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CALDAS, RECTOR DEL ALMA MATER

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07 de noviembre de 2016

Cuando estamos recordando el sacrificio de Francisco José de Caldas hace ya doscientos años, el 29 de octubre de 1816, la efemérides es propicia para evocar la personalidad y la obra de este sabio singular, copartícipe malogrado en la empresa de difundir e inculcar en la Nueva Granada no sólo las ideas de la racionalidad ilustrada sino, muy en especial, de cultivar y propagar las más variadas disciplinas científicas, en un momento en que desde la Corona se desdeñaba el avance intelectual de la Península y sus provincias, con expresiones de menosprecio como la propagada en tiempos de Pablo Morillo, en que se pretendía justificar la reconquista y la persecución a los abanderados de la nueva cultura con la frase nefasta según la cual “España no necesita sabios”.

Caldas formó parte de un grupo de precursores del pensamiento moderno en la sociedad neogranadina. El Alma Mater apenas era incipiente, con sólo once años de existencia precaria desde la fundación en 1803 por Fray Rafael de Laserna. El Sabio fue designado por Juan del Corral para crear en 1814 la Academia de Ingenieros Militares en Rionegro, nueva capital después de Santa Fe de Antioquia. Esa fundación tuvo como plataforma el Colegio Universidad. En la nueva Academia se enseñó táctica y geografía militar, álgebra, arquitectura, fortificación, artillería y cartografía.

Al Sabio como quinto Rector lo antecedieron Fray Rafael, Miguel Uribe Restrepo, Liborio Mejía y José Félix de Restrepo. (Julio César García, La Universidad de Antioquia, Bocetos biográficos de los rectores). Caldas fue el primer científico colombiano, primer astrónomo, geógrafo, ingeniero militar y periodista científico en la Nueva Granada: Sugiero leer su estudio sobre El influjo del clima en los seres organizados, en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, que reeditó la Universidad de Antioquia hace medio siglo.

1814 fue también importante porque llegó por el Magdalena la primera imprenta del Estado Libre y Soberano de Antioquia, con el primer editor, el cartagenero José María Viller Calderón.

La permanencia de Caldas en Antioquia marcó una época de intensa actividad: Fortificó los puestos de Bufú, La cana y Arquía, descubrió yacimientos de nitro y fundó la fábrica de pólvora en Medellín. Fundió cañones, uno de ellos con una campana de la Vera Cruz. Estableció la Casa de Moneda y dirigió la Maestranza de Rionegro.

El espíritu del forjador de juventudes para la ingeniería y la milicia se revela en el extenso y profundo discurso inaugural de los estudios de ingeniería, testimonio de quien fuera, como creador de la Escuela con base en la naciente Universidad, uno de los primeros rectores y fundadores del Alma Mater de Antioquia.

(Síntesis del texto leído en la Academia Antioqueña de Historia, el martes 1 de noviembre).