Colombia apuesta en grande por el hidrógeno: a 2050 produciría 9 millones de toneladas y captaría 12% del mercado global

Colombia se perfila como uno de los mercados más competitivos para el desarrollo del hidrógeno limpio, con un potencial estimado de hasta 9 millones de toneladas anuales hacia 2050, cuatro veces la demanda interna proyectada.

Según estimaciones oficiales, esta capacidad permitiría al país alcanzar una participación del 12% en el mercado internacional y movilizar inversiones acumuladas cercanas a US$244.000 millones.

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La combinación de una matriz eléctrica mayoritariamente renovable, abundantes recursos naturales, una política energética orientada a la transición y un marco regulatorio en evolución respalda esta proyección, que ubica a Colombia entre los posibles líderes regionales en hidrógeno verde y sus derivados.

Nueva guía para evaluar y financiar proyectos de hidrógeno

Con este panorama, Asobancaria, BID Invest, la cooperación alemana GIZ, el programa H2Uppp y la Unión Europea, a través de Global Gateway, presentaron la ‘Guía práctica para la evaluación y financiamiento de proyectos de hidrógeno en Colombia’.

El documento, concebido como una herramienta para que bancos y entidades financieras comprendan los elementos técnicos y económicos del sector, aborda en nueve capítulos los aspectos regulatorios, financieros y de riesgos asociados al desarrollo de proyectos de hidrógeno en el país.

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“Para que el hidrógeno de bajas emisiones alcance su potencial transformador, se requiere una movilización masiva de capital hacia proyectos de producción, infraestructura y aplicaciones de uso final. Aunque su adopción a gran escala aún está en desarrollo, las tecnologías están madurando rápidamente y se evalúa la adaptación de infraestructuras existentes —como redes de gas natural— para su transporte y almacenamiento. En este contexto, el financiamiento es un habilitador clave”, se lee en el documento.

En este sentido, el sector financiero tiene un rol estratégico no solo como proveedor de recursos, sino también como catalizador de innovación, estructurador de riesgos y garante de la viabilidad económica de los proyectos.

Desde Asobancaria afirmaron que la participación de la banca en el financiamiento del hidrógeno no solo contribuye al cumplimiento de los objetivos climáticos, sino que también abre oportunidades para diversificar carteras, acceder a nuevos mercados y liderar la transición energética global.

Costos de producción: Colombia entre los más competitivos

La guía destaca que Colombia podría consolidarse entre los países con menores costos de producción de hidrógeno verde hacia 2050, un factor clave para competir globalmente.

El costo nivelado de producción de hidrógeno (LCOH) —que mide su viabilidad frente a combustibles fósiles— podría situarse entre 0,78 y 1,33 USD/kg en escenarios de electricidad barata y proyectos de gran escala. Estos valores se acercan al costo del hidrógeno gris, sobre todo si se suman incentivos regulatorios o precios al carbono.

En condiciones favorables, el BID estima que Colombia podría alcanzar un LCOH de 1,7 USD/kg hacia 2030, con algunas zonas del país incluso por debajo de 1,2 USD/kg entre 2024 y 2030 gracias a su alta disponibilidad de recursos renovables. Entre 2030 y 2050, los costos podrían reducirse aún más, haciendo del hidrógeno verde una alternativa plenamente competitiva.

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La banca colombiana se prepara para financiar el nuevo mercado

El sector financiero colombiano ve una oportunidad decisiva en este mercado emergente y ha manifestado su disposición a financiar proyectos de hidrógeno mediante diferentes mecanismos.

La guía presentada busca precisamente fortalecer la capacidad técnica de la banca para evaluar iniciativas de este tipo y acompañar su desarrollo en el país.

Inversión global en hidrógeno limpio se dispara

El contexto internacional también impulsa esta oportunidad: en 2024, la inversión global anunciada en proyectos de hidrógeno limpio alcanzó US$680.000 millones, casi ocho veces más que los US$90.000 millones registrados en 2020.

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Este crecimiento acelerado del mercado mundial refuerza las posibilidades de que Colombia avance hacia una posición destacada en la transición energética y en el suministro global de hidrógeno limpio.

Colombia avanza en la creación de una economía del hidrógeno

Actualmente, el país cuenta con 36 proyectos de hidrógeno, distribuidos en cuatro etapas de desarrollo: conceptual, factibilidad, decisión final de inversión (FID) o construcción y operativos.

La mayoría, el 69% (25 proyectos), se encuentra en etapas tempranas de evaluación conceptual y de factibilidad, representando más de US$40.000 millones de dólares en inversión estimada hacia 2040.

Estos proyectos suman una capacidad instalada de electrólisis cercana a 18 GW y una producción anual proyectada de 2.760 kilotoneladas de hidrógeno, con fechas de entrada en operación que se extienden hasta 2040.

Por otro lado, 11 proyectos han alcanzado fases más avanzadas, ya sea operativos, en construcción o con decisión final de inversión, comprometiendo recursos de manera directa para su materialización. Entre ellos, destacan iniciativas que marcan el inicio de una trayectoria industrial en hidrógeno de bajas emisiones en el país, consolidando la participación del sector privado en el desarrollo de esta nueva industria.

Cinco nodos estratégicos para hubs de hidrógeno

Por otro lado, se han identificado cinco nodos estratégicos para el desarrollo de hubs de producción y consumo de hidrógeno de bajas emisiones: Uribia (La Guajira), Barranquilla (Atlántico), Cartagena (Bolívar), Sonsón (Antioquia) y Yumbo (Valle del Cauca).

Estos hubs fueron definidos a partir de estudios técnicos liderados por GIZ y el Ministerio de Minas y Energía, que evaluaron criterios de sostenibilidad bajo cuatro ejes clave: potencial de oferta y demanda, costos nivelados de producción, disponibilidad de fuentes renovables y condiciones de infraestructura, tierra y agua.

La priorización de estos nodos permite focalizar recursos públicos y privados, al tiempo que reduce riesgos regulatorios y logísticos concentrando esfuerzos en regiones con condiciones ya diagnosticadas.