Economía

Así se ha ido echando para atrás Trump con su política de aranceles, ¿le salió mal la jugada?

Aunque gravó a China con 145%, ahora cambió de parecer, al igual que sucedió con los aranceles recíprocos al mundo, entre otras decisiones. ¿A qué juega?

13 de mayo de 2025

Un buen ejemplo para entender la actual guerra arancelaria lo plantea Andrés Castellanos, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte: “Imagine dos gigantes en una pelea de titanes. De un lado, Estados Unidos, la superpotencia del consumo y la innovación. Del otro, China, la fábrica del mundo, que ha pasado de ensamblar a competir en tecnología”.

Igualmente, recuerda que desde 2018, estos colosos libran una guerra comercial que ha sacudido el planeta, encarecido productos básicos y puesto a prueba las cadenas globales de suministro.

Durante su primer mandato en Estados Unidos, Donald Trump impuso aranceles del 25% a productos chinos argumentando “robo de tecnología”. El conflicto escaló y el mandatario norteamericano subió tarifas hasta el 145%, y China respondió con aranceles del 125%. Las consecuencias se sienten dentro y fuera de sus economías interdependientes.

Los productos agrícolas estadounidenses —soya, maíz, carne y lácteos— han perdido competitividad, afectando a los estados del medio oeste. Las exportaciones caen, los precios bajan y los subsidios aumentan. Mientras tanto, los consumidores enfrentan inflación debido al encarecimiento de bienes clave importados desde China.

Vale anotar que Estados Unidos depende en gran parte de China para insumos tecnológicos como minerales raros, esenciales para semiconductores y autos eléctricos.

La decisión china de limitar su exportación ha encarecido estos productos y golpeado a empresas como Apple y Tesla, que intentan reubicar operaciones fuera del país asiático, con altos costos.

La presión económica llevó a ambos países a declarar una tregua el fin de semana, tras una ronda de conversaciones en Suiza, lo que Castellanos interpreta como una señal de que la estrategia arancelaria de Trump comienza a fracturarse.

Anuncios tras la negociaciones en Suiza

Y es que Estados Unidos y China acordaron reducir, durante 90 días contados a partir de mañana, 14 de mayo, los aranceles recíprocos que se aplican sobre las importaciones desde el país oriental, de 145% al 30%, y sobre las importaciones desde el país norteamericano, de 125% al 10%, como resultado de las negociaciones de los representantes comerciales de ambos países el pasado fin de semana.

Por su parte, el presidente Trump, ayer desde la Casa Blanca, señaló que China también convino en eliminar sus barreras comerciales no monetarias y abrir su mercado a las empresas estadounidenses.

A su vez, indicó que podría conversar con el presidente chino Xi Jinping al final de la presente semana para continuar con las negociaciones de un acuerdo final.

Fue así como la bolsa de Nueva York cerró con una fuerte alza ayer, impulsada por la esperanza de una desescalada en la guerra comercial.

La agencia AFP reportó que el índice estrella, el industrial Dow Jones, subió 2,81% para cerrar en 42.410,10 puntos (ver gráfico), el tecnológico Nasdaq creció 4,35% hasta las 18.708,34 unidades y el índice ampliado S&P 500 avanzó 3,26% al finalizar en 5.844,19 puntos.

“Los principales índices cotizaron dentro de un rango estrecho en una sesión dinámica después de que el presidente Trump, promocionara un reinicio total de las relaciones con China”, destacó AFP.

Los mercados internacionales accionarios y de materias primas se valorizaron ante el alivio de las tensiones comerciales, y en Colombia el MSCI Colcap de la Bolsa de Valores tuvo un ascenso de 0,60%, cerrando en 1.655,26 unidades.

El precio del petróleo Brent aumentó 1,66% favorecido por los anuncios de las potencias comerciales, y en el país la cotización del dólar bajo $20,63, aunque compensada en parte por el mayor valor del crudo que terminó alrededor de los US$65 por barril.

Dinámica de las decisiones arancelarias en el último mes

Tras meses de tensión por el rumbo de los aranceles, Estados Unidos y China lograron calmar los mercados, pero el último mes en particular ha estado plagado de anuncios arancelarios, aumentos intempestivos, suspensiones y aplazamientos que han generado volatilidad.

Es así como Bloomberg señala que el llamado “Día de la Liberación”, celebrado el 2 de abril, marcó un giro en la política comercial de Estados Unidos y sacudió a los mercados con la imposición de los denominados “aranceles recíprocos”.

Trump impuso un arancel global del 10% a todas las importaciones que comenzarían a aplicarse el 5 de abril. De igual forma, también anunció aranceles específicos y más fuertes a los mercados que supuestamente imponían más barreras comerciales al país a partir del 9 de abril.

Ese mismo 9 de abril, Trump declaró una tregua de 90 días, sin considerar a China, dejando en firme solo un arancel reducido del 10% a todas las importaciones, excepto a las provenientes de Canadá y México, amparadas por el tratado comercial existente entre esos países.

De momento, Trump también mantiene vigentes los aranceles del 25% a la importación de carros, así como una tasa del mismo porcentaje a las compras de acero y aluminio.

Así las cosas, es evidente que la estrategia comercial de Trump ha sido cambiante e imprevisible, marcada por giros abruptos entre confrontación y negociación con sus socios comerciales.

Desde el Día de la Liberación, Estados Unidos y China iniciaron una serie de respuestas hostiles basadas en incrementar los aranceles cada vez más, llevándolos en el caso del país norteamericano al 145% y en el de la potencia asiática a 125%, niveles que el fin de semana, según los anuncios, quedarán suspendidos por tres meses.

Quiénes ganan con la guerra comercial

Mientras los titanes se enfrentan, otros países aprovechan la coyuntura. Castellanos destaca que Vietnam, India y México se han convertido en destinos clave para la relocalización industrial.

“Este nearshoring ha beneficiado especialmente a México, atrayendo inversiones en sectores como la automoción y la electrónica. Europa y Corea del Sur también actúan: la UE impulsa su industria de semiconductores, y Corea invierte en tecnologías verdes para no depender de Washington ni Pekín.

China, por su parte, expande su influencia con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que fortalece su red comercial y le da presencia en puertos, ferrocarriles y zonas francas en más de 60 países.

En este ajedrez global, Colombia ocupa una casilla clave. Estados Unidos es el principal socio comercial, comprador de petróleo, flores y café. Pero China ya es el mayor proveedor de bienes: tecnología, maquinaria y textiles.

El gobierno colombiano adelanta una visita oficial a China para fortalecer la relación bilateral y atraer inversión. Quiere jugar en ambos tableros, sin perder los beneficios del TLC con Estados Unidos. Pero este acercamiento no pasará desapercibido, pues la guerra comercial es mucho más que una disputa arancelaria: es una batalla por el liderazgo global. Hoy, China parece jugar con estrategia, mientras Estados Unidos se ve obligado a corregir errores.