Columnistas

Alimentos plásticos

08 de julio de 2019

Por Juan Camilo Mesa Pinilla*
Twitter: @MesaConS

Me tienen pensativo (y preocupado) las imágenes que han rotado en los últimos días por redes sociales, donde se aprecian alimentos despojados de su protección y forrados con plásticos. Como si al planeta le hiciera falta más plástico en sus cuerpos de agua, en las playas o en las calles. O como si nos hiciera falta ingerir alimentos arrebatados, a las malas, de sus características originales.

Pareciera que no nos bastara con el bombardeo industrial de los últimos años: bebidas ultra azucaradas, paquetes altos en sodio y comidas rápidas densas en calorías son sólo algunos de los ejemplos de alimentos que invadieron nuestra alacena. Pero justo en el momento en que venimos despertando de ese letargo que nos impedía hacernos con estilos de vida saludable medianamente responsables, vienen y nos complican más la vida a los consumidores y al planeta.

En internet vienen circulando imágenes de alimentos como frutas y huevos, sin cáscaras, dispuestos en bandejas de icopor y forrados con plástico. ¿En serio es necesario regirnos por prácticas como estas? ¿Qué busca la industria? ¿A quién se le ocurrió que presentar un alimento fuera de su cáscara sería revolucionario y atractivo para el consumidor?

Todo esto me tiene un poco confundido, porque, aunque mi fuerte no es la tecnología de alimentos, sí conozco de antemano que unas buenas prácticas de manufactura pueden minimizar ampliamente la contaminación, sin necesidad de acudir a extremos nocivos.

Debo decir que esos alimentos empacados se parecen un poco a los modelos plásticos que usamos los nutricionistas en consulta para educar al paciente. Es la imagen surreal que hago de algo que considero antinatural, innecesario y nada solidario con el planeta que habitamos y que nos envía señales de alerta a diario de que algo estamos haciendo mal: cambio climático, extinción de especies, aguas contaminadas, cultivos echados a perder, entre otros graves efectos.

En días en que en algunas ciudades del país se respira un aire nocivo, lleno de partículas letales, ahora le cargamos más problemas al planeta. Pelemos, cortemos, cocinemos nuestros alimentos y sentémonos en nuestra mesa, en casa. Volvamos a lo de antes, dejemos las excusas de la falta de tiempo para otra vida y dediquemos tiempo a una alimentación responsable.

Finalmente, espero que usted se una a mí y busque en algunas plazas de mercado donde ya se venden alimentos que vienen empacados con hojas de plátano, por ejemplo. Consumamos ese tipo de productos.


* Nutricionista Dietista y

Microbiólogo.