Reforma tributaria de Petro quedó viva en el Congreso: falta de quorum la salvó
En la noche del miércoles, las Comisiones Económicas Conjuntas de Senado y Cámara abordaron el debate con cuatro ponencias, dos de ellas negativas.
El proyecto de reforma tributaria del gobierno de Gustavo Petro se mantiene vivo –al menos hasta el próximo martes– gracias a la falta de quorum en la votación de la Comisión Económica Cuarta de la Cámara, y dejando pendientes los $16,3 billones que se necesitan para financiar el Presupuesto General de la Nación para el año próximo.
La discusión se inició con la votación de los impedimentos expresados por trece parlamentarios de las comisiones económicas del Congreso, que en todos los casos fueron negados, quedando habilitados para decidir sobre la propuesta.
En este espacio el ministro de Hacienda, Germán Ávila, hizo una presentación de la propuesta señalando que una vez aprobado el Presupuesto General de la Nación para el año que viene, por $546,9 billones, se hizo necesario incorporar una propuesta de Ley de Financiamiento que pasó originalmente de $26,2 billones a $16,3 billones.
Destacó que tras un ejercicio de reflexión con las Comisiones Económicas del Congreso se ajustó la iniciativa eliminando, entre otros asuntos, el aumento de IVA al ingreso al productor de la gasolina para evitar algún efecto sobre la canasta familiar.
Ponencias en contra
Para el debate fueron radicadas varias ponencias, la primera de ellas promovida por la representante Katherine Miranda, en el sentido de tumbar la reforma, la cual fue negada junto a otra que había en la misma dirección.
La congresista argumentó la inconveniencia de la iniciativa al considerar que como fue presentada por el Gobierno Nacional sacrifica el crecimiento económico y la estabilidad de la clase media y del sector productivo.
Aseguró que en la exposición de motivos del proyecto, el propio gobierno de Gustavo Petro admite el impacto negativo de esta reforma, y desencadenaría un efecto inflacionario para la clase media y para los más vulnerables.
Añadió que la reforma desincentivaría el turismo por el aumento del IVA al 19% para quienes visiten el país. Cuestionó los pretendidos tributos a los vehículos híbridos, considerados claves de la transición energética.
El congresista Juan Pablo Gallo defendió el archivo del texto del proyecto afirmando que por cada $100 que gana una empresa paga $71 en impuestos, ubicando al país en el top 10 de los países con las más alta tasa de tributos.
Abogó por una mayor eficiencia en el recaudo y porque no se grave a quienes históricamente hacen el esfuerzo a la hora de contribuir y cumplir con esas obligaciones.
A su turno, Ciro Ramírez, se sumó a las voces en contra de la reforma tributaria, pidiéndole a Petro que no obligue a los colombianos a pagar el gasto incrementándoles los impuestos, y que sea la Casa de Nariño desde donde se aplique un mayor esfuerzo de ahorro.
Efraín Cepeda expresó varias preocupaciones sobre la iniciativa gubernamental que, según dijo, habilita un nuevo gasto para corregir la mala ejecución presupuestal del actual gobierno. “¿Para qué quieren $16 billones si no ejecutan?”, indagó.
Otra inquietud del dirigente del partido Conservador estuvo asociada a las mayores contribuciones que se le aplicaría al sector financiero, el cual le trasladaría ese mayor costo a sus usuarios. Pidió rebajar el gasto en funcionamiento, el cual busca elevarse considerablemente en 2026.
Carlos Meisel fue otro de los congresistas en contra de la iniciativa enfatizando en que el país “está quebrado” y que el próximo gobierno tendrá graves problemas. El parlamentario del Centro Democrático indagó: “¿se quebraron, haciendo qué?”, y calificó de gravísimo el daño hecho a las finanzas de la petrolera estatal Ecopetrol.
Voces a favor
En contraste, Jorge Bastidas, del Pacto Histórico, recordó que el Presupuesto se aprobó a sabiendas de que era necesario un ajuste mediante una Ley de Financiamiento.
Explicó, por ejemplo, que el IVA para el turismo pretende equipar el tributo que hoy recae principalmente sobre los nacionales que quieren viajar en el país, pero resulta favorable para quienes vienen desde el exterior.
Reconoció que en efecto algunos de los indicadores macroeconómicos son positivos, pero admitió que hay una crisis fiscal que es necesario resolver.
Desde la óptica de María del Mar Pizarro, los ricos colombianos pagan menos impuestos que los pobres, y cuestionó a los congresistas que defienden al sector financiero, para que no se le impongan mayores obligaciones tributarias. “No quieren que haya caja para la inversión social”, expresó con ahínco.
Otra ficha del Pacto Histórico, Aída Avella, mencionó que los obligados a pagar más tributos deberían ser los bancos y negó que Colombia haga parte de los países en donde se cobran más impuestos. “Aquí hay impuestos bajos y estas obligaciones deben recaer sobre los ricos, en beneficio de la justicia fiscal”, dijo.