Más empresas entran en el negocio de bebidas de almendra
Entre 30 % y 50 % del portafolio de muchos negocios se compone de bebidas funcionales, como las provenientes del fruto del almendro.
Periodista del área de Economía
Unos 4 millones de litros de bebidas vegetales se venden en promedio en el país al año, volumen que en un 45 % corresponde a las bebidas de almendras. Bogotá, con un 49 %, y Medellín, con un 10 %, concentran el mercado de ese alimento.
Las ventas del segmento de bebidas vegetales crecieron, entonces, un 40 % en el año móvil que va desde junio del año pasado hasta el mismo mes de 2017, con respecto a igual periodo del año anterior.
Además, tiene una penetración que en 2016 alcanzó los 289 mil hogares; un crecimiento del 50 %, frente a 2015.
Así lo encontró un estudio de mercado de la empresa Alquería, que recientemente incursionó en la venta de bebidas que no provienen de animales. Este producto llega a fortalecer sus ingresos, que el año pasado sumaron 930.808 millones de pesos.
La nueva línea busca responder “a un consumidor que ha transformado sus hábitos de alimentación y cuidado, que busca alternativas saludables (bajas en colesterol) o que es intolerante a la lactosa”, señaló Nicolás Cuberos, el gerente de Marca del Negocio de Nutrición de la empresa con domicilio corporativo en Bogotá y que nació en Antioquia.
También han incursionado en esa tendencia, fabricantes como Alpina, Hatsú (de propiedad de Postobón desde 2015) y la compañía estadounidense Silk, entre otros.
Solo la bebida de almendras, presenta un crecimiento de 8 % en volumen y 4 % en valor en el último año, según cifras del Retail Measurement Services, servicio de medición del sector retail de Nielsen.
Además, el estudio arrojó que tienen un desarrollo concentrado en supermercados de cadena; pesan un 54 % dentro de las bebidas vegetales; y un 83 % de los puntos de venta de cadenas ya manejan esa categoría.
No obstante, ese producto ha entrado con fuerza a competir en las tiendas de barrio y de descuentos (como D1 y Justo y Bueno), “porque el consumidor de estratos más bajos es muy aspiracional”, señaló el director ejecutivo del gremio de los comerciantes Fenalco Antioquia, Sergio Ignacio Soto.
Es decir, hay una tendencia de los clientes de todos los estratos a pagar un poco más por un producto premium (que ofrezca un valor agregado).
Incluso, el portafolio de la mayoría de las empresas está entre un 30 % y 50 % conformado por productos funcionales, de acuerdo con la directora de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), María Carolina Lorduy. Dichos artículos son aquellos que van más allá de ofrecer una función de hidratar o refrescar.
Por ejemplo, en el caso de la bebida de almendras de Alquería, comentó Cuberos: “Protege las células de la oxidación, y también está compuesta por calcio y vitaminas B2, D y E”.
La medición de Nielsen en 2017 encontró que en Colombia hay un crecimiento de 3,2 % en estos productos en el año móvil entre febrero del año pasado y el mismo mes de 2017, mientras que los productos considerados promedio cayeron 1,2 %.
En América Latina, un 52 % de los habitantes está dispuesto a pagar precios más altos por un producto premium, versus un 44 % a nivel global, según el reporte de Nielsen Sobreviviendo a la tormenta.
Por otro lado, esa penetración en el mercado de las bebidas, agregó el directivo de Fenalco, también responde a temas de salud, control de peso y la avidez con que los millennials se interesan por los productos light: “con estos tienen un mercado asegurado en el futuro y mucha competencia para ganarse un nicho en el mercado”.
En el caso de los pequeños formatos (tiendas de proximidad o de vecindad), se han vuelto un target importante para la industria productora, pues sumadas, las tiendas venden más que las grandes superficies, concluyó Soto.