¿Por qué vivimos en el mundo de las suscripciones?
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.
Adquirir una suscripción para ver los programas de televisión de su preferencia o para escuchar la música de su gusto o la posibilidad de alquilar un vehículo en línea para salir de paseo son cosas que han sucedido por la transformación digital, la cual está impulsando la llamada Cuarta Revolución Industrial.
Con esto, los esquemas de negocios digitales han abierto un extenso horizonte de posibilidades en el sector empresarial, por lo que día a día el objetivo es satisfacer las demandas de los clientes y del mercado.
Igualmente, esto ha acelerado la adaptación y adopción de los cambios en sectores como los medios de comunicación, las aerolíneas, el turismo, los intermediarios financieros o el comercio (ver módulos). La velocidad de esta transformación es alta y, a diferencia de las anteriores revoluciones industriales, esta se desarrolla de manera exponencial y no lineal: En tres años, por ejemplo, The New York Times casi triplicó su número de suscriptores de unos dos millones en 2017 a 5,7 millones este 2020 y busca llegar a 10 millones en 2025.
Además, su alcance es completo, pues no existe ninguna actividad económica que no esté siendo impactada y en su mayoría sujeta a disrupción. Aun, los cambios que está generando afectan los sistemas de producción, administración y gobierno, cosa que advirtió en 2019 el Foro Económico Mundial.
Nuevo rumbo
Desde esa óptica, Patricia Galiana, colaboradora de la Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores de España anotó: “Estamos ante una era en la que la forma en que una empresa maneja su relación con los consumidores superará al actual modelo de intermediación de empresa a empresa”.
Adicionalmente, consideró que estamos viviendo en una economía de suscripción, y es así como los servicios más entretenidos y centrados en el cliente que se conocen hoy, desde Netflix hasta Spotify y Amazon Prime, siguen ese modelo.
El esquema puede ser muy poderoso ya que conlleva algunas ventajas, entre ellas disponer de una base de clientes fijos durante un periodo de tiempo, la cual se estructura a partir del registro de las personas, lo que a su vez posibilita identificar gustos, intereses, afinidades.
La suscripción también asegura un flujo continuo de ingresos, predecibles, ya que los suscriptores pagan por anticipado, y en términos de planificación de negocios, este sistema proporciona una visión más clara de las necesidades de la empresa.
Desde la óptica del suscriptor acceder a una propuesta de valor relevante y de calidad, acorde a sus intereses y necesidades y que incluso proporcione beneficios (descuentos en supermercados, comercios, librerías, lanzamientos o charlas) resultan convenientes a la hora de tomar una decisión.
“En resumen, muchas empresas se están suscribiendo a este modelo, ya que les permite crear un flujo de ingresos sostenible a lo largo del tiempo. Sin embargo, es esencial señalar que crear este tipo de modelo no es una tarea sencilla. De hecho, compañías como Netflix y Spotify gastan miles de millones de dólares en producir contenido original que pueda hacer que los suscriptores quieran renovar su plan”, enfatizó Galiana.
Movidas
Prueba de lo anterior son los anuncios hechos el jueves por algunos jugadores del contenido de entretenimiento por suscripción. Disney que afirmó tener 137 millones de suscriptores, a través de DisneyPlus, Hotstar, Hulu y ESPN+, estima que para finales del 2024 contará con entre 300 millones y 350 millones de clientes en sus servicios directos al consumidor, una cifra muy cercana a la cantidad de habitantes que tiene Estados Unidos: 320 millones.
La agencia EFE que estuvo en una presentación de la directora financiera de la compañía, Christine McCarthy, reportó que una parte sustancial de esos nuevos suscriptores vendrán de Disney+, que esperan que para 2024 acumule unos 260 millones de clientes.
El plan también incluye una nueva plataforma de entretenimiento fuera de Estados Unidos denominada Star, que se enfoca en contenidos para población más adulta y que se lanzará el próximo 23 de febrero para países europeos, Canadá y Nueva Zelanda.
En Latinoamérica se ofrecerá otro servicio de streaming, Star+, con entretenimiento de las marcas de Disney y de la cadena de deportes ESPN, que llegará al mercado en junio de 2021.
