10 años de Ruta N Medellín
Por Fabio Andrés Montoya *
jgomez@proantioquia.org.co
Estaba el auditorio de Proantioquia atestado de gente opinando lo que debería ser la “Manzana del Emprendimiento”, muy buenas ideas e intenciones; sin embargo, quedaba el sinsabor de que aún nos faltaba incorporar el gran sueño, ese propósito superior de lo que queríamos hacer para la transformación económica y social de la ciudad. Ya había pasado un año de la alcaldía de Alonso Salazar, sabíamos que necesitábamos apretar el paso para dejar instaladas las bases de algo que todos intuíamos sería una puerta para lo nuevo.
Ruta N se fundamentó en una tecnología milenaria: las relaciones humanas honestas que generan confianza. Así, conformamos un equipo interdisciplinario e interinstitucional con tres grandes tareas. La primera, construir sobre lo construido. Miramos nuestra historia empresarial y los retos a los que nos hemos visto enfrentados: la globalización, los cambios tecnológicos y de vocaciones económicas. Adicionalmente, Medellín venía con una inversión intensa en educación y emprendimiento; necesitábamos identificar las fichas para engranarnos a las nuevas realidades. Debíamos complementar lo que bien se venía haciendo con una apuesta por la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTeI). Así pasamos de la Manzana del Emprendimiento a Ruta N, incluso la pusimos Ruta a la N, es decir, la ruta al nuevo norte que nos haría exponenciales.
Lo segundo, aprender de otros. Miramos algunos casos en Colombia y en el mundo. Había instituciones con propuestas de las que podíamos aprender mucho; recuerdo algunas como Madrid+d, el ecosistema de Boston, Corfo en Chile y Parquesoft en Cali. Entendimos que Ruta N debía ser una institución de segundo piso con una tarea fundamental en el desarrollo del ecosistema de CTeI, trabajando de la mano de universidades, empresas, emprendedores, instituciones de apoyo, la sociedad y el Estado. Y lo tercero, fue escuchar. En Medellín ya venían instituciones trabajando en CTeI, había lecciones aprendidas, dolores, necesidades, intereses y esperanzas. Fue la tarea más compleja ya que después de escuchar, debíamos armonizar y construir la propuesta que le generara más valor a la ciudad, que no necesariamente se ajustaba a la mirada de algunos actores. Así, con el apoyo de mucha gente fuimos co-creando y ajustando lo que sería Ruta N.
A menudo me preguntan, ¿qué es lo que más le ha aportado Ruta N a la ciudad? Son muchas cosas, si debo escoger una, diría que la generación de cultura de innovación; me alegra cuando visito cualquier empresa y veo que tienen algún proceso de innovación, que entendimos que necesitamos lo nuevo para seguir generando valor. ¿Qué veo para el futuro de Ruta N? Aún hay mucho camino por recorrer en CTeI, sin embargo, lo ubicaría bajo la sombrilla de la mirada amplia de la sostenibilidad.
¿Y qué ha permitido que Ruta N siga siendo relevante? No es más que nuestra capacidad de sabernos juntar y debatir, trascender los períodos políticos y trabajar por un sueño común.
Ruta N tiene muchos padres y madres, a todos los que hicieron y siguen haciendo posible esta historia les extiendo un especial recuerdo y reconocimiento en su décimo cumpleaños. Y el mejor regalo que le podemos dar a Ruta N es que entre todos (junto a la nueva administración local y departamental) usando esa tecnología milenaria sigamos construyendo una región del conocimiento.
* Director Ejecutivo de Interactuar. Líder del equipo fundador y ex director de Ruta N.