“Se está enviando a Colombia a una recesión”: Bruce Mac Master, presidente de la Andi
El presidente de la Andi dialogó con EL COLOMBIANO sobre la suspensión de la regla fiscal, la aprobación de la reforma laboral y la decisión de la Corte sobre la pensional.
Las críticas hacia el Gobierno Nacional por el anuncio de una nueva reforma tributaria y por la cancelación de la regla fiscal por los próximos tres años no se han hecho esperar.
En especial, los gremios han sido uno de los más críticos de dichas decisiones, argumentando que no es el momento de presentar una alternativa para recaudar más plata, sino que por el contrario, el Gobierno debería reducir el déficit fiscal que tiene en “jaque” las finanzas estatales.
Eso porque el desfase entre ingresos y gastos ascendería este año al 7,1% del Producto Interno Bruto, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo revelado por el Ministerio de Hacienda recientemente. No solo se trata de un aporte del PIB similar al de pandemia (7,8%), sino que es el cálculo más elevado en la historia de las finanzas gubernamentales desde que hay registro.
Esa realidad técnica no significa otra cosa que hay un brecha considerable entre la plata que entra a la caja fuerte del Estado y la que sale, mejor dicho, el Gobierno Petro se está gastando mucho más plata de la que recibe: un síntoma mortal hasta para la más modesta de las economías hogareñas.
La Andi, que es uno de los gremios más representativos del empresariado colombiano, considera que la mezcla de una deuda tan alta, junto con una reforma tributaria, podría encaminar al país hacia una recesión económica.
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Para comprender el tema, una recesión económica es cuando la economía de un país deja de crecer y empieza a disminuir durante un período de tiempo, generalmente por dos trimestres seguidos —6 meses o más—.
Qué piensa la Andi de la reforma laboral
La reforma laboral recibió el visto bueno del Congreso de la República tras ser aprobada y conciliada por los legisladores. Ahora, solo resta la firma del presidente Gustavo Petro para que el proyecto pase a ser Ley de la República, un paso que materializará varios cambios en el sistema laboral del país.
El viernes 20 de junio, justo cuando terminó la actual legislatura, el Congreso de la República votó la conciliación del texto aprobado esta semana en el Senado, que representa más del 85% de lo discutido previamente en el legislativo y aprobó la reforma laboral. En otras palabras, ambas cámaras le dieron el visto bueno, el texto pasará directamente a la Casa de Nariño para ser sancionado por el presidente.
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Ante esto, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, reconoció que la reforma tendrá un impacto importante en los costos de las compañías, y recordó que pese a la disposición de los empresarios de negociar y concertar el articulado, el presidente Petro no cedió para lograr un acuerdo con los gremios. Así lo explicó en conversación con EL COLOMBIANO.
¿En algún momento lograron concertar parte de esta reforma laboral?
“No, no es cierto que haya habido una concertación en la Comisión Cuarta. Nosotros, incluso antes de llegar a esa comisión, nos sentamos con el ministro Sanguino, nos sentamos con los colegas de la Mesa de Concertación de Políticas Laborales, y usted sabe que son cinco gremios, nos sentamos la SAC, Asobancaria, Fenalco y la Andi, y le propusimos al ministro que concertáramos la propuesta antes de que llegara a la Comisión Cuarta. El ministro lo recibió con muchísimo optimismo y entusiasmo y quedó en confirmarlo con el presidente de la República.
Pero después de varios días, el presidente Petro nos mandó la razón de que no quería concertarla. Entonces, es muy importante decir esto porque no habíamos concertado nada.
Luego, cuando aparece la posibilidad de que por la vía de la apelación el Congreso volviera a retomar la propuesta del proyecto de ley, nosotros dijimos en público que estábamos dispuestos en aras del acuerdo, en aras de la paz social del país, de ofrecer flexibilizar el tema de los horarios de jornada nocturna y el tema de los dominicales y festivos. Y eso lo dijimos antes, incluso, de que se hubiese presentado la ponencia en Comisión Séptima”.
¿Y esta reforma la consideran que es inconveniente?
“No, la verdad es que no es así de simple. Como te lo estoy diciendo, dijimos y ofrecimos que la podíamos concertar. El Gobierno nos dijo que no la concertaban. La reviven y después de que la reviven, nosotros decimos por delante que estamos de acuerdo con la reducción de la jornada nocturna y que estamos de acuerdo en que haya un mecanismo de transición que permita que los dominicales y festivos puedan ser más remunerados.
