Empresas

Un buen líder toma talento individual y lo hace colectivo

Carlos Raúl Yepes y Francisco Maturana unieron experiencias para construir un perfil de liderazgo.

Periodista de Economía y Negocios. Amante de la vida, con una familia que inspira a esforzarse todos los días a hacer mejor las cosas, una de ellas el periodismo. Egresado de la UPB.

16 de noviembre de 2016

Fútbol, bancos y academia se reunieron por primera vez en Medellín para construir el perfil que debe tener el líder empresarial de hoy, uno que responda a exigencias del mercado y esté a la vanguardia de las organizaciones modernas.

La tarea la asumieron el expresidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes; el exdirector técnico de la Selección Colombia de Fútbol, Francisco “Pacho” Maturana, que moderados por el decano de la Escuela de Administración de la Universidad Eafit, Manuel Esteban Acevedo, realizaron un conversatorio de casi tres horas en Plaza Mayor que convocó a más de un centenar de personas.

Aunque el evento no finalizó con una definición unificada, sí se lograron acercamientos para definir ese modelo de líder que resume el nuevo paradigma de las compañías.

El primero de ellos apuntó a que el ser humano es el eje central de las empresas competitivas, porque la gente es quien contribuye a lograr objetivos, de ahí la importancia de hablar de motivación, felicitación y buen ánimo.

Sin embargo, para orquestar todo es necesario un buen líder y el panel estuvo de acuerdo en definir que es aquel que tiene la habilidad de tomar el talento individual y lo hace colectivo, funcionó así en la Selección y en el banco más grande del país con 53.000 colaboradores.

“Eso sí, el liderazgo se gana desde el conocimiento”, apuntó Maturana, mientras que Yepes agregó que es aquel que sabe hablar y sabe escuchar: “debemos aprender esto porque además de hablar mal, no escuchamos para entender sino para contestar”.

Yepes añadió que el buen líder sabe controlar sus emociones en su grupo de trabajo, cumple lo que promete y utilizó una frase de los hermanos Lasallistas: “una persona vale, si vale su palabra”.

Por eso aprovechó para decir que el negocio de los bancos está basado en la confianza, pero “paradójicamente todos los procesos están basados en la desconfianza”.

Precisamente, de este concepto surge la denominada economía de la empatía, aquella que habla de invertir en la confianza, como pilar de las organizaciones modernas.

De otro lado, frente a la deshumanización que trae la tecnología, Maturana manifestó que no se puede descartar esta herramienta para obtener éxito, “pero hay que llegar al corazón del jugador o del empleado y motivarlo a que sea mejor todos los días”.

Finalmente, Yepes destacó que las cosas no se pueden generalizar entorno a la tecnología: “es como el mercurio, que en una lata de atún es muy malo, pero en un termómetro es muy bueno”.