Economía

Guillermo Valencia, el cid del comercio exterior

A los 92 años falleció el empresario paisa que fue ficha clave del sector privado para firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.

05 de noviembre de 2020

“Memo nos dejó a la edad de 92 años, dejó tres hijos (León Darío, Juan Guillermo y Jorge Mario) quienes fueron sus amigos y compañeros en todo, en el trabajo, en el deporte y en el cotidiano vivir. Memo murió tranquilo en casa y fue una vela que se fue apagando lentamente. Nos dejó llenos de paz”.

Así se refiere María Camila Valencia a su abuelo Guillermo Valencia Jaramillo, el empresario antioqueño que fundó el Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda) y lideró a Industrias e Inversiones El Cid, empresa que fue un referente de la confección de trajes para caballeros y de las exportaciones colombianas.

“Guillermo era un hombre sereno y brillante, un ejemplo a seguir. Él era un visionario que transformó la industria de la moda, que incluso hizo que fuera considerado como el decano de las exportaciones colombianas”, expresó Carlos Eduardo Botero, presidente de Inexmoda.

Y es que gracias a su determinación y empuje, en 1987, Valencia planteó la creación de Inexmoda en la ciudad de Medellín, como una apuesta por construir y fortalecer la industria textil-confección nacional. Fue él quien estructuró el proyecto, el nombre de la institución, los estatutos donde se plasmó su visión, y por más de 20 años presidió el Consejo Directivo de la entidad que desde entonces organiza y convoca las ferias Colombiatex y Colombiamoda.

Peso pasado en nobleza

Nacido en el municipio de San Roque, en el Nordeste de Antioquia, en el hogar de Teresita y Nacianceno, en su juventud compartió con el nadaísta Gonzalo Arango, fue actor de teatro, y sus hijos recuerdan que dejó de estudiar para ayudar a la crianza de sus cuatro hermanos.

El expresidente del Grupo Éxito, Gonzalo Restrepo, lo recuerda como un hombre cultísimo y en muchas áreas autodidacta, además de que fue presidente de la junta directiva del Éxito. “Fue el mayor confeccionista de exportaciones de Medellín por años. Excelente jugador de fútbol, ciclista amateur. Aprendió inglés no sé a qué horas y sabía economía como un doctor en la materia. Amaba la naturaleza, era amigo como el que más de los niños y un ejemplo de humanidad y rectitud para todos nosotros” (ver Parentesis).

Aterrizando ideas

Para Alicia Mejía Escobar, exdirectora del Departamento de Mercadeo de Inexmoda, durante 19 años que estuvo en la entidad vio en Valencia su polo a tierra.

“Cuando yo llegaba a la junta directiva con las locuras que caían en mi cabeza todo el tiempo, Guillermo se sentaba y analizaba porque era conveniente la idea para la ciudad y para el país. Y siempre terminaba dándome lo que yo llamaba la bendición. Él y Carlos Manuel Echavarría (fundador de Vestimundo) son hombres que muy difícilmente volveremos a ver en este país, por su humanidad y por su corazón inmenso”.

Para su retiro del Instituto en 2006, Mejía se entrevistó con Valencia una mañana. “Le pregunté, ¿tú me quieres a mí’. Y de inmediato me respondió: yo te adoro. Entonces le repliqué déjame ir, suelta la pita que ya me quiero ir”.

El secreto

Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), señala que Valencia fue muy cercano al gremio y fue miembro de su junta directiva durante muchos años, siempre defendiendo las ideas del libre comercio.

“En esa condición nos hicimos amigos y compartimos ideales, batallas, viajes y también muy buenos momentos. Cuando venía a Bogotá siempre me llamaba para que saliéramos a comer, me preguntaba qué nuevo restaurante había abierto para ir a conocerlo. Era un buen gourmet, aun cuando comía muy poco, le gustaba la buena mesa y acompañar la cena con un buen aperitivo y una buena botella de vino. En esas cenas le gustaba hablar de literatura, filosofía y por supuesto de economía”, menciona.

Otro de los aspectos que resalta Díaz tiene que ver con los viajes con Valencia. “No le gustaba llevar muchas cosas ni que le hicieran encargos, para no tener que cargar. Lo molestábamos porque su maleta era la más pequeña, pero siempre era el mejor vestido en las reuniones, y siempre le preguntábamos cuál era el secreto”.

E insiste, “definitivamente un gran hombre y un maravilloso amigo. Yo siempre me sentí muy honrado con su amistad. Ahora su familia me ha sorprendido haciéndome llegar la pluma Montblanc que él usaba, diciéndome que si alguien merece tenerla soy yo”.