Columnistas

A EPM la queremos pública, autónoma y sin politiquería

01 de agosto de 2021

Por Olga Lucía Arango Herrera* comunicadora2@sinpro.org.co

El 6 de agosto EPM cumplirá 66 años de haber sido constituida como establecimiento autónomo del municipio de Medellín. En ese tiempo, con solo dos excepciones, los alcaldes de la ciudad han respetado tanto su carácter autónomo como el hecho de que siga siendo pública y 100 % de propiedad del municipio. Precisamente en esos dos atributos es en los que reside la fortaleza de EPM.

Tanto EPM como el municipio de Medellín construyen planes de desarrollo que proponen metas y retos en un periodo específico. El papel de EPM es ser lo más eficiente posible con sus proyectos e inversiones y lograr las máximas transferencias que la ciudad requiere y así mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

Tan estrecha es esa relación que en el Concejo de Medellín se habla de que la Alcaldía se ha vuelto “Epmdependiente” por su nivel de subordinación a las transferencias, cerca del 25 % del presupuesto anual del municipio, y que ha entrado en una especie de pereza fiscal, porque no busca recursos, por ejemplo, de las otras organizaciones que forman parte del conglomerado público.

Para regular las relaciones entre dueño y empresa (municipio-EPM), las partes suscribieron en 2007 un convenio marco que, entre otros aspectos, definió principios y obligaciones de las dos instituciones. De ahí derivaron las bases del actual gobierno corporativo de EPM, tan necesario para darle equilibrio a la propiedad, la dirección y la gestión de la empresa.

Sin embargo, la fortaleza de EPM no es infinita. Con tristeza, como representantes de los servidores de la empresa que tanto queremos, debemos denunciar que EPM está en uno de los peores momentos de su institucionalidad y necesitamos de todos los ciudadanos para recuperarla.

La contingencia del proyecto hidroeléctrico de Ituango impuso un reto a la experticia ingenieril de EPM. No es poco, pero estamos seguros de que el talento humano sabrá sortear los obstáculos para llevar a feliz término a Hidroituango. Es un imperativo, a Hidroituango lo necesitan Medellín, Antioquia y Colombia. La seguridad energética del país depende de esta obra, por eso terminarla es un compromiso y es un error hablar del desmonte del proyecto.

A la gravedad de la situación de Hidroituango, se suma el irrespeto al gobierno corporativo de EPM por parte de la actual administración municipal, que conllevó dos graves consecuencias: la renuncia masiva de la junta directiva en agosto de 2020 y una reducción importante en las calificaciones de la empresa. Además, que la inexperiencia y quién sabe qué otros intereses del alcalde lo han llevado a nombramientos errados para la alta dirección, adonde han llegado personas con poco conocimiento técnico, más por compromisos políticos del mandatario. Esa forma de actuar llegó, inclusive, a las filiales del Grupo EPM.

Caso especial ha sido la elección del gerente general de EPM. Desde el 1.º de enero de 2020 por la gerencia han pasado cuatro personas, algo que genera inestabilidad al interior de la empresa, pero también manda una mala señal a las calificadoras de riesgo, a los acreedores y a la banca multilateral, que tan necesarios han sido para el crecimiento de EPM.

Por eso ahora más que nunca es fundamental que EPM siga siendo autónoma, 100 % pública y libre de politiquería. Cambiar alguno de estos atributos es posible que lleve a la empresa al peor de los escenarios. Que no se nos olvide que, hasta ahora, EPM ha sido la excepción de las empresas de servicios públicos, que por malos manejos han desaparecido o han sido privatizadas. Es deber de todos los ciudadanos de Medellín defender hoy el patrimonio público que tanto nos ha dado en los últimos 66 años

* Presidente del Sindicato de Profesionales de EPM y UNE – SINPRO