Torrenegra: el millonario que
no tenía ni para un computador
Este colombiano tuvo un origen humilde y eso no le impidió convertirse en un exitoso inversor.
Soy afortunado porque me gano la vida haciendo lo que amo. Fanático de la salsa brava y los timbales. Amo a mi familia.
Un muchacho de barrio modesto terminó convirtiéndose en uno de los emprendedores colombianos más intuitivo a la hora de invertir en otros negocios.
Entre el círculo inversionista es conocido por su inclinación hacia las empresas de base tecnológica, pero entre el público común, es recordado por haberle replicado al expresidente Iván Duque que Colombia nunca ha sido como Silicon Valley (en San Fracisco), lugar estadounidense conocido por ser cuna de grandes compañías como Facebook y Apple.
Quizás, su gesto que se torna parco por momentos, oculta una historia de superación que no todos conocen y que arrancó desde una etapa muy temprana de su vida.
La idea de negocio
Se enamoró de los computadores cuando era muy niño, infortunadamente en su casa no había manera de comprar uno de esos aparatos.
Un día cualquiera, se puso a pensar cómo podría conseguir dinero si comprara un PC. Entonces, se le ocurrió ofrecer un servicio básico: pasar trabajos universitarios del papel a la formatos digitales.
Sin tener aún el computador, pegó avisos por el vecindario convocando clientes. Y de un momento a otro, empezaron a tocar la puerta de su casa preguntando el valor de esas transcripciones.
“Cuando la gente llegaba, me tocaba decir que quien hacía el trabajo era mi mamá, porque yo estaba pequeño y no me iban a creer que era yo el encargado”, relató.
Como no tenía la herramienta para digitalizar los documentos, se zafaba de la situación diciendo que tenía pedidos acumulados hasta por dos meses.
Aunque no era empresario, se había comportado como uno, y solo estaba haciendo pruebas de mercado con el ánimo de tantear qué tan bien le iría si montara ese negocio.
Un niño pidiendo crédito
Al ver que su emprendimiento tenía futuro, fue a un banco a pedir plata prestada, pero al ver a la estampa de ese chico de 15 años, el asesor de la entidad se burló de él.
“Yo tenía mucho mal genio, pero eventualmente resulté sentado en la oficina de la gerente. Ella me preguntaba por qué estaba pidiendo el préstamo y le expliqué mi idea. Sin saber, estaba haciendo mi primer pitch (presentación para levantar capital) y conseguí $820.000”, narró Torrenegra.
Así arrancó su primera empresa y nunca ha dejado de crear nuevos negocios. Reconoció que muchos de ellos han fracasado, pero es una pasión que tiene y prefiere empezar la compañía y no dedicarse solo a administrarlas.
Entre sus empresas hay dos que resaltan: Voice 123 y Voicebunny, plataformas que contienen miles de voces y evitan que un anunciante tenga que realizar casting para escogerlas. Con ellas, se eligieron las voces para los actores de reparto de Toy Story 3.
La persistencia es la clave
Alex ha invertido directamente en más 50 emprendimientos e indirectamente en otros 300. Y el hecho de haber creado tantas empresas le agudizó el sentido inversionista, de entrada sabe quién va por la senda correcta y quién no.
Explicó que podría dedicar horas solo a mencionar los factores que evalúa antes de apalancar a un emprendedor. Sin embargo, enfatizó en que hay una cualidad que no es negociable: la persistencia.
Finalmente, habló del ecosistema para los emprendimientos tecnológicos en Colombia (ver Radiografía) y afirmó que hace falta invertir más, pues desde su óptica, se destina muy poco presupuesto a investigación y tecnología, dos elementos vitales para impulsar a las empresas de siguiente generación