Finanzas

Falta unificar las reglas del crédito al microempresario

Para José Alejandro Guerrero, presidente del banco WWB, especializado en microcrédito, la responsabilidad debe primar ante riesgo de sobreendeudar.

Reportero por vocación. Convencido de que el periodismo es para mejorar la vida de la gente. Ahora escribo de temas económicos en El Colombiano.

14 de febrero de 2015

Con la premisa de que “no hay clientes ‘malos’, sino créditos mal originados”, el Banco WWB se enfrenta a dos corrientes turbulentas que hacen negocio con la necesidad del microempresario.

De un lado está su mayor competencia, el crédito exprés ilegal de los agiotistas, llamado “gota-gota” o “pagadiario”, que demuestra que no hay plata más cara que la que no se tiene.

Y del otro, el riesgo de que la banca tradicional no mida con responsabilidad su apetito de colocación o rentabilidad en créditos de consumo, frente a una nutrida base microempresarial del país.

De ahí que el presidente del Banco WWB, José Alejandro Guerrero Becerra, afirma que “falta unificar las reglas en el crédito que llegue al microempresario, unificar las metodologías de colocación, pues un otorgamiento irresponsable es el camino al sobreendeudamiento y la exclusión financiera para los microempresarios”.

Y muchos casos ha visto WWB con sus 132 oficinas en 26 departamentos, 75 ciudades y desde las que logra cobertura en 500 municipios del país.

La entidad es banco desde febrero de 2011, pero fue creada como fundación hace 35 años, en Cali. Inicialmente, prestó para fortalecer los pequeños negocios de madres cabeza de hogar, ahora, a pequeños negocios que tengan al menos un año funcionamiento. Y así cerró 2014 con 210 mil clientes en microcréditos, que suman una de 710 mil millones de pesos y un índice de mora de solo 2,55 por ciento (ver recuadro).

Desde hace cuatro años el WWB sumó la posibilidad de ahorro en todos los estratos: tiene 156 mil cuentahabientes y cinco mil títulos expedidos de CDT (Certificado de Depósito a Término). Además está asociado a la red internacional de bancos de la mujer (Women’s World Banking), de ahí su nombre.

En Antioquia, opera desde hace cuatro años. Ya tiene una cartera de 9.300 millones de pesos colocados en 5 mil microcréditos. Con cuatro oficinas en el Valle de Aburrá y una más en Rionegro, sumará la sexta en Apartadó, que abre el próximo 23 de marzo. Así respondió Guerrero a este diario:

¿Por qué sugiere unificar

metodologías en crédito para el microempresario?

“Eso ayudaría a mitigar el sobreendeudamiento. Somos de la idea de que si se presta para crecer el negocio o financiar activos fijos, el microempresario tendrá luego la rentabilidad poder cubrir sus necesidades de consumo. Lo que pasa es que cuando mejora su condición le ofrecen créditos y tarjetas de consumo que superan su capacidad: necesita 3 millones, le prestan 10 y luego termina reportado y mal calificado, se le cierran las puertas”.

¿Cómo ve el mercado de microcrédito en el país?

“El indicador de mora de la industria es de 7,5 por ciento y con tendencia a seguir creciendo. Eso es expresión del sobreendeudamiento, pues las mismas entidades de microfinanzas u otras bancas están dando crédito sin medir los riesgos”.

Y a eso se suma que se den créditos de poco monto, pero en largos plazos...

“Nuestro objetivo es que montos más bajos sean a plazos más cortos. El promedio de tiempo ya lo bajamos a 19 meses, con una buena originación de crédito, donde está primero lo que necesita el microempresario y luego la rentabilidad. No nos interesa crecer a la loca ni la participación de mercado nos ocupa, ni nos preocupa”.

¿Qué le sugiere al microempresario antioqueño?

“Sé que sus necesidades son muchas, que también necesita la plata para ya mismo, pero solo tome el crédito que tenga claro que puede pagar con su flujo de caja. Tampoco hay excusa para no ahorrar, así sea poquito o mucho, es asunto de voluntad”.