Economía

Hierbas aromáticas, un mercado que pide apoyo estatal y asociatividad

Las ventas externas de estas plantas crecieron 7,5 % este año. Mayor apoyo estatal y asociatividad hacen falta para potenciar el sector.

Periodista de economía y negocios. Egresada de la gloriosa Universidad de Antioquia.

21 de agosto de 2021

Los griegos usaban plantas aromáticas en su medicina y las incorporaron a su mitología creando algunas de las leyendas más reconocidas, como la de Dafne convertida en laurel, árbol que desde ese momento pasó a ser sagrado para Apolo, o la de la hechicera Medea y sus encantamientos a base de estas hierbas.

Así, el ser humano ha estado ligado a través de la historia a las plantas aromáticas por sus sabores, olores y propiedades curativas. También han sido utilizadas para rituales, ceremonias religiosas y para condimentar y conservar los alimentos. Actualmente, en Colombia existen 400 especies de estas hierbas, siendo la albahaca, el cebollín, el estragón y la menta, las principales.

Según datos de ProColombia, las exportaciones de estas plantas sumaron US$20,4 millones en el primer semestre de este año, un crecimiento de 7,5 % con respecto al mismo periodo de 2020, pero al país le falta avanzar en una mayor asociatividad de los productores y una mayor promoción y apoyo estatal.

EL COLOMBIANO recorrió algunos cultivos para conocer las necesidades de los productores y el potencial de este mercado.

El potencial antioqueño

Antioquia es el tercer exportador de hierbas aromáticas en Colombia (US$2,5 millones en el primer semestre de 2021), siendo el Oriente la subregión del departamento con mayor volumen de producción anual (399,5 toneladas). Los municipios que lideran esta producción son Rionegro (360 toneladas), El Carmen de Viboral (35 toneladas) y El Retiro (tres toneladas), según datos de la Secretaría de Agricultura de Antioquia.

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Felipe Romero es dueño de Eshkol, una exportadora de plantas aromáticas ubicada en La Ceja. Este año, la empresa se propuso vender al exterior alrededor de un millón de toneladas, lo que representa US$4 millones.

Para Romero, el mercado de las aromáticas falta desarrollarlo y potenciarlo más en el país: “Aquí hay que capacitar más a los productores. En Colombia todavía seguimos pensando que la agricultura es ver al campesino cultivando y ya, y no, esto hay que mirarlo como una industria; tenemos que volvernos empresarios del agro, pero para eso se necesita más inversión. Tiene que existir una política de Estado concreta y clara para el sector agrícola”.

Asimismo, comentó que es necesario que haya asociatividad entre los productores.

“Esto es importante para que el Gobierno nos preste atención. Hace poco en Bogotá, unas 15 empresas exportadoras llegamos a un acuerdo para conformar una asociación. En el Tolima también estamos trabajando en otra. La gente ya está entendiendo que necesitamos asociarnos, pero para eso nos tenemos que capacitar”, sostuvo Romero.

Un llamado

Diego Mejía es el presidente de la Asociación de Productores de Hierbas Aromáticas de La Unión. Él cuenta las dificultades que tienen los pequeños y medianos productores para incursionar y sostenerse en este negocio.

“La característica del pequeño productor es que a veces su producto no tiene aceptación por parte de las comercializadoras, bien sea porque estas tienen sus propios cultivos y entonces se surten con ellos o porque a veces los agricultores no cumplen con los estándares de calidad. Así que el pequeño productor se vuelve un comodín que utilizan solamente cuando lo necesitan”, comentó Mejía.

Precisamente, estos estándares de calidad, según Mejía, la mayoría de las veces no se cumplen porque los productores están “desprotegidos”.

La finca de Diego tiene 25.000 metros cuadrados sembrados con aromáticas (2,5 hectáreas en cuatro lotes). Cosecha romero, tomillo y menta. El verde de las hileras de sus cultivos contrasta con el de las montañas de Oriente.

“Nosotros no hemos sido visibilizados. En la agricultura, por lo general, se le presta más atención a productos como las flores, el café, el cacao y el aguacate, no a las aromáticas. No tenemos una estabilidad. Unas veces nos compran, otras no. Así no hay negocio que aguante. Además, los insumos y maquinaria agrícola también son muy costosos, eso dificulta aún más el trabajo”, puntualizó.

Uno de los inconvenientes en cuanto a los apoyos económicos son las líneas de crédito. Mejía apuntó que para el sector de las hierbas aromáticas no hay líneas específicas, lo que dificulta a los productores adaptarse a las ya existentes para la agricultura en general.

Por esta razón, el llamado que tanto Mejía como Romero le hacen al Gobierno colombiano es a que ponga su mirada en este sector que, por años, ha estado lejos de adquirir la importancia y visibilidad que tienen, por ejemplo, cultivos como el café.

Las respuestas

Ante este panorama, Juan Gonzalo Botero, viceministro de Asuntos Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, expresó en diálogo con EL COLOMBIANO que se ha venido trabajando en dos vías.

“Hoy hay sembradas cerca de 20.000 hectáreas de hierbas aromáticas en el país. Lo primero que buscamos es consolidar una cadena que nos permita facilitar la comercialización, porque es uno de los grandes cuellos de botella. Sabemos que no hay un mercado muy grande para estas hierbas, entonces su comercialización no es fácil. Para facilitar esto, también estamos trabajando con el proyecto de Agricultura por Contrato, para que más productos puedan entrar. Hoy tenemos más de 5.000 productores de hierbas aromáticas en este plan”, dijo.

Al mencionarle las preocupaciones de los productores y los llamados para recibir una mayor atención estatal, Botero expresó que entre los retos que tiene el Gobierno Nacional está la búsqueda de financiamiento para este sector, así como la de nuevos mercados de exportación que permitan ampliar áreas y tener una mejor competitividad.

“Yo aspiro a que ellos (los productores) conozcan más las líneas de crédito especial que tenemos en el Banco Agrario y en Finagro, con tasas de interés subsidiadas. Eso les puede dinamizar mucho el negocio. También estamos pensando en ayudarles a generar mercados de exportación. Abriéndoles más mercados, ellos tendrían más oportunidades de salir adelante”.

Por su parte, Flavia Santoro, presidenta de ProColombia, expresó a este diario que actualmente desde la entidad están trabajando en la creación del Comité Exportador de Hierbas Aromáticas, junto a Analdex, para avanzar en temas como asuntos sanitarios y fitosanitarios, facilidades logísticas, innovación, investigación y tecnología.

A Colombia aún le queda mucho camino por abonar para que los productores y comercializadores de plantas aromáticas tengan más acompañamiento, capacitación e impulso para mostrarle tanto al mercado interno como al externo el color, el aroma y el sabor de las hierbas que salen de estas tierras