preocupando a los ciudadanos.

¿Cuál es entonces el papel del empresariado para mejorar esa perspectiva? Saúl Pineda, viceministro de Desarrollo Empresarial, explicó que es necesario entender que se están liderando iniciativas para que en el país existan oportunidades reales de estabilidad financiera.

“La sociedad colombiana está en mora de darle valor a al sentido empresarial como una actividad que genera riqueza e inclusión social. Por la vía del empleo digno y de calidad se está apostando por impulsar más oportunidades, pero eso debe ir de la mano con que el sector empresarial escuche las necesidades de la ciudadanía para avanzar”, explicó Pineda (ver Paréntesis).

Las voces de los ciudadanos que vienen manifestándose desde noviembre giran en torno a una misma carencia: que empiecen a verse más puestos de trabajo cuanto antes, un fenómeno que según lo dijo en su momento la ministra de Trabajo, Alicia Arango, empezaría a darse en los primeros meses de 2020, momento en el que se sentirán los efectos en materia de empleo de la Ley de Financiamiento de 2019 y la Ley de Crecimiento Económico aprobada para este año.

Para Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), el papel que jueguen los empresarios en cambiarle esa percepción a los colombianos pasa también porque se otorguen oportunidades de consolidación empresarial.

“El trabajo es de lado y lado: en la medida en que quienes se animan a fundar compañías en Colombia tengan un aparato jurídico y financiero sólido para brindar más oportunidades de trabajo formal, ayudará a que la percepción negativa cambie de a poco. Por ahora parece estar cumpliéndose la meta”, explicó Quintero.

Precisamente sobre este punto hay que recordar que el pasado 21 de enero, la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras) dio a conocer que en el país, durante el año pasado, la creación de unidades productivas aumentó 2,1 % (cerró en 309.463), con respecto al ejercicio de 2018.

Informó la agremiación que 75,7 % correspondieron a personas naturales, mientras que 24,3 % a sociedades (este último dato da cuenta de un aumento del 10,4 % en comparación con 2018).

“Este significativo aumento en la creación de sociedades, superior al porcentaje de apertura de unidades bajo la figura de personas naturales, refleja que el empresario colombiano le está apostando realmente a la formalización porque entiende que es la forma de ser más productivo y ganar presencia en el mercado”, explicó Julián Domínguez, presidente de Confecámaras.

Sin embargo, recordó José Roberto Acosta, profesor de la Universidad Nacional y miembro de la Red por la Justicia Tributaria, que en sí la creación de empresas no representa un buen termómetro, lo que se necesita es que esas nuevas compañías se consoliden y no creen solamente empleos temporales.

“La gente siente el descontento por las gabelas que desde el Gobierno se le entregan a las empresas, mientras el ciudadano de a pie siente que sobrevive con lo mínimo”, añadió el analista.

Tesis que no comparten desde Fenalco, pues según Eduardo Visbal, vicepresidente de la agremiación, el cambio se da en la medida en que se tenga paciencia “pues las empresas deben seguir acoplándose a los nuevos esquemas tributarios, entre otros”.

Según datos de Raddar, el crecimiento en el gasto de los hogares también se explicó porque se percibieron mejores sueldos, lo que desencadenó una subida en los ingresos: el salario mínimo de 2019 creció 6 %, y el crecimiento real tuvo una variación del 2,3 % .

Tengo más libros de fútbol que calzoncillos y medias.