Industriales insisten en arancel por debajo de 40% para el azúcar
Ayer, la discusión entre los empresarios del sector de confitería en Colombia se encendió de cuenta de la decisión que tomó el gobierno de Juan Manuel Santos de bajar por Decreto el arancel del azúcar en el país.
Aunque la noticia es positiva para las empresas que usan el producto como materia prima, el porcentaje mínimo al que llegaría el impuesto (40 por ciento) en un par de años, aún les parece elevado, lo que seguiría afectando la competencia.
Así lo manifestaron 13 organizaciones afiliadas a la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), mediante una carta pública dirigida a las carteras de Hacienda, liderada por Mauricio Cárdenas; Agricultura, Aurelio Iragorri; y Comercio, Cecilia Álvarez-Correa.
El impuesto que en el mercado local era de 117 por ciento, dio un vuelco y empezará a regir en 70 por ciento. Fabio Saldarriaga, presidente de Contegral, una de las empresas que firmó la carta, explicó que el impuesto podría llegar a su porcentaje mínimo en unos cuatro años, aproximadamente.
El ejecutivo, que está ad portas de retirarse de la firma, explicó que entre más baje el arancel, más competitivo será el negocio de los consumidores de azúcar. Y que los beneficios para los compradores (en este caso de concentrado para animales) se traduciría en precios. “Contegral podría ser un gran usuario de azúcar, si las condiciones de mercado fueran más favorables”.
Carlos Enrique Cavelier, presidente de Alquería, dijo que Colombia es todavía un país cerrado que se cree abierto. “Llevar el arancel del azúcar a 70 por ciento es el primer paso para abrir un sector que ha estado protegido por mucho tiempo. Eso nos va a permitir a los clientes comprar azúcar a un menor precio”. Cavelier agregó que hay que balancear los intereses de los consumidores y de los azucareros porque “todos debemos ser más competitivos”.
Germán Martínez, gerente general de Ramo, dijo que la firma “compra casi 1.000 toneladas de azúcar al mes, que en el mercado colombiano nos cuestan 1.900 pesos el kilo, mientras en los mercados internacionales el precio es de 800 pesos por la misma cantidad, lo que significa que en lo corrido de 2015 hemos tenido un sobrecosto de 2.200 millones de pesos que nos restan competitividad”.