Columnistas

Además de fallas geológicas

12 de junio de 2018

Después de la reunión a la que asistí convocada por EPM para explicar la emergencia de Hidroituango, me queda claro lo siguiente: es un proyecto que se decidió en ese lugar desde 1976 y sí hay dos fallas geológicas: “Tocayo” y “Mellizos”, en la montaña afectada que está muy horadada en su interior; pero, EPM dice que son pequeñas, no son tectónicas, no generan sismos y que es común que en este tipo de proyectos se presenten fallas geológicas.

Durante la exhaustiva reunión de EPM en que el vicepresidente de Generación de Energía, Carlos Solano, explicó por más de 3 horas la situación técnica, pensé en la gente afectada aguas abajo. ¿Hasta dónde la racionalidad técnica del siglo XXI nos da derecho, en nombre del “desarrollo”, a desplazar personas para hacer un megaproyecto? Que les dieron una casa mejor, ¿y quién dijo que ellos querían una casa “mejor”? Ellos querían su paisaje, la tierra donde crecieron con sus padres, la platanera que sembró el abuelo. Y ahora que las cosas van mal, a pesar de todas las advertencias de la comunidad, entonces los metemos en carpas, en condición de hacinamiento, para salvarles la vida. No me imagino en esas carpas a los viejitos de 70, 80 años que ya no tienen la comodidad de su silla favorita, que llevan un mes sin mirar si la gallina puso o no los huevos o sin ordeñar la vaca, como lo han hecho en los últimos 50 años y que los mantenía con vida. Siguen vivos, sí, pero están muertos. Pero nosotros, los civilizados de la ciudad, estamos convencidos de estar haciendo lo máximo por ellos. Y ellos protestan porque les arrancamos lo que significa su vida, y tenemos la sinvergüenzada de decirles que no sean desagradecidos que por lo menos están vivos de una posible avalancha que nosotros mismos produciremos.

La racionalidad de este siglo está mal. ¿Por qué no usar la inteligencia y esas billonadas de dinero para producir una energía de tal manera que no dañe personas ni sea tan agresiva con el medio ambiente? ¿Acaso la energía solar, en este maravilloso trópico, no sería una alternativa? Aplaudo el gesto de EPM para explicarnos; pero, creo que el error comienza cuando se cree que para satisfacer la demanda energética del país y concebir, por ende, un lucrativo negocio, no importa que algunos sufran, tengan que desplazarse o incluso mueran.