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A estudiar el ciclo ganadero

01 de septiembre de 2017

En estos días las directivas de Fedegán señalaban cómo, a pesar del vertiginoso avance de la avicultura y de la porcicultura, la ganadería vacuna continúa siendo la principal actividad pecuaria del país.

Según Fedegán, la ganadería vacuna equivale a 3,0 veces el sector cafetero, a 2,1 veces la actividad avícola y 4,4 veces la porcícola. El empleo directo generado por el sector ganadero (810.000 empleos) representa el 6,0 por ciento del empleo nacional y el 19,0 por ciento de la ocupación en actividades agropecuarias.

De otra parte, la carne de res, la leche y los lácteos continúan representando una parte importante del consumo de los hogares, lo que hace que los cambios en el precio de estos bienes tengan efectos sobre el costo de la canasta y del IPC en general.

Anteriormente, distintas instituciones hacían un estrecho seguimiento del desarrollo de la actividad ganadera, como era el caso del Ministerio de Agricultura, el Banco de la República y el Cega (centro de investigación sobre la agricultura y el desarrollo rural).

Como parte de su trabajo, estas instituciones, y particularmente el Banco y el Cega, desarrollaron estudios y modelos que permitían entender y pronosticar la evolución de la ganadería.

Entre los estudios estaba el relacionado con el ciclo ganadero. Gracias a estos estudios se podía establecer en qué parte del ciclo (retención o liquidación de vientres) se encontraba, en un momento dado, la ganadería y qué se podría esperar de su desempeño futuro. Esta información, además, era útil para el diseño de la política pública.

Por tal motivo se desarrollaron modelos que se alimentaban de variables como, entre otras, el tamaño del hato ganadero, la discriminación del mismo por edades y por el tipo de ganado, y los principales parámetros técnicos (natalidad, mortalidad, etc.).

Con la desaparición de Cega (hecho lamentable, pues Colombia se quedó sin un centro de pensamiento especializado en los temas agrícolas y del sector rural) y el aparente menor interés dentro del Banco de la República por los temas agropecuarios y en especial por el ganadero, son muy pocos los estudios actualizados sobre la evolución y el ciclo de la ganadería.

Dado que el sector ganadero continúa teniendo un peso importante en la agricultura y afecta el costo de los alimentos para los hogares, el país (particularmente el Ministerio de Agricultura, el DNP y el Banco de la República) debería retomar los estudios sobre la ganadería y, en particular, los relacionados con el ciclo.

Este tipo de iniciativa se ve favorecida con la disponibilidad de información actualizada. Por ejemplo, la del Censo Agropecuario ayudaría a establecer el tamaño y la discriminación del hato ganadero (además de su distribución espacial). También serviría para realizar muestras representativas de las que se derive la información sobre los parámetros ganaderos.

El avance acelerado del consumo de la carne de pollo, de cerdo y de huevos hace necesario revisar las condiciones de consumo de los hogares, para lo cual los resultados de la actualización de la encuesta del Dane sobre los ingresos y los gastos de los hogares son de utilidad.