Apoyar a superhéroes
Su apariencia contrasta con las características que nos han inculcado acerca de los superhéroes. Aunque mientras lo escuchaba no dejaba de pensar que estaba en frente de uno de ellos. Su nombre es Luis Fernando Álvarez, tiene 18 años, estudia el pregrado en Química, dejó su natal Tuluá para irse a estudiar a Cali, aunque eso le significa dormir en un sofá, al mejor estilo de Steve Jobs. “LuisFer” tiene una enfermedad rara conocida como “Huesos de Cristal” al igual que su mamá, quien vende minutos de celular.
Mi superhéroe comparte conmigo la admiración por otro superhéroe que tampoco encaja en los parámetros del mercado.: Stephen Hawking. El cosmólogo que solo moviendo la pupila de los ojos teorizó sobre cómo empezó el universo. A LuisFer, le brillan los ojos cuando habla de ciencia y cuenta que cuando era niño no veía muñequitos, sino que prefería ver en la televisión documentales de Discovery Channel.
Estudia en la universidad ICESI, una de las 39 universidades con alta acreditación del país y que en Cali es considerada como de élite. Ello es posible gracias a que Luis Fernando es beneficiario, al igual que otros 10.079 jóvenes, de la primer versión del programa ‘Ser Pilo Paga’ y no se le pasa ni por la cabeza ser parte del 0,17 % que desertó.
La iniciativa liderada por el Ministerio de Educación Nacional pretende becar a los mejores estudiantes del país que tengan menos recursos económicos para acceder a la educación superior. Este año el programa ofrece 11.000 becas y un cupo especial para minorías étnicas y una parte del programa es dedicada para quienes quieran estudiar carreras relacionadas con la docencia.
Este tipo de iniciativas de trato diferencial para poblaciones vulnerables o para temas estratégicos como el de la docencia y la educación, son un excelente instrumento para dinamizar la movilidad social de grupos tradicionalmente excluidos. Teniendo claro que la educación es un factor multiplicador de la movilidad social y de la transformación, quiero pedirle al señor Alcalde y a las personas que lideran los aspectos relacionados con el fondo de educación superior de la ciudad, la existencia de un cupo especial para que estudiantes con discapacidades puedan acceder a la educación superior y con ello mejorar la calidad de vida y hacer posible hablar de inclusión social y económica.
El caso de la población sorda ilustra la necesidad de pensar herramientas de inclusión para poblaciones con discapacidades en el mundo de la educación superior. Según la Fundación Enseñas, que lidera un semestre cero para facilitar el acceso de los sordos a la universidad, cerca del “1% de la población de sordos en Colombia accede a la educación superior”. Y en la ciudad de Medellín hay cerca de 11.000 sordos, de los cuales no más de 30 están en las universidades y el resto se emplea en lo que primero consiga.
(Esta historia continuará dentro de 8 días.)