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Alerta temprana: ¿Se asoma otra vez “El Niño”?

19 de marzo de 2018

Es verdad lo que dicen todos, el clima está muy loco. Y lo peor es que todavía no lo hemos llevado a tratamiento. Se pudo curar, pero no lo hicimos. El tratamiento debió estar enfocado en sanar la enfermedad, eliminando el problema que ha causado dicha locura o aliviar los síntomas de la enfermedad, pero, desafortunadamente, como lo vimos en la columna pasada, la deforestación en Colombia no para, sino, todo lo contrario, sigue en ascenso, y, lo peor, nuestras montañas ya están tomando el color rojizo típico de una enfermedad más grave, la desertificación.

Pero ¿Por qué en esta transición hacia la temporada de lluvias no está lloviendo? ¿Por qué la llegada de esta temporada se va a retrasar en gran parte del territorio nacional? inclusive ¿se podría asomar otra vez el fenómeno al que más le tenemos miedo, “El Niño”?

Primero hablemos de esta temporada de lluvias. El porcentaje de las precipitaciones en el mes de marzo ha estado por debajo del promedio acostumbrado, debido a la influencia de ondas atmosféricas que inhiben la formación de lluvias, y, por lo tanto, el retraso de la llegada de la primera temporada de precipitaciones, que normalmente inicia a mediados del mes de marzo, especialmente, para los municipios del centro del país.

De la misma manera, el incremento de la fuerza de los vientos que vienen desde el hemisferio Norte hacia el Sur del país, no ha permitido que la franja de precipitaciones que se encuentra actualmente en Ecuador y Brasil, suba al centro del territorio colombiano, como es lo acostumbrado, fortaleciendo el retraso de la llegada de esta primera gran temporada de lluvias, trasladándola para finales del mes de marzo y comienzos de abril.

Debido a estas alteraciones de variabilidad climática, hasta comienzos del mes de abril se seguirán presentando incendios forestales en gran parte del territorio nacional, así como la tendencia de reducción de niveles en los principales ríos aportantes a los embalses y acueductos del país, que a propósito están muy bajos.

Por otro lado, de acuerdo al Centro de Predicción Climática NOAA de Estados Unidos y los demás centros de predicción climática internacional, el fenómeno de “La Niña”, de característica débil, está desapareciendo y de manera muy rápida las aguas del océano Pacífico se están calentando haciendo que actualmente se presenten anomalías positivas en sus aguas más superficiales, muy similares a las iniciales en el comienzo de un posible fenómeno de “El Niño” para final de año.

Los modelos de predicción muestran un 40 % de probabilidad de madurez de dicho evento para el segundo semestre de este año. Pero recordemos que solamente hasta mediados del mes de mayo y junio se podrán tener predicciones más acertadas sobre su posible presencia.

Mientras tanto, si las condiciones de calentamiento de las aguas del océano continúan con su tendencia de ascenso, la segunda temporada de lluvias del año, entre los meses de septiembre y noviembre, también se verá afectada, reduciendo considerablemente su porcentaje de precipitaciones. Recordemos, de llegar a madurar el Fenómeno de “El Niño” 2018-2019, su principal impacto de reducción de lluvias se manifestará en los meses de diciembre del presente año y los meses de enero, febrero y marzo del próximo año.

Por lo anterior, se recomienda de manera inmediata cambiar a modo “alerta temprana”. Debemos ajustar ya nuestros planes y aprovechar de manera estratégica y conservadora esta corta temporada de lluvias que se acerca más fuertemente a principios de abril y se extenderá hasta mediados de junio del presente, así como aprovechar también la segunda temporada de lluvias del año, que estará posiblemente también por debajo del promedio, si las condiciones del océano Pacífico se mantienen, inclusive si las probabilidades de “El Niño” se incrementan en los próximos meses.

Recordemos que la acción más efectiva es la preventiva con información asertiva. Todavía tenemos en la memoria la crisis energética del año pasado y el desabastecimiento de los acueductos del país. A poner en práctica lo recientemente aprendido.