Economía

Problemas judiciales, deudas y embargos complican el futuro de Almacenes Flamingo

La empresa de retail presenta dificultades estructurales que se reflejan en sus estados financieros y en los procesos ejecutivos que enfrenta.

hace 8 horas

Almacenes Flamingo está en riesgo de insolvencia. De acuerdo con los resultados financieros de 2024, la estabilidad del negocio se ha deteriorado y a ello se suma que ha quedado con múltiples deudas a las que no ha podido responder a sus acreedores, ni siquiera con embargos.

La empresa nació como un emprendimiento para facilitar el acceso al consumo mediante el crédito directo. Su fundador, Víctor Henao Orozco, consolidó la visión de un comercio que permitiera a los estratos medios y populares adquirir bienes sin necesidad de intermediarios bancarios. Para mediados de los años 90 ya operaba más de 30 tiendas y había consolidado su unidad de crédito propio como uno de sus principales diferenciales frente a otros jugadores del mercado.

En 2009, la empresa se transformó en una sociedad por acciones simplificada y en años recientes alcanzó a operar más de 40 puntos físicos en Medellín, Bogotá, Cali, Pereira, Manizales y otras ciudades intermedias. A pesar de su éxito, actualmente tiene deudas acumuladas con proveedores, arrendadores y empresas de servicios financieros, y el escenario empieza a ser en la Rama Judicial. En la plataforma pública de consulta de procesos hay más de 1.000 activos, muchos con la palabra “ejecutivo” como clase del trámite, es decir demandas por no pagar.

En uno de esos procesos, un juzgado de Medellín libró un mandamiento de pago por una suma cercana a los $230 millones, reclamados por facturas electrónicas que no fueron pagadas en su vencimiento. Según dicta el fallo judicial, se enumeran 38 facturas, con fechas de mora desde mayo de 2023. La empresa demandante es una comerciante, quien intentó cobrar a través de mecanismos financieros para no quedarse sin flujo de caja. A la fecha, espera que le devuelvan tanto el producto como el dinero.

Pero lo que revela esa historia es aún más confuso. Un comerciante de Medellín acudió al factoring a través de una firma financiera. Cedió las facturas a cambio de liquidez inmediata bajo la modalidad de factoring con recurso, lo que significa que si Flamingo no pagaba, él debía responder. “Es un pastor financiero el que manejó todo, nos dijo. Y al final, si Flamingo no paga, le cobran. Imagínese quedar sin plata y sin mercancía”, comentó.

Una firma de investigación legal indicó que para finales de 2024, Flamingo contaba con seis cuentas bancarias. Cinco de ellas ya estaban embargadas. La única que seguía activa registraba un valor inferior al umbral de inembargabilidad, alrededor de $50 millones. Es decir, según la ley, no se puede tocar. “Eso no tiene sentido para una empresa que opera a nivel nacional”, dijo uno de los abogados consultados.

¿Dónde está la plata de Flamingo?

La sospecha apunta a posibles maniobras financieras mediante cuentas de terceros, socios o esquemas fiduciarios. La misma investigación encontró que la empresa tenía 37 establecimientos de comercio, seis inmuebles y dos motos, todos en Medellín.

Algunos de estos locales ya han sido embargados, otros están en proceso de embargo. Muchos de esos activos coinciden con las sedes de operación y vitrinas de la compañía. En otro proceso, un juzgado de Bogotá libró mandamiento de pago a favor de una comisionista, por más de $2.000 millones. El caso involucra cánones de arrendamiento vencidos desde septiembre de 2023, cuotas de administración y una cláusula penal de más de $865 millones. La demanda también contempla intereses moratorios.

¿Qué sigue ahora para Flamingo?

La empresa aún no se ha pronunciado públicamente sobre el volumen de demandas ni sobre las estrategias que está tomando para evitar mayores afectaciones a su operación, y, a la fecha de publicación, no respondió a las preguntas enviadas a través de correo electrónico acerca de sus obligaciones, el estado de sus cuentas o las medidas que se están tomando para atender a los acreedores.

En octubre de 2024, un acreedor había solicitado el proceso de reorganización de Flamingo ante la Superintendencia de Sociedades pero desistió en marzo de este año. Pero la entidad encontró alertas financieras en los últimos dos años, por lo que se advirtió riesgo de insolvencia. ”Se inició un proceso de seguimiento a efectos de que se adoptaran las medidas previstas en la ley para su salvamento. Requiriéndole información trimestral y anual sobre demandas, estado de obligaciones, y medidas para lograr su recuperación económica”, comentó el superintendente Billy Escobar.

A la vez, la Dirección de Investigaciones de Protección al Consumidor de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), comentó “tenemos tres preliminares en las que se han hecho requerimientos de información para analizar la pertinencia de abrir una investigación formal mediante la formulación de cargos. Esto significa, que la información recaudada en esa etapa preliminar es objeto de valoración y de allí, de existir mérito, se da inicio a la investigación formal”.

Mientras tanto, los procesos judiciales siguen su curso y las demandas por cobros impagos continúan sumándose en los despachos civiles de varias ciudades. Algunos proveedores y comerciantes han reportado dificultades para recuperar los valores facturados, mientras otros aseguran estar aún en espera de acuerdos de pago. Flamingo sigue operando, con tiendas abiertas al público y presencia comercial en varias regiones.

El sistema judicial avanza, pero los ojos están puestos en lo que decida hacer la empresa, y en si será capaz de reestructurar sus compromisos sin comprometer su historia. Hasta ahora, lo que se observa en los expedientes judiciales es una compañía que responde a los procesos en curso, pero no da explicaciones públicas sobre el origen de los incumplimientos ni sobre los planes para resolverlos.