También el jueves, en un comunicado Starz presentó su nueva aplicación Starzplay en Colombia. “Estamos muy entusiasmados de continuar expandiendo nuestra aplicación Starzplay directo al consumidor en América Latina con este lanzamiento, brindando a los suscriptores locales una entrada directa a la plataforma y contenido premium, con lo mejor de SVOD global, en el dispositivo que elijan”, expresó Superna Kalle, vicepresidenta de Canales Digitales Internacionales de Starz.
Jaime Abello, director de la Fundación Gabo, explicó que el esquema de la suscripción a los medios escritos siempre ha existido, pero la digitalización y los cambios culturales mostraron su debilidad, en particular al diluirse los ingresos que generaba la publicidad por la llegada de los grandes jugadores de internet como Google y Facebook.
En el pasado los suscriptores y la pauta publicitaria cubrían parte de los costos de producir un periódico o una revista (redacción, impresión, reparto), en el mundo digital la suscripción sigue siendo indispensable para que se genere información por la que las audiencias estén dispuestas a pagar.
Por su parte Ismael Nafría, director de la revista National Geographic España y autor del libro “La reinvención de The New York Times”, sostuvo que el modelo de suscripción digital se está imponiendo en medios de todo el mundo como una nueva y lógica vía para lograr ingresos.
Consultado por EL COLOMBIANO, Nafría explicó que la publicidad está dejando de ser el soporte principal de los medios, especialmente de los periódicos, y se hace imprescindible buscar nuevas vías de ingresos. “La más natural es contar con los lectores que son usuarios habituales de los medios, y que valoran el trabajo periodístico que realizan. Si aprecian que el medio le ofrece información de valor, claramente diferencial, útil para su vida, estarán dispuestos a pagar por ella, como sucede en cualquier otro campo”, dijo.
Liliana Ochoa, arquitecta de Gestión de Información de la empresa de servicios tecnológicos Axity, la pandemia provocó un auge de las plataformas virtuales de educación. “Establecimientos como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por su sigla en inglés) que poco publicitaba sus cursos ahora ofrece opciones en español en temas como analítica o big data. Otros ejemplos son las apuestas de Open English o Next U”.
Algunas cifras
Un reporte de la Federación Internacional de la Prensa Periódica (FIPP), de octubre, destacó como solo en el segundo trimestre de este año The New York Times sumó 669.000 nuevas suscripciones, consolidándose como el primero en el escalafón de medios con 5,7 millones suscriptores, seguido de Wall Street Journal con 2,2 millones.
El listado de plataformas de video es liderado por Netflix con 193 millones de suscriptores, y en el segmento de música Spotify contabiliza 138 millones de personas suscritas (ver gráfico).
Por su parte, el informe “Consumo y pago de noticias digitales: oportunidades y desafíos del modelo de suscripción en América Latina”, divulgado en septiembre e impulsado por Luminate, el Fondo Velocidad, SembraMedia y el ICFJ (International Center for Journalists), mostró que en Colombia el 15 % de los lectores de noticias digitales están suscritos de forma paga a un medio local.
La muestra de 2.033 personas evidenció un perfil masculino, mayor de 50 años y de buen nivel socioeconómico, cuya principal razón para suscribirse es el acceso a información seria y confiable. En contrapartida, los que no se suscriben consideran irrelevante pagar por noticias a las que pueden acceder de forma gratuita (ver Para saber más).
Opciones
Son varios los modelos de suscripción que se emplean actualmente, uno de ellos el peer to peer (p2p) que pone en contacto a dos partes que participan de una transacción, y es el que usan Uber o Airbnb.
También existe el esquema freemium que es una combinación de las palabras free (gratis) y premium, que ofrece un producto o contenido de forma gratuita mientras se reserva el buen contenido para que sea de pago. Adobe, por ejemplo, les permite a los usuarios usar su versión gratuita de Acrobat para leer archivos PDF, pero si quieren modificar o editar el contenido, deben pagar por la versión actualizada.
Para acceder a estos servicios el pago puede hacerse a través de cualquier sistema, desde las tarjeta de crédito o débito, pasarelas como Paypal, Stripe o botones de pago .