Autoridad ya con quienes bloquean
Esta semana Standard & Poor’s bajó la calificación crediticia de nuestro país de BBB- a BB+ con perspectiva estable, lo que indica que las tasas de interés continuarán subiendo para el financiamiento público y privado en Colombia. Esto, sumado a la afectación económica por la que atraviesan millones de empresas y familias colombianas a causa de la pandemia, pone al Estado sobre las cuerdas en términos financieros. Ante situaciones tan complejas como estas debemos enfocarnos como sociedad en superar pronto una crisis económica, que si se mantiene, puede terminar en una crisis institucional generalizada sin precedentes.
Sólo por mencionar algunos datos que nos deben poner a reflexionar, el Ministerio de Hacienda estimóque el paro y las manifestaciones, que ya completan 25 días, le han costado al país un total de 10,2 billones de pesos, una cifra que equivale al 1,02 % del Producto Interno Bruto o al 42 % del presupuesto de Bogotá que es de $23,9 billones. Esta cifra incluye las pérdidas generadas por actos de vandalismo, bloqueos, cierres y bajo consumo de las personas por la carencia de recursos, desabastecimiento o el miedo a desplazarse a los establecimientos comerciales.
Que cada día de paro le cueste al país unos 484.000 millones de pesos es un perjuicio para los grandes, medianos y pequeños empresarios, que adicional a los efectos del coronavirus, tienen ahora que hacerle frente los efectos de los bloqueos que persisten en las vías nacionales y les impide tener por fin una reactivación económica completa.
Los dos sectores más afectados son el agro y el comercio. Este último ha reportado pérdidas por 2,2 billones de pesos, sumado a las pérdidas en ventas de un 7,8 % a raíz de la pandemia. Además, ha sufrido la vandalización de 30 centros comerciales desde que inició el paro, aunque la afectación más importante es la baja significativa en las ventas, pues sólo llegan al 15 % frente a un 30 % que se hacían en días de pandemia. Por su parte, el agro ha reportado pérdidas por $1,7 billones a causa de los bloqueos que impiden que los productos del campo lleguen a los consumidores. El cálculo que hace el diario La República constata que hay 700.000 toneladas de productos agrícolas represados en el campo.
Ante este escenario lo que más le conviene al país en estos momentos, más allá de cualquier interés particular o sectorial, es la aceleración de la reactivación económica, la generación de empleos, la estabilización de las finanzas públicas, la vacunación masiva y el compromiso ciudadano con el autocuidado frente a un virus que ha causado en las últimas semanas el mayor número de muertos desde que comenzó la pandemia.
Siempre debe estar abierto el diálogo y concertación, con quienes se manifiestan en paz. Y al mismo tiempo hay que tener muy claro que quienes hoy bloquean las vías solo tienen una intención, la cual es destrozar la economía y que como resultado el país tenga más desempleo y más pobreza, hasta llegar a la anarquía. Los violentos son pocos y el daño que han causa ya es inmenso. Se debe ejercer ya la autoridad sobre ellos, pues con ellos no hay nada que negociar.
Es claro que debemos realizar transformaciones profundas en nuestra sociedad, pero los problemas estructurales de décadas no se resolverán en meses, y mucho menos a través de la violencia, destruyendo la economía, bloqueando el país, afectando otros derechos y profundizando los problemas que buscamos transformar. Colombia necesita sensatez