Columnistas

A Bernie no le va a alcanzar

12 de abril de 2016

Bernie Sanders no logrará ganar la candidatura del partido Demócrata. Le dará una lucha feroz hasta el final a la favorita Hillary Clinton, para luego reconocer que su asombroso desempeño no fue suficiente. Ni siquiera la llamativa seguidilla de siete victorias en estados como Wyoming o Colorado, lo pueden llevar a detener a un monstruo de la política y la maquinaria como la familia Clinton.

Pero Sanders, un hombre curtido de 74 años, lo sabe bien. Su lucha parece estar enfocada ya no en lograr lo imposible sino a redibujar el mapa político estadounidense. Sanders y su socialismo, gana aún perdiendo, porque ha demostrado que en una época de estupidez política, de eslóganes baratos y propuestas impracticables, de personajes como Ted Cruz o Donald Trump; hay un porcentaje importante de la sociedad gringa que exige cambios radicales en la forma de gobernar, para impedir que la economía se trague a la justicia.

Pocos imaginaron que el político canoso llegara tan lejos. En el país que es la piedra angular del capitalismo más salvaje, apellidarse socialista es un suicidio a todas luces, por lo que no pocos lo declararon muerto antes de iniciar la carrera. Pero ha sorprendido. Le ha arañado delegados a Clinton en estados medios y sigue vivo en una lucha que, aunque menos sangrienta que la conservadora, tiene debates agrios y acusaciones sucias. De parte y parte.

Un buen porcentaje de académicos y políticos experimentados le critican a Sanders su dificultad para reconocer errores. Es algo común en aquellos que, aún cuando participan en política se declaran apolíticos. Sus seguidores demuestran en ocasiones un fervor religioso que es perjudicial para el sostenimiento a largo plazo de las políticas más liberales. Le critican también que ve la economía en blanco y negro y busque salidas populistas para aplausos fáciles en un momento donde a la primera potencia del mundo aún le duele la herida de la crisis.

Eso durará hasta que Hillary finalmente pueda levantar los brazos y celebrar la nominación. Una vez los liberales se tengan que unificar para afrontar el oscurantismo que han expresado los conservadores, se retomarán muchas de las propuestas del socialista para llegar a la Casa Blanca. Ese será el verdadero triunfo de Sanders, así, como ya todos sabemos, vaya a perder las primarias.