Economía

¿Los jóvenes ya no quieren casas grandes? El 60% de viviendas que se construyen en Antioquia son de una o dos habitaciones

Contex Constructora ajusta su portafolio ante hogares más pequeños, jóvenes que prefieren flexibilidad y proyectos sostenibles certificados en ahorro energético y ambiental.

Comunicador social - Periodista de la UPB Bucaramanga. Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de Caldas. Especialista en Comunicación Digital. Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2023. Miembro de Consejo de Redacción.

28 de octubre de 2025

El negocio de la vivienda en Antioquia ya no gira en torno a las familias tradicionales de tres o cuatro miembros. Hoy, los hogares son más pequeños, los compradores más jóvenes y las prioridades distintas: sostenibilidad, cercanía al trabajo y flexibilidad en el uso del espacio.

Así lo explica Ricardo Palacio Ojalvo, gerente de proyectos de Contex Constructora, quien reconoce que el sector ha tenido que adaptarse a una velocidad distinta a la de los nuevos hábitos de consumo.

“Hace una década, los apartamentos de tres habitaciones eran lo más comercial. Hoy representan solo el 40% de lo que desarrollamos”, dice.

El 60% restante corresponde a viviendas de una o dos alcobas, pensadas para familias unipersonales, parejas jóvenes o profesionales que trabajan desde casa.

“La segunda habitación ya no siempre es para un hijo, sino para un estudio o un espacio de teletrabajo”, agrega el directivo.

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Nueva apuesta verde en las viviendas

La transformación del consumidor también vino acompañada de una nueva conciencia ambiental. “El comprador actual ya no solo busca un techo: quiere una vivienda que consuma menos agua y energía”, asegura Palacio.

Por eso, desde hace tres años Contex decidió que el 100% de sus nuevos proyectos sean certificados con el sello internacional EDGE, un estándar que garantiza al menos 20% de ahorro en agua, energía y eficiencia en materiales.

De hecho, uno de los primeros proyectos VIS certificados en Colombia —Kuo, en Sabaneta— fue desarrollado por esta constructora.

“Más que una ventaja competitiva, esto es una responsabilidad colectiva: el sector debe asumir que todas las viviendas deben ser sostenibles”, añade.

Contex aclara que la sostenibilidad no es solo una etiqueta verde: es un modelo de negocio que genera valor a largo plazo. En Antioquia, donde el calor urbano y la escasez de suelo ya presionan el precio de la vivienda, el ahorro energético es una ventaja real para las familias y para el planeta.

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El perfil del comprador: jóvenes, informados y con propósito

Aunque las nuevas generaciones tienden a aplazar la compra de vivienda, el comprador promedio de Contex aún es joven: tiene entre 28 y 35 años y busca su primera vivienda propia.

El mito de que los jóvenes no quieren comprar vivienda aún no se refleja en el mercado antioqueño. “En Colombia los millennials siguen comprando vivienda; son profesionales con estabilidad laboral que buscan independencia y patrimonio”, explica Palacio.

Eso sí, los centennials —quienes hoy entran al mercado laboral— traen otra mentalidad.

Muchos no quieren anclarse a un lugar, prefieren la movilidad y el alquiler”. Por eso, Contex ya estudia alternativas de proyectos pensados para la renta, una tendencia que ya funciona en Chile y Estados Unidos, donde edificios completos se diseñan para ser alquilados con servicios integrados.

Desde hace dos décadas, Contex ha puesto sus ojos en el Valle de Aburrá y el Oriente antioqueño, donde la valorización de la tierra se disparó. Pero su estrategia ha sido mantener el equilibrio entre proyectos de vivienda VIS y No VIS.

El 80% de nuestra oferta sigue siendo VIS, porque la deuda habitacional en el país es enorme y allí está la mayor necesidad”, explica Palacio.

Las viviendas de este segmento van desde $190 millones hasta $270 millones, y la mayoría de familias accede con subsidios y tasas preferenciales.

En el otro extremo están los proyectos de lujo, que superan los $2.800 millones, con mayor diseño y exclusividad, ubicados en zonas de alta valorización. “No se trata de brechas urbanas, sino de una oferta amplia que responde a públicos distintos y que permite que todos tengan opciones de acceso”, puntualiza el gerente.

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