Alimentos orgánicos
Una de las tendencias alimentarias actuales la constituyen los bienes orgánicos. Con el paso del tiempo, y gracias a sus beneficios, el mercado de este tipo de bienes ha venido aumentando a nivel mundial.
Los expertos estiman que, el año pasado, las ventas globales de alimentos orgánicos pudieron estar alrededor de los 90.000 millones de dólares. Por su parte, por primera vez en la historia, las ventas en Estados Unidos y Canadá debieron superar los 50 mil millones de dólares.
Se calcula, además, que en Estados Unidos, Alemania, Suiza y Dinamarca, la participación de los alimentos orgánicos en el total del mercado alimentario está entre el 7 y el 10 por ciento.
De acuerdo con el Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (ERS, por sus siglas en inglés), en general, los estadounidenses con mayores ingresos compran regularmente productos orgánicos.
Sin embargo, según una investigación de 2014, el 42,0 por ciento de los estadounidenses con ingresos anuales menores a los 30.000 dólares compraron alimentos orgánicos. Adicionalmente, se estableció que son los jóvenes quienes más tienden a consumirlos. Así, el grupo poblacional conocido como los millennials representa más de la mitad de los consumidores de productos orgánicos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que, a nivel mundial, cerca de 30 millones de hectáreas se utilizan para la producción orgánica. Australia es el país del mundo con la mayor superficie destinada a la producción orgánica, con casi 12 millones de hectáreas. Le sigue Europa, con algo más de siete millones de hectáreas.
En América Latina se calcula que son casi cinco millones de hectáreas las que se dedican a dicha producción. Los líderes regionales en la producción y comercialización de productos agropecuarios orgánicos son, en su orden, Argentina, Brasil y Chile.
Argentina, por ejemplo, tiene 3,1 millones de hectáreas de producción orgánica certificada y ocupa el segundo lugar en el ranquin mundial. Colombia, que en esta materia se encuentra rezagada frente a sus pares latinoamericanos, registraba, en 2014, solo 43.000 hectáreas certificadas.
De este total, 29.000 hectáreas corresponden a la caña de azúcar, 9.500 al café, 1.940 a la palma de aceite y alrededor de 1.000 hectáreas a las frutas y hortalizas.
Una parte importante de la producción agropecuaria orgánica del país se destina a los mercados externos. Para ello se dispone de una normatividad y una institucionalidad que aseguran el cumplimiento de las normas internacionales.
Por su parte, la producción que llega al mercado interno es mucho menor y, aunque en algunos supermercados de cadena se venden alimentos orgánicos debidamente certificados, en general hay mucha informalidad que se caracteriza por tiendas que venden productos frescos, especialmente verduras y hortalizas, y algunos procesados de los que dice que son orgánicos, pero que no cuentan ni con certificación ni con el sello oficial de producto ecológico.
Esta falta de organización afecta el desarrollo de la producción orgánica y va en contra de los consumidores. Ello demanda, además, de las autoridades correspondientes, la aplicación de los correctivos del caso.