Columnistas

Anticipémonos al futuro

03 de agosto de 2015

En 1990 siendo gobernador de Antioquia Gilberto Echeverri Mejia, se definieron las subregiones del departamento identificadas por su geografía, etnias, cultura y vocación económica, para enfocar los recursos hacia programas que fomentaran el desarrollo. Este concepto territorial ha continuado en las posteriores administraciones, con fin de identificar las potencialidades y la vocación de los 125 municipios que conforman las 9 subregiones y para desarrollar programas de fomento, capacitación, financiación y comercialización de los productos; esta es la oportunidad para mejorar la competitividad y el desarrollo de Urabá, Bajo Cauca, Nordeste, Norte, Magdalena Medio, Oriente, Occidente, Suroeste y el Valle de Aburra.

Hoy el reto es mayor para la administración departamental, porque las Autopistas de la Prosperidad se iniciarán en 2016, siendo la ocasión para que la Gobernación tenga listo un plan de acción que permita promover el establecimiento de industrias de acuerdo a las potencialidades de cada municipio, mediante la adecuación de tierras, estímulos fiscales, capacitación de mano de obra y acompañamiento en asuntos administrativos y financieros.

Los parques educativos construidos en varios municipios son una semilla importante, pero no son suficientes para generar desarrollo, se requiere una eficaz promoción de cultivos y de proyectos agroindustriales, porque de no hacerlo, continuarán los desequilibrios por la falta de empleos, educación técnica y deficiencia en la calidad de vida, que es la frustración de las gentes del campo, motivando el desplazamiento hacia Medellín. La construcción de las vías va a demandar mano de obra calificada que bien puede obtenerse dentro los mismos residentes y también bienes y servicios acordes con las necesidades. De no suplirlo oportunamente, se presentará una afluencia de trabajadores foráneos y algunos de ellos podrían generar mayores problemas sociales en esos lugares.

Los gremios de la producción, el comercio, el transporte y el agro, las instituciones de educación técnica y universitaria, acompañados de la Cámara de Comercio y el Municipio de Medellín, deben ser tenidos en cuenta en los planes de la Gobernación para acompañar a las administraciones municipales en los proyectos, porque en la mayoría de los casos, los alcaldes no tienen el conocimiento ni la logística para que su gestión sea efectiva.

Camacol como gremio ha incursionado en la zona de Urabá y en Puerto Berrio, para identificar las potencialidades y planear el desarrollo en conjunto con las autoridades locales, mediante programas encaminados a normalizar el sector constructor. Estos procesos son largos porque no existen los instrumentos ni los recursos adecuados para realizar las alianzas Público Privadas-APP- que se requieren. Existe por lo pronto la posibilidad aunar esfuerzos para hacerlo realidad a mediano plazo, a esta iniciativa deben sumarse todos los entes que hemos enunciado.

Los recursos de 14 billones de pesos son muy cuantiosos y se debe propender para que en esta oportunidad una parte importante de ellos queden en las regiones, convirtiéndose en una posibilidad para impulsar el desarrollo, mediante la vinculación de proyectos del Idea, EPM, el Sena, el Incoder y otras instituciones afines, para que ejerzan influencia en todo el departamento.

Anticipémonos al futuro para obtener los 2 puntos adicionales al PIB para llegar al 7 % en el departamento, según proyecciones de Planeación Nacional y la administración departamental, porque no se puede desaprovechar esta oportunidad para reivindicar el abandono y asegurarle a las futuras generaciones, un mejor vivir en todas las regiones Antioqueñas.