Economía

Tema del WEF Latam 2016: apretón fiscal no debe frenar avances de América Latina

La región deberá hacer un ajuste fuerte en el gasto público, sin descuidar el impulso de la clase media.

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Escribo sobre economía y negocios. Periodista y estudiante de Ciencia Política.

14 de junio de 2016

Los datos son contundentes. América Latina y el Caribe pasó de acumular en 2014 un endeudamiento público del 51 % como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) a un nivel de casi el 60 % en 2015. A los gobiernos de la región les tocó salir a buscar fondeo financiero ante la caída de los ingresos de las materias primas.

El Banco Mundial (BM) en su revisión de perspectivas para Latinoamérica mostró que los países suramericanos ya rozan una deuda pública del 60% del PIB. Así que los balances fiscales ponen en aprietos la salud económica de la zona.

De cara al inicio del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) para América Latina, en Medellín este jueves, uno de los temas centrales será hallar caminos para mantener la economía con números saludables, pero con menos capital circulando por mercados latinoamericanos.

Para el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, el reajuste del ciclo económico pone en desventaja a Latinoamérica, pero las nuevas políticas de desarrollo deberán apostarle a mantener los avances de la clase media.

Pero, por qué líderes como Moreno son más insistentes en este punto, incluso con más énfasis que en fortalecer al sector productivo e institucional.

La respuesta está orientada por un estudio del BM, que indica que entre 2002 y 2012 (con el boom de las materias primas en pleno), más de 10 millones de personas superaron la pobreza monetaria y entraron a hacer parte de la clase media.

Pero en un escenario de desaceleración económica parece que la cifra de 35 % como porcentaje de ciudadanos de ingresos medios se estancaría.

Dimensión del impacto

El crecimiento de la clase media en la región no solo aseguró mejor calidad de vida para una porción de la sociedad, también aumentó el tamaño del mercado en Latinoamérica y potenció el consumo privado.

Lo que pasa ahora es que el mercado se reduce, al igual que el gasto y pone en aprietos la expansión del crecimiento económico.

El choque de la acelerada caída de las materias primas es el punto central. Sólo el petróleo perdió más del 50 % de su precio en un año y recién en junio se ubica en niveles de octubre, sobre los 50 dólares por barril.

Por cuenta de ese bajón en el crudo, a Venezuela, Ecuador, Colombia, Brasil y México se les cerró una importante entrada de dinero. Pero no todo es petróleo, los minerales, que aportan buena parte de la canasta exportadora de Chile, Perú, Bolivia, también desaceleraron su cotización.

Con este panorama, los ministros de economía y empresarios asistentes al WEF Latam 2016 contarán sus recetas. Incluso, el titular de la cartera de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas Santamaría contará cómo hará frente a un déficit fiscal de 30,5 billones de pesos, unos 10.166 millones de dólares al cambio vigente.

Pero no todo es malo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó que, si bien la región se contraerá 0,5 % en 2015 y supone dos años consecutivos en terreno negativo, “hay que tener claro que la mayoría de países crecerán, de manera moderada, pero segura”, dijo en su último informe sobre América Latina.

Dos caras de la moneda

Justamente, esa paradoja será abordada en el WEF. De las 26 economías de América Latina y el Caribe, cinco mostrarán números rojos este año: Argentina (-0,5 %), Brasil (-4 %), Ecuador (-4 %) Trinidad y Tobago (-2 %) y el caso más relevante es Venezuela, con una recesión de 10,1 %, según el estima el BM. En contraparte, países suramericanos como Bolivia (3,7 %), Perú (3 %), Colombia (2,5 %) y centroamericanos como Panamá (6 %) y Nicaragua (4,4 %), muestran un escenario más prometedor.

Como están las cosas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la recuperación del potencial de crecimiento en la región estará mediado por dos factores.

El primero implica la solución de problemas estructurales dentro de las economías que cerrarán en recesión, como el caso de Brasil, que debe enfrentar un altísimo endeudamiento público, inflación desbordada, intereses altos enmarcados en un escenario de inestabilidad política.

En segunda medida dependerá del manejo fiscal: “la pérdida del impulso de la inversión es uno de los factores clave que explican la reciente merma en la dinámica en las economías latinoamericanas”, explica la Cepal. En 2010, los capitales extranjeros que llegaban a la región crecían a 3,7 %, cifra que dista del -0,6 % con que se cerró 2014, y el dato para 2015 lo publicará mañana el organismo.

Y, ¿para dónde vamos?

A punto de cumplirse el segundo año de desaceleración, el WEF Latam tendrá la tarea de plantear lineamientos del futuro de la región.

Este año será de transición para América Latina y “el PIB en 2017 mostrará una recuperación impulsada por la inversión en países como Argentina, Perú y Colombia”, estima el Banco Bbva

Pero el ajuste en los modelos de crecimiento estará mediado por mejorar la productividad, consolidar la integración, crear políticas públicas para que la tecnología se encadene con la industria y la volatilidad de las materias primas no sea el termómetro de la salud económica de la región.

Así pues, el concepto de desarrollo inclusivo, tendrá que dejar de engordar la teoría y reflejarse en la vida de ciudadanos latinoamericanos.