Comenzamos a trabajar con la Comisión Cuarta. Y yo creo que la versión que había en la Comisión Cuarta buscaba puntos intermedios donde probablemente nadie iba a quedar completamente satisfecho, pero bueno, eso sucede normalmente en las concertaciones.
Va a terminar afectando las pymes y a sectores particulares porque no van a tener como asumir estos costos, que se van a sumar con los extracostos que se van a generar por los contratos de aprendizaje. Nosotros diseñamos una versión intermedia que permitía no tener los costos relacionados con el desempleo y la informalidad, que era generar exenciones para las pymes y compañías medianas y pequeñas, pero infortunadamente eso fue votado negativo, yo creo que se cometió un grande error. Sin duda va a producir informalidad”.
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Pero, bueno, por lo menos en la situación de los dominicales y festivos quedaron igual: al 100% de forma progresiva. ¿O sea que van a seguir los costos laborales?
“Los costos laborales por supuesto van a subir. En este momento de la situación actual de Colombia muy seguramente la reforma va a terminar siendo muy costosa, pero seguramente dado lo que está sucediendo desde el punto de vista social en el país, es una apuesta que se hace para tratar de buscar un punto intermedio que deje a todas las partes medianamente contenta o medianamente descontenta, pero que produzca de alguna forma sitios de encuentro que normalmente no dejan contentos a todo el mundo”.
Hubo un decretazo, pero Petro finalmente renunció a esa idea de hacer una consulta...
“No solamente era absurdo, sino probablemente también era altamente indebido que el Gobierno tratara de amenazar al Congreso de la República con una consulta popular para que el Congreso aprobara lo que el Gobierno quería. El Gobierno tiene que entender que ellos tienen la potestad de presentar proyectos de ley y de defenderlos y de argumentarlos, pero que la libertad total y la definición de qué es lo que queda en la ley, es del Legislativo. Entonces, que el Gobierno estuviera amenazando al Congreso con que se iba a una consulta popular, además convocada ilegalmente porque el decretazo, como usted lo llama, no hay la menor duda para muchísimos juristas que era altamente ilegal e inconstitucional.
Entonces, amenazar al Congreso con este tipo de instrumentos es verdaderamente una ruptura con las instituciones muy fuerte. Es una injerencia muy indebida por parte del Gobierno en otra rama del poder público”.
Se anuncia otra reforma tributaria tras conocerse la presentación del Marco Fiscal, ¿cómo recibe el sector empresarial esta noticia?
“Pues el Gobierno nacional sabe que desde el punto de vista fiscal, seguir endeudando al país, aumentar el endeudamiento es tremendamente inconveniente desde el punto de vista de la calificación de riesgo, de la certidumbre, de la sanidad, de la macroeconomía y de las finanzas públicas. Y adicionalmente a eso, porque ya está diciendo que va a haber un incremento del endeudamiento que va a llegar al 63%. Además, está diciendo que le va a quitar a los hogares colombianos y a las empresas colombianas $20, $22, 23 billones adicionales por la vía de una nueva reforma tributaria. En realidad, lo que se está haciendo es enviando a Colombia a una recesión.
La combinación de un endeudamiento tan alto y la toma de recursos desde los hogares y las empresas hacia el Estado es garantía de que Colombia se encamina hacia una recesión. Es una posición bastante irresponsable del Gobierno y demuestra una ambición de gasto que nunca habíamos visto en la historia de Colombia.
El Gobierno tiene el presupuesto más alto de la historia en términos reales y quiere, básicamente, seguir creciéndolo, ¿para qué?, ¿para gastar en qué? Esa es una muy buena pregunta porque, evidentemente, no se lo está gastando en los programas de vivienda, no se lo está gastando en los programas de infraestructura, no se lo está gastando en educación, no se lo está gastando en salud. ¿En qué se lo está gastando el gobierno?, además de pagar intereses altísimos por cuenta de una política súper irresponsable en términos de endeudamiento, pues evidentemente en las OPS —órdenes de prestación de servicios—. Tenemos en este momento el Estado de mayor tamaño en la historia en términos de el número de empleados y de contratistas.
De hecho, nos contaba hace poco un exministro de Hacienda cómo hemos pasado a cerca de 900.000 personas que trabajan con el Estado a un rubro o un volumen de 1.300.000 personas. Son casi 400.000 personas adicionales cuando comparamos con la planta de personal de hace dos años. Entonces, es una posición muy peligrosa que está jugando con el futuro del país, que seguramente le conviene desde el punto de vista electoral a quien está hoy en día en el gobierno, pero que va a terminar, digamos, generándole el caos a muchas generaciones de aquí en adelante”.
Cuando se escucha al Gobierno defenderse, dice que las cosas van bien, que el desempleo está bajando, que el país está volviendo a crecer, que el dólar está cediendo, ¿coinciden con esa premisa?
“Varias de las cifras que el Gobierno utiliza son cifras que analiza en forma sesgada y un poco manipulada. Por ejemplo, en el caso del desempleo, no es cierto que Colombia esté creando nuevos empleos formales. Lo que ha venido generando son dos cosas. Por una parte, una migración muy grande. Según cifras del año pasado, se fueron más de 360.000 personas a trabajar fuera de Colombia. El año antepasado también se fueron cerca de 380.000 personas. Eso es más de 1.000 personas al día que se van de Colombia. Eso lo que hace es bajar la tasa de participación, que son los colombianos que están buscando empleo. Ahí ya hay un primer efecto.
Y el segundo efecto, que es el más importante, es que 7 de cada 10 personas que consiguen trabajo lo hacen, por una versión que es muy dolorosa, que es el trabajo informal. Lo llama el Dane el cuentapropismo, pero no es otra cosa que el “rebusque”. Entonces, cuando uno tiene que 7 de cada 10 personas nuevas que logran trabajar, están en un rebusque, en realidad tiene una distorsión muy grande en el mercado laboral colombiano.
Es verdad que la economía creció el 2,7%, pero ese repunte está representado especialmente en dos rubros. Uno, las remesas que mandan esos colombianos hacia el país, que están mandando más de 1.100 millones de dólares al mes. Y que, por supuesto, lo que hacen es dinamizar la demanda. Y, por otra parte, el crecimiento de la cultura cafetera y de la economía cafetera, que tuvo en el primer trimestre un crecimiento del 31%. Y que significa, por lo tanto, que 600.000 hogares colombianos recibieron una gran cantidad de recursos adicionales, especialmente por los buenos precios del café a nivel internacional.
Y eso lo que significa es que tenemos una capacidad de demanda que proviene de los recursos que vienen del exterior y que poco tiene que ver con la actividad local nuestra. Entonces, afortunadamente las tenemos y es muy bueno para la economía que las tengamos, pero no son cifras por las cuales el Gobierno pueda sacar mucho pecho”.
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No puedo dejar de preguntarle por la regla fiscal, tres años que estará suspendida, ¿eso va a desplomar la inversión extranjera?
“No solamente en inversión extranjera directa, sobre todo va impactar en el tipo de endeudamientos que Colombia va a poder conseguir de aquí en adelante. Es probablemente la decisión económica más irresponsable que haya tomado en los últimos años como país, porque básicamente lo que se le está diciendo a los acreedores, a la gente que nos presta plata a nosotros, es que no vamos a cumplir con los estándares internacionales y que, por lo tanto, no seremos un buen sujeto de crédito. Cuando eso sucede, nos cuesta mucho trabajo conseguir deuda, pero no solamente eso, sino que será mucho más difícil conseguir deuda a buen costo. Entonces, Colombia está pagando hoy en día en intereses cerca de $180 billones cada año. Bueno, ahora vamos a pagar muchos más intereses con la misma deuda.
De manera que, es una decisión, por decir lo menos, irresponsable, pero también muy poco inteligente desde el punto de vista de una Nación que está tratando de construir un posicionamiento que nos permita a nosotros generar mejores condiciones económicas y macroeconómicas para que también haya inversiones extranjera directa, pero sobre todo para que podamos operar como Estado. Uno de los grandes problemas es que cuando crecen las tasas de interés de esa forma, crecerán también para el sector privado y para los hogares colombianos. No es solamente que se le aumente el costo al Estado se le va a aumentar el costo a todos los hogares colombianos”.
La Corte decidió devolver la reforma pensional, ¿qué analiza de la noticia?
“Advertimos que veíamos un vicio de inconstitucionalidad muy grande al negarse la Cámara a hacer el debate. De manera que creo que la Corte actuó de manera correcta. Afortunadamente habrá un plazo adicional a la implementación de la Ley, lo que sin duda alguna permite que la Cámara tenga su debate. Ahora hay que esperar que los representantes, ojalá, le den un debate serio y que no sea solo un trámite para cumplir, sino un debate que este a la altura de la obligación